Verborrea de un domingo por la tarde
Publicado: Dom, 26 Oct 2008 15:34
Se puede masticar el odio
hasta hacer una gacha con él,
una pasta imposible de tragar,
difícil de escupir,
que se adhiere al paladar
lo mismo que hacen los recuerdos de un pasado
que solo consigue evadir el alcohol
y no siempre es fácil,
no basta muchas veces con un par de vasos de vino rosado
(las señoritas no podemos beber whisky
o perderíamos el glamour).
A veces hay que dejarse caer en antros
donde se rifan los abrazos
donde los polvos son algo más
que una sacudida entre las piernas
y un par de espaldas sudadas,
donde pensar en el orgasmo es tan solo
pretender ser actriz de una película porno.
Se puede salir victorioso de un domingo por la tarde
a pesar de que el cielo esté nublado
y el teléfono permanezca muerto,
a pesar de que nadie recuerde quién eres
y el mundo tan solo esté aguardando a que sea lunes
para cargar con la rutina al hombro
y volver a llamarte
para contarte que todo sigue igual
y que gracias a dios todavía te sigues llamando como el lunes pasado.
No puedo evitar pelearme con esta vida,
porque dicen las abuelas
que quien se pelea se desea
y yo no ansío más que vivir hasta que se sequen las palabras.
hasta hacer una gacha con él,
una pasta imposible de tragar,
difícil de escupir,
que se adhiere al paladar
lo mismo que hacen los recuerdos de un pasado
que solo consigue evadir el alcohol
y no siempre es fácil,
no basta muchas veces con un par de vasos de vino rosado
(las señoritas no podemos beber whisky
o perderíamos el glamour).
A veces hay que dejarse caer en antros
donde se rifan los abrazos
donde los polvos son algo más
que una sacudida entre las piernas
y un par de espaldas sudadas,
donde pensar en el orgasmo es tan solo
pretender ser actriz de una película porno.
Se puede salir victorioso de un domingo por la tarde
a pesar de que el cielo esté nublado
y el teléfono permanezca muerto,
a pesar de que nadie recuerde quién eres
y el mundo tan solo esté aguardando a que sea lunes
para cargar con la rutina al hombro
y volver a llamarte
para contarte que todo sigue igual
y que gracias a dios todavía te sigues llamando como el lunes pasado.
No puedo evitar pelearme con esta vida,
porque dicen las abuelas
que quien se pelea se desea
y yo no ansío más que vivir hasta que se sequen las palabras.