Imaginería y otros efectos mentales (Para ERA, una mujer inmensa)
Publicado: Lun, 21 Nov 2022 10:34
Los dominios del corcho que flota entre las olas,
un alud de vaivenes que alcanza el equilibrio,
un libro que se abre y que arde en el aire,
que se lleva consigo mucho menos
que la fragilidad.
Una antorcha que invade el secretismo,
y que desnuca el pomo de las puertas
más abruptas, las puertas de la mente.
Para al final salir del laberinto,
del rechazo y el lamento,
qué cosa más sencilla.
Hay guaridas que acogen la mentira,
que por putrefacción se descompone,
tan solo en apariencia.
¿Dónde han ido a parar el grado y el matiz,
que transmutan el cambio en incoloro, en mate?
Quizás al interior del soliloquio,
alguna jadeante sensación de discurso,
a la profundidad que se vuelve más vasta,
a tiempo de captar, quieto, inerme, ambiciones
que empobrecen el alma...
La alejan y la espantan,
hasta que el cuerpo toma la iniciativa,
la mente la lujuria y el pecado,
la reverberación sin soniquete,
doctrinas singulares que mueren al partir
las ideas en dos
-O lo que es más difícil,
tomar partido en todas sus ramificaciones.-
para una absoluta crítica destructiva.
un alud de vaivenes que alcanza el equilibrio,
un libro que se abre y que arde en el aire,
que se lleva consigo mucho menos
que la fragilidad.
Una antorcha que invade el secretismo,
y que desnuca el pomo de las puertas
más abruptas, las puertas de la mente.
Para al final salir del laberinto,
del rechazo y el lamento,
qué cosa más sencilla.
Hay guaridas que acogen la mentira,
que por putrefacción se descompone,
tan solo en apariencia.
¿Dónde han ido a parar el grado y el matiz,
que transmutan el cambio en incoloro, en mate?
Quizás al interior del soliloquio,
alguna jadeante sensación de discurso,
a la profundidad que se vuelve más vasta,
a tiempo de captar, quieto, inerme, ambiciones
que empobrecen el alma...
La alejan y la espantan,
hasta que el cuerpo toma la iniciativa,
la mente la lujuria y el pecado,
la reverberación sin soniquete,
doctrinas singulares que mueren al partir
las ideas en dos
-O lo que es más difícil,
tomar partido en todas sus ramificaciones.-
para una absoluta crítica destructiva.