Editorial Alaire

Pablo Sales escribió: ↑Mar, 14 Jun 2022 20:01 Desde este lugar sin nombre
que esconde las cenizas calladas
de los mas oscuros deseos,
donde las piedras que nada perpetúan
y el árbol que mira absorto el mar
guardan el aroma de la Historia,
la lenta declinación de la tarde.

El tiempo, que ocurre sin remordimientos,
te acosa con días de desconsuelo
y noches de confusas realidades
exentas de gratitud. Aún así,
te hace llegar un poco del brillo
del mar y las estrellas
que iluminan la carne que ignoraste
-cegado por la gloria efímera de cualquier amor-,
y que ahora, sin fuerzas para evitar
cualquier espejismo, reclamas
con llanto urgente de recién nacido.

Rompe con tus últimas energías
el espejo que te usurpa,
pues no muestra nada
que te pueda enorgullecer,
y rescata de su profundidad
las presencias que allí encontraron
refugio ante tu olvido.

Así podrás escuchar de nuevo,
sobre el crujido de tanta ceniza fría,
los rojos violines del amanecer y las voces
que reconoces y saludas agradecido,
pues incansables te ofrecen otra vez
el milagro del tiempo recobrado.

Pablo Sales escribió: ↑Mar, 14 Jun 2022 20:01 Desde este lugar sin nombre
que esconde las cenizas calladas
de los mas oscuros deseos,
donde las piedras que nada perpetúan
y el árbol que mira absorto el mar
guardan el aroma de la Historia,
la lenta declinación de la tarde.

El tiempo, que ocurre sin remordimientos,
te acosa con días de desconsuelo
y noches de confusas realidades
exentas de gratitud. Aún así,
te hace llegar un poco del brillo
del mar y las estrellas
que iluminan la carne que ignoraste
-cegado por la gloria efímera de cualquier amor-,
y que ahora, sin fuerzas para evitar
cualquier espejismo, reclamas
con llanto urgente de recién nacido.

Rompe con tus últimas energías
el espejo que te usurpa,
pues no muestra nada
que te pueda enorgullecer,
y rescata de su profundidad
las presencias que allí encontraron
refugio ante tu olvido.

Así podrás escuchar de nuevo,
sobre el crujido de tanta ceniza fría,
los rojos violines del amanecer y las voces
que reconoces y saludas agradecido,
pues incansables te ofrecen otra vez
el milagro del tiempo recobrado.

Pablo Sales escribió: ↑Mar, 14 Jun 2022 20:01 Desde este lugar sin nombre
que esconde las cenizas calladas
de los mas oscuros deseos,
donde las piedras que nada perpetúan
y el árbol que mira absorto el mar
guardan el aroma de la Historia,
la lenta declinación de la tarde.

El tiempo, que ocurre sin remordimientos,
te acosa con días de desconsuelo
y noches de confusas realidades
exentas de gratitud. Aún así,
te hace llegar un poco del brillo
del mar y las estrellas
que iluminan la carne que ignoraste
-cegado por la gloria efímera de cualquier amor-,
y que ahora, sin fuerzas para evitar
cualquier espejismo, reclamas
con llanto urgente de recién nacido.

Rompe con tus últimas energías
el espejo que te usurpa,
pues no muestra nada
que te pueda enorgullecer,
y rescata de su profundidad
las presencias que allí encontraron
refugio ante tu olvido.

Así podrás escuchar de nuevo,
sobre el crujido de tanta ceniza fría,
los rojos violines del amanecer y las voces
que reconoces y saludas agradecido,
pues incansables te ofrecen otra vez
el milagro del tiempo recobrado.

Pablo Sales escribió: ↑Mar, 14 Jun 2022 20:01 Desde este lugar sin nombre
que esconde las cenizas calladas
de los mas oscuros deseos,
donde las piedras que nada perpetúan
y el árbol que mira absorto el mar
guardan el aroma de la Historia,
la lenta declinación de la tarde.

El tiempo, que ocurre sin remordimientos,
te acosa con días de desconsuelo
y noches de confusas realidades
exentas de gratitud. Aún así,
te hace llegar un poco del brillo
del mar y las estrellas
que iluminan la carne que ignoraste
-cegado por la gloria efímera de cualquier amor-,
y que ahora, sin fuerzas para evitar
cualquier espejismo, reclamas
con llanto urgente de recién nacido.

Rompe con tus últimas energías
el espejo que te usurpa,
pues no muestra nada
que te pueda enorgullecer,
y rescata de su profundidad
las presencias que allí encontraron
refugio ante tu olvido.

Así podrás escuchar de nuevo,
sobre el crujido de tanta ceniza fría,
los rojos violines del amanecer y las voces
que reconoces y saludas agradecido,
pues incansables te ofrecen otra vez
el milagro del tiempo recobrado.