Editorial Alaire

SOLEDAD

El silencio me cubrió los hombros con sus dedos nocturnos.
Quise salir del silencio y la lentitud me mordió en el pecho.
Cuando amaneció, los sones de las pezuñas me aliviaron,
pero pronto se alejaron los caballos de la ilusión,
y otra vez el silencio volvió a mí con su espina de brea,
con sus cabellos sórdidos,
con su ofensa,
con su frío.
Me cansé de luchar contra las verdades mudas,
contra los espacios sin aliento,
contra el mutismo de los que no tienen nada que cantar,
contra el liquen que cubre las llagas imprescindibles.
Fermenta el otoño y la lluvia aprieta mi lengua
impidiéndome contarle a la tierra mis deserciones.
He entrado en la paz del silencio, pero es triste mi paz.
La paz de la soledad, del olvido, de la madrugada.
La triste paz de la ausencia de amor.

Qué buen poema, amigo Jerónimo, muy bueno. Destaco la unidad, ritmo y maravillosas imágenes. Un lujo leerte.
Abrazos

"Jerónimo Muñoz"
SOLEDAD

El silencio me cubrió los hombros con sus dedos nocturnos.
Quise salir del silencio y la lentitud me mordió en el pecho.
Cuando amaneció, los sones de las pezuñas me aliviaron,
pero pronto se alejaron los caballos de la ilusión,
y otra vez el silencio volvió a mí con su espina de brea,
con sus cabellos sórdidos,
con su ofensa,
con su frío.
Me cansé de luchar contra las verdades mudas,
contra los espacios sin aliento,
contra el mutismo de los que no tienen nada que cantar,
contra el liquen que cubre las llagas imprescindibles.
Fermenta el otoño y la lluvia aprieta mi lengua
impidiéndome contarle a la tierra mis deserciones.
He entrado en la paz del silencio, pero es triste mi paz.
La paz de la soledad, del olvido, de la madrugada.
La triste paz de la ausencia de amor.

Mi querido y admirado poeta, Jerónimo Muñoz, he `leido a pleno placer este gran poema. Todo el poema es magnífico, pero los últimos versos me lo dicen todo:

La paz de la soledad, del olvido, de la madrugada.
La triste paz de la ausencia de amor.

Desde la soledad de mi isla, un cordial abrazo.

José Manuel F. Febles


o

Magnífico poema, Jerónimo, lo disfruto, aprendo y te acompaño en esta Paz, triste y llena de Soledad.

Un abrazo grande.

Ahí estás tú, querido amigo!!! cabalgando a lomos de la ave poética más potente y veloz, esa que de un tiempo a esta parte te sube hacia donde sueñan todos los pájaros que fueron derribados.

Todo un placer de lectura, joven viejo amigo.


Un fuerte abrazo.

Dicen que Pessoa, tal vez sea cierto, dijo en cierta ocasión que el poeta es un fingidor.

No hay mayor silencio y peor soledad que la del anciano. Tú, el uno ni la otra. Te conozco, poeta.
Buenos y bellos versos. Un abrazo.

Silencio y soledad, los ecos estruendosos de los años. ¡Qué bien lo dices, amigo Jerónimo! Un abrazo.
Salud.

.

Es hora de expresarlo muy alto y claro: lo tuyo es de una genialidad apabullante, querido Jerónimo.

Hay aquí: belleza, fuerza, alta creación; explosiona, irradia, alcanza.

Abrazo y mil felicitaciones.

Armilo
Pilar
José Manuel
Marisa
Ferreiro
Paco
Julio
Hallie

¿Qué sería de mí sin vuestras palabras de aliento y elogio?
Os agradezco de corazón vuestros amigables comentarios y seguiré empeñado en daros lo mejor de mí, que no es mucho.
Un fuerte abrazo a todos.

Jerónimo

Acercarse a ti es hacerlo a la voz de la poesía avalada por la experiencia y la sabiduría, Jerónimo. Es un privilegio tenerte aquí, entre nosotros. Nos demuestras que Alaire tiene referentes imprescindibles, ahí estás tú.

Un abrazo.