Editorial Alaire

Me ha gustado especialmente la tercera estrofa, Óscar. Viene a darnos la medida de tu valía como poeta.

Un abrazo.

Óscar Distéfano escribió: ↑Sab, 24 Sep 2022 4:26 Trabajo sucio en el jardín

Existe en el jardín la labor pestilente:
la penosa tarea que requiere ser delegada.
Si las flores son confinadas al olvido,
pobres mortales, solo reclamarán supervivencia.

El diestro jardinero precisa un asistente
que canjee su esfuerzo por remuneración,
indiferente a la belleza, y frío su talento
ante los pétalos sedientos y la policromía.

Debe lidiar con las malezas grises,
fertilizar la tierra, transportar las macetas,
humedecer los pétalos, vigilar los trasplantes,
ejercer las tareas que abruman el espíritu.

Igual que las parásitas orquídeas
prendidas a los grandes árboles,
creará el jardinero la belleza
gracias a la vitalidad del tosco.

Hola Óscar, la tarea del Jardín, el jardín de tu poema la comparo con el alma.
Es una tarea constante, sacar la maleza, es para mi una gran metáfora, implica
quitar de nuestra mente pensamientos que nos impiden crececer, es una tarea contínua
Siempre digo que enemos que remover nuestra tierra interna, para poder ver.
No permitamos que la hierba mala de un huerto marchito impida que florezca nuestro Jardín del alma.
Es mi interpretación y sí que es un trabajo sucio. Dicen por ahí cuando cambias la mirada sobre las cosas
las cosas cambian. Abrazos vecino.

Óscar Distéfano escribió: ↑Sab, 24 Sep 2022 4:26 Trabajo sucio en el jardín

Existe en el jardín la labor pestilente:
la penosa tarea que requiere ser delegada.
Si las flores son confinadas al olvido,
pobres mortales, solo reclamarán supervivencia.

El diestro jardinero precisa un asistente
que canjee su esfuerzo por remuneración,
indiferente a la belleza, y frío su talento
ante los pétalos sedientos y la policromía.

Debe lidiar con las malezas grises,
fertilizar la tierra, transportar las macetas,
humedecer los pétalos, vigilar los trasplantes,
ejercer las tareas que abruman el espíritu.

Igual que las parásitas orquídeas
prendidas a los grandes árboles,
creará el jardinero la belleza
gracias a la vitalidad del tosco.

Los jardines y su fuerza simbólica; hay en ellos, una inmenso repertorio de oscura humedad y floreciente alegría.
Las hierbas buenas, el fertilizante, la regresiva semilla que afea los esfuerzos...
Me ha gustado muchísimo, Óscar.

Gracias por estar; un abrazo.

Arriba, con estos cuartetos simbólicos de Oscar Distefano.

Un placer de lectura, querido amigo.

Abrazos y Felices pascuas.

Óscar Distéfano escribió: ↑Sab, 24 Sep 2022 4:26 Trabajo sucio en el jardín

Existe en el jardín la labor pestilente:
la penosa tarea que requiere ser delegada.
Si las flores son confinadas al olvido,
pobres mortales, solo reclamarán supervivencia.

El diestro jardinero precisa un asistente
que canjee su esfuerzo por remuneración,
indiferente a la belleza, y frío su talento
ante los pétalos sedientos y la policromía.

Debe lidiar con las malezas grises,
fertilizar la tierra, transportar las macetas,
humedecer los pétalos, vigilar los trasplantes,
ejercer las tareas que abruman el espíritu.

Igual que las parásitas orquídeas
prendidas a los grandes árboles,
creará el jardinero la belleza
gracias a la vitalidad del tosco.

Bravo, Oscar! Un poema excelso en su buen hacer, su apreciacion del arduo trabajo que requiere la creacion y el mantenimiento de un jardin. Es un jardin en varios niveles de percepcion, que me ha parecido bien logrado. Belleza, buen hacer y sabiduria. Abrazos, querido Oscar.

A veces se nos pasan poemas, y es interesante el rescate. Me gustó cómo nos llevas a través de la tarea que requiere mantener el jardín, y la simbología que se puede deducir.
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Abrazos

Un placer leer estos cuartetos que subliman tu jardín poético.
Que te recuperes con mucha salud.
Abrazos, Oscar.

Hola Óscar, encantado de volver a leerte. Me gusta del poema la sonoridad y la cadencia, el ritmo casi contagioso.
Y lo veo como alegoría muy profunda y diamantina, esconde una gran joya, si hablamos de los vericuetos del alma, la expresión poética y la realización de uno mismo, o espiritual, como se quiera llamar. Y me remito a unos versos de San Juan de la Cruz, en su famoso Cántico espiritual: buscando mis amores iré por esos montes y riberas, ni cogeré las flores ni temere las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras.

Me encantó el poema, de esos que germinan.

Un saludo.