Poemas de mí (II)
Publicado: Jue, 01 Sep 2022 23:29
POEMAS DE Mí (II)
Estás en los capiteles que coronan el sustento del mundo,
en los campos de trigo gozosos de sol,
en las palmeras que peinan luz y perfumes,
en la espuma que baila sostenidas por su madre líquida,
entre los que creen en Dios,
entre los niños,
entre los que siempre sonríen,
ahí estás tú.
Pero también estás en la densa oscuridad de los callejones,
en las cárceles irrompibles de los rebeldes,
en el fango pegajoso de las favelas,
en las llanuras polvorientas donde el agua es milagro,
entre los analfabetos,
entre los delincuentes compulsivos,
entre los enfermos del sexo,
ahí también estás tú
Te busco por los jardines de la exaltación.
por los brillos solemnes,
por las esquinas iluminadas,
por los crueles confesionarios de las parroquias,
por los palacios y por los alcázares.
También por los burdeles del hambre,
por los rincones de alquitrán caliente
donde la vida es náusea,
por los salones del olvido
donde los humos son de arsénico
Y siempre te encuentro porque allí estás tú.
Yo te acompaño allá donde estés
porque tú eres yo.
Yo que te admiro y te disfruto,
yo que pienso en ti, en tus tentativas,
yo que asumo todas tus canciones de plenitud
y arranco de cuajo los brotes de tus gritos de dolor,
yo que glorifico la luz de tus párpados
y luego me adormezco en los charcos de tus carencias,
y me pregunto qué deseas de mis entrañas.
Solo me queda un atisbo de olvido.
Estás en los capiteles que coronan el sustento del mundo,
en los campos de trigo gozosos de sol,
en las palmeras que peinan luz y perfumes,
en la espuma que baila sostenidas por su madre líquida,
entre los que creen en Dios,
entre los niños,
entre los que siempre sonríen,
ahí estás tú.
Pero también estás en la densa oscuridad de los callejones,
en las cárceles irrompibles de los rebeldes,
en el fango pegajoso de las favelas,
en las llanuras polvorientas donde el agua es milagro,
entre los analfabetos,
entre los delincuentes compulsivos,
entre los enfermos del sexo,
ahí también estás tú
Te busco por los jardines de la exaltación.
por los brillos solemnes,
por las esquinas iluminadas,
por los crueles confesionarios de las parroquias,
por los palacios y por los alcázares.
También por los burdeles del hambre,
por los rincones de alquitrán caliente
donde la vida es náusea,
por los salones del olvido
donde los humos son de arsénico
Y siempre te encuentro porque allí estás tú.
Yo te acompaño allá donde estés
porque tú eres yo.
Yo que te admiro y te disfruto,
yo que pienso en ti, en tus tentativas,
yo que asumo todas tus canciones de plenitud
y arranco de cuajo los brotes de tus gritos de dolor,
yo que glorifico la luz de tus párpados
y luego me adormezco en los charcos de tus carencias,
y me pregunto qué deseas de mis entrañas.
Solo me queda un atisbo de olvido.