Editorial Alaire

Javier Dicenzo escribió: ↑Vie, 24 Jun 2022 23:49 Nerudiano en el mar crepuscular del ayer

A Oscar Distefano con afecto San pedro Buenos Aires

Nerudiano, en la paz de la crisálida herida por cruces de fuego,
como las brasas del fuego irrisible de las manos limpias en el firmamento,
el crepúsculo lamenta, la libertad de las almas y las llagas azules.

Nerudiano, en el mar, en ese mar de muertes crispidas de la nada.

Nerudiano porque he de morir en tus ojos, en tus manos.

Hoy te quiero, hoy como el lobo asesino de los futuros llantos.

Poeta, llama herida de ojos ínfimos e infinitos.

Olvido como las cruces de fuego Nerudiano en el mar…

Nerudiano, en el pálpito de un grito de pájaro negro.
alma que se muere en el bebé de los vientres infinitos.

Senos de belleza húmeda de poetas encendidos
como Abelardo Castillo lobo salvaje de las pampas.

Nerudiano gris, nerudiano poeta que juega a ser niño,
brazas de mieles elevadas del universo, de tu universo amada.

Te pierdo, en la boca fulgurosa de la nada, y de los dones
hoy es el crispido leño egocéntrico de mi yo
El crepúsculo llamante de los señores últimos de la elegía.

Tu gris mirada se eleva y te miento, yo te miento.
y dejo correr el agua por los ríos, y por los mares.
Hoy renaceré en reencarnación, en vida pura.

Tu Nerudiano llanto, tu verso herido, tu llama.
Hoy muero por ti, porque eres... eres... eres.
Eres... eres. Eres… eres…

La mía de restos azules… azules. Azules…