Lágrimas en los cristales
Publicado: Mar, 28 Jun 2022 21:38
Ayer no lloraba los sollozos de hoy,
hoy no es aún capaz de llorar los de mañana,
mañana, seguro es,
no será capaz, ni tan siquiera,
de imaginar el motivo por el que llorar.
Y es así,
será así,
y seguirá siendo de esa manera.
Es posible que la lluvia siga llorando
mientras resbale por los cristales,
que el mar espumee su llanto en las orillas
y que estas, le seque el enfado en su retiro.
Pero seguirán habiendo lugares olvidados,
seres en desnutrición y desamparo,
tormentas sin sentido aparente,
bocas cerradas y otras abiertas
sin mediar palabras.
Habrán cielos azules y otros de gris silencio,
miradas que alimentan, que enternecen,
incluso otras, en momentos inoportunos,
que harán daño,
que, sin ser sicarios, te matan,
te asesinan, sin ser declaradas culpables.
Pero, te seguiré oyendo en silencio,
te observaré con mis ciegos ojos,
respiraré de tu mismo oxígeno,
y te seguiré buscando en mi niebla particular.
Más siempre perdurarán
las lágrimas que derramé ayer,
mis ojos ciegos y húmedos del hoy más cercano
y la duda del porqué lo haré mañana.
Eso sí,
la lluvia seguirá impregnando de lágrimas
los cristales de las ventanas.
Pero tú,
seguirás perdida entre la niebla.
hoy no es aún capaz de llorar los de mañana,
mañana, seguro es,
no será capaz, ni tan siquiera,
de imaginar el motivo por el que llorar.
Y es así,
será así,
y seguirá siendo de esa manera.
Es posible que la lluvia siga llorando
mientras resbale por los cristales,
que el mar espumee su llanto en las orillas
y que estas, le seque el enfado en su retiro.
Pero seguirán habiendo lugares olvidados,
seres en desnutrición y desamparo,
tormentas sin sentido aparente,
bocas cerradas y otras abiertas
sin mediar palabras.
Habrán cielos azules y otros de gris silencio,
miradas que alimentan, que enternecen,
incluso otras, en momentos inoportunos,
que harán daño,
que, sin ser sicarios, te matan,
te asesinan, sin ser declaradas culpables.
Pero, te seguiré oyendo en silencio,
te observaré con mis ciegos ojos,
respiraré de tu mismo oxígeno,
y te seguiré buscando en mi niebla particular.
Más siempre perdurarán
las lágrimas que derramé ayer,
mis ojos ciegos y húmedos del hoy más cercano
y la duda del porqué lo haré mañana.
Eso sí,
la lluvia seguirá impregnando de lágrimas
los cristales de las ventanas.
Pero tú,
seguirás perdida entre la niebla.