Editorial Alaire

POEMAS DE MÍ (IV)

Soy un perdedor. Me alegro.
Pero no he librado ninguna batalla.
La competición solo se nutre de hormonas,
pero no de los jugos del cerebro.
Hay cosas muy grandes en la existencia.
Cosas como la fraternidad por la que muchos mataron,
aunque todos sabían que era una meta.
Una meta intermedia, pero que debería ser alcanzada.
Yo me extiendo por las vísceras de los fracasados,
por las lágrimas cándidas de los que no saben del gozo.
Yo estoy con esa inmensidad de víctimas del desafío,
con esa grandeza de los que intentan comprender el infinito,
sin detenerse a considerar la estatura de los pechos
ni la pequeñez de los que empuñan armas de fuego.
No rezo por ellos ni por mí.
Sus miradas son ingenuas;
sus palabras, suaves y simples;
sus vidas albergan una felicidad oculta.
Ven junto a mí, gladiador invencible.
Dame un poco de tu dinero para ahorrarlo
y, llegado el momento, pagarte la mortaja.
Ven junto a mí, capitán del ejército del miedo.
Déjame oler el perfume verde de tus pies,
jugo de la hierba que pisoteaste
subiendo por las laderas de tu soñada gloria.
Ven junto a mi, asesino de ilusos incautos.
Entrégame tu pistola y tu mirada y tu falsa sonrisa.
No inmoles en el altar de tu avaricia la fe de los ingenuos,
porque, gracias a esa fe emergiste del barro.
Venid junto a mí, todos los pecadores de la lucha.
Yo os daré a beber el licor sagrado de mi especie,
os daré a comer algo de mí,
y os cubriré con las plumas de las palomas perdedoras
para que estéis cómodos en mi remanso de paz.

Ufff... qué poemazo, Jerónimo:

Tu poesìa nos pone a temblar, algo inusual hoy en día...

Resulta que en la impostura todos somos triunfadores. Nos jactamos de nuestros pequeños logros.

Pero en la realidad (que es más fuerte que la impostura) todos somos perdedores y unos fracasados. ¿Por qué? Porque hemos perdido a personas queridas. Por vida o por muerte.

Porque sabemos que nuestro destino es la sepultura. Porque nos damos cuenta de que no hay logro humano que nos sirva si vamos envejeciendo o simplemente no hemos conseguido el amor absoluto con alguien (sin fisuras) o la amistad absoluta con alguien (igualmente sin fisuras).

La vida es un viaje. Vivir ese viaje es fascinante, pero en ese viaje hay momentos accidentados y tremendos...

En fin... que tu poema me ha encantado

Aplausos
Un beso
Ana

Para mí es el mejor poema de una serie esplendorosa, en un primer momento se me vino a la mente la derrota de Lennon dentro de un triunfo incontestables. Volveré otra vez...

Un abrazo.

Estoy seguro de que no eres consciente de lo que estás haciendo, Jerónimo. Estás entregando un importante legado a Alaire en estos paseos sin escudo hacia el interior, ahí donde no podemos engañarnos a nosotros mismos, donde duermen para siempre los sueños irrealizados. Es posible que te hiera la huella del último Cernuda, ese hermoso vencido que remueve sus cenizas y extrae poesía de la urna.

Un abrazo.

Es un serie magnífica, Jerónimo. Desnudas tu pensamiento en cada verso, poesía honrada y de muy alta calidad. Estás en plena forma. Un fuerte abrazo.

Ana Muela Sopeña escribió: ↑Sab, 17 Sep 2022 23:22 Ufff... qué poemazo, Jerónimo:

Tu poesìa nos pone a temblar, algo inusual hoy en día...

Resulta que en la impostura todos somos triunfadores. Nos jactamos de nuestros pequeños logros.

Pero en la realidad (que es más fuerte que la impostura) todos somos perdedores y unos fracasados. ¿Por qué? Porque hemos perdido a personas queridas. Por vida o por muerte.

Porque sabemos que nuestro destino es la sepultura. Porque nos damos cuenta de que no hay logro humano que nos sirva si vamos envejeciendo o simplemente no hemos conseguido el amor absoluto con alguien (sin fisuras) o la amistad absoluta con alguien (igualmente sin fisuras).

La vida es un viaje. Vivir ese viaje es fascinante, pero en ese viaje hay momentos accidentados y tremendos...

En fin... que tu poema me ha encantado

Aplausos
Un beso
Ana

Me siento muy arropado por tus elogios y por tus profundas consideraciones sobre la existencia. Tus elogios parten de tu afecto pero, tus consideraciones parten de tu talento y capacidad intelectual.
Muchas gracias, Ana.
Otro beso para ti.

Jerónimo

Desde el coro de los perdedores va mi afecto y saludo, amigo Jerónimo. Excelente.

Un viaje por la vida magnífico. Un recorrido inteligente y profundo. En ese mundo de los perdedores estamos. Felicidades, me ha encantado.
Abrazos

Grande este poema, Jerónimo. Una de las cumbres de tu magnífica última etapa. Fuerza, imagen, profundidad temática... lo tiene todo.

Todo un placer de lectura.

Te felicito joven viejo amigo.

Abrazos.

F. Enrique escribió: ↑Dom, 18 Sep 2022 8:17 Estoy seguro de que no eres consciente de lo que estás haciendo, Jerónimo. Estás entregando un importante legado a Alaire en estos paseos sin escudo hacia el interior, ahí donde no podemos engañarnos a nosotros mismos, donde duermen para siempre los sueños irrealizados. Es posible que te hiera la huella del último Cernuda, ese hermoso vencido que remueve sus cenizas y extrae poesía de la urna.

Un abrazo.

Muchas gracias, Francisco. Estoy procurando escribir con serenidad y acercamiento a los corazones, pero eso del legado me parece excesivo. Yo solo escribo con la preocupación de quien toma el último tranvía. De todas formas, tus palabras me dan una satisfacción impagable, lo mismo que tu comprensión.
Un fuerte abrazo.

Jerónimo

Ramón Carballal escribió: ↑Dom, 18 Sep 2022 10:22 Es un serie magnífica, Jerónimo. Desnudas tu pensamiento en cada verso, poesía honrada y de muy alta calidad. Estás en plena forma. Un fuerte abrazo.

Gracias, Ramón, por tus elogios que me llenan de entusiasmo.
Otro fuerte abrazo para ti.

Jerónimo

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Arriba con la excelencia.

Te echamos de menos, querido jerónimo.

Brillantes versos, riqueza interior y expresiva.
Un deleite la lectura, Jerónimo Muñoz.
El mundo y sus egos en pretendidas victorias, pero el triunfo está en ser humilde barro.
Un abrazo.

Es un poema de extraordinaria belleza y resonancias. En mitad se vuelve un eco sarcastico a la llamada de los cansados, los afligidos, los que tienen hambre y sed de justicia. Esa paz ofrecida parece ser otra falacia si la muerte es el ultimo destino.

Ven junto a mí, gladiador invencible.
Dame un poco de tu dinero para ahorrarlo
y, llegado el momento, pagarte la mortaja.
Ven junto a mí, capitán del ejército del miedo.
Déjame oler el perfume verde de tus pies,
jugo de la hierba que pisoteaste
subiendo por las laderas de tu soñada gloria.
Ven junto a mi, asesino de ilusos incautos.
Entrégame tu pistola y tu mirada y tu falsa sonrisa.
No inmoles en el altar de tu avaricia la fe de los ingenuos,
porque, gracias a esa fe emergiste del barro.
Venid junto a mí, todos los pecadores de la lucha.
Yo os daré a beber el licor sagrado de mi especie,
os daré a comer algo de mí,
y os cubriré con las plumas de las palomas perdedoras
para que estéis cómodos en mi remanso de paz.

Conmoveda entrega, Jeronimo, te feliito. Abrazos, ERA

Me gustan esta serie de poemas de Mí. Tienen una profundidad honesta. Además, nos llevan al centro del corazón, el mí mismo. Al menos así lo interpreto yo.

Un placer de lectura, Jerónimo.

Un abrazo.