Blíster #1
Publicado: Lun, 18 Jul 2022 13:28
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Metido en un tedio insalubre
solo identifico vacíos legales pa hacer trampas
mientras me quedo comiendo techo
hasta que devoro mis meninges
y encuentro pasadizos alumbrados y puertas;
el firmamento detrás de los ladrillos
y constelaciones,
en la cara interna de mi cráneo.
Vuelco lo que queda de mi vida en la pantalla
y en un prodigio inalámbrico,
vuelvo a sentirme un niño chico y sonriente,
caminando por la senda polvorienta de tu tierra
en plena noche, a tu lado,
con una Luna grande
que me deja ver tus iris y jugar con los colores de las sombras;
mientras la brisa mueve el trigo en la cosecha
con una paz marítima
igual que tu voz calmándome las ansias a oleadas.
¿Cuántas muertes más habremos de pasar
para renacer en nuestra vida?
Por más que me pregunte,
mi suerte es que hoy me vibra el corazón como los tímpanos,
que ya no miro atrás cuando salgo del averno,
cuando salgo del club, de tu mano,
-desterrado el frío de mi sangre-.
Mi suerte ahora
es que te abrí la puerta el primer día,
y subí a la mesa y follamos hasta la extenuación;
haber bailado contigo sobre el parquet,
brindado, mientras cenábamos en el balcón;
que mi cuerpo es habitado por esta fuerza
implacable y desconocida
a la que decidimos llamar amor.
Metido en un tedio insalubre
solo identifico vacíos legales pa hacer trampas
mientras me quedo comiendo techo
hasta que devoro mis meninges
y encuentro pasadizos alumbrados y puertas;
el firmamento detrás de los ladrillos
y constelaciones,
en la cara interna de mi cráneo.
Vuelco lo que queda de mi vida en la pantalla
y en un prodigio inalámbrico,
vuelvo a sentirme un niño chico y sonriente,
caminando por la senda polvorienta de tu tierra
en plena noche, a tu lado,
con una Luna grande
que me deja ver tus iris y jugar con los colores de las sombras;
mientras la brisa mueve el trigo en la cosecha
con una paz marítima
igual que tu voz calmándome las ansias a oleadas.
¿Cuántas muertes más habremos de pasar
para renacer en nuestra vida?
Por más que me pregunte,
mi suerte es que hoy me vibra el corazón como los tímpanos,
que ya no miro atrás cuando salgo del averno,
cuando salgo del club, de tu mano,
-desterrado el frío de mi sangre-.
Mi suerte ahora
es que te abrí la puerta el primer día,
y subí a la mesa y follamos hasta la extenuación;
haber bailado contigo sobre el parquet,
brindado, mientras cenábamos en el balcón;
que mi cuerpo es habitado por esta fuerza
implacable y desconocida
a la que decidimos llamar amor.