Pink Floyd - Otro ladrillo en el Muro

Cuentos, historias, relatos, novelas, reportajes y artículos de opinión que no tengan que ver con la poesía, todo dentro de una amplia libertad de expresión y, sobre todo, siempre observando un escrupuloso respeto hacia los intervinientes.

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F. Enrique
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Pink Floyd - Otro ladrillo en el Muro

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Pink Floyd - Otro ladrillo en el muro

Cuando Roger Waters nos habló de sus traumas y de sus miedos creó una obra que no deja de crecer con el paso del tiempo; ¿La cara oculta de la luna? ¿Ojalá estuvieras aquí? Hay quien empieza a rendirse a la complejidad introspectiva e implacable de un hombre que transita por el mundo de los adultos buscando la redención sin poder romper las cadenas de una niñez luctuosa en un tiempo de guerra, entonces mira a su alrededor cuando uno no quiere hablar y apenas puede moverse, es imposible que pueda franquear el muro aunque lo derriben porque está dentro de uno mismo, faltaban unos diez años para que lo hicieran y aún nos quema con el recuerdo de sus sombras.



Hay un muro que me separa del niño que fui y cada vez que cae me muestra las ruinas de lo que queda de mí mismo.
Francisco Enrique León 8 de octubre de 2017, 11:40

Se sabe con certeza y sin ninguna duda posible que el fantasma de Syd Barrett estuvo presente e hizo alcanzar una altura desmesurada a la mágica y frágil "Brain damage" y se apoderó casi por completo del deslumbrante "Wish you were here", aparte de la sentimental y entrañable canción que le da título también se yergue sobre la sinfonía más convincente y recordada de nuestro tiempo; la límpida y emocionante "Shine on you crazy diamonds".

Con respecto a lo que me dices, Juan Carlos, no sé qué decirte, nunca debí perderle la pista al grupo fetiche del grupito de amigos que tuve durante mi adolescencia, pero no me extrañaría que también apareciera oprimido por la tiranía del muro, se sabe a ciencia cierta que David Gilmour, quien tuvo que afrontar la tarea titánica de sustituir al genio que había enloquecido y, sobre todo, Rogers Waters, quedaron marcados para siempre por el talento desencadenado que llegaron a vislumbrar en el abismo de un trastorno bipolar muy mal aderezado.

Quedé muy satisfecho de la entrada que le dediqué en este blog a "See Emily play"; Syd ante una audiencia que aún no puede comprender las dimensiones sin fronteras de su imaginación mientras hablaba en el mismo lugar y con argumentos igual de brillantes a Lennon y McCartney

Francisco Enrique León9 de octubre de 2017, 14:03

Me alegro mucho de volver a hablarte, Tara, ya ves que voy de un sitio a otro sin apenas dejar huellas en el camino. No es porque lo haya decidido, ocurre y debo apechugar con ello; no me concentro, lo que debía ser una bendición se convirtió en una condena, se me vienen a la mente demasiadas cosas al mismo tiempo y no puedo aprehender ninguna. Me busco releyendo lo que me escribís y lo que yo os he escrito intentando saber algo más de mí. Estos días dedico mucho tiempo a la situación de Cataluña, me preocupa sinceramente.

Cuando quieras podemos hablar de Pink Floyd y de los delirios de grandeza de toda una pandilla, vinieron después los tiempos más hermosos que recuerde, cuando los libros iban de mano en mano, los cines estaban llenos y te quedabas sin entradas para ver un concierto.

Francisco Enrique León10 de octubre de 2017, 6:04

No he podido ver a los Pink Floyd en directo, Tara, te envidio por que tú sí has gozado de ese privilegio, y en qué marco. Tuve a Pink Floyd olvidados durante años y volvieron a mí para quedarse y de mi escritorio no se mueven.

Espero leer tu relato, como siempre será bueno y el tema me toca especialmente. Lo haces muy bien, eres original y diversa y cuidas el idioma cuando otros para desmarcarse hablan de escritura moderna.

En efecto, no los he visto nunca en directo, pero te aseguro que sentí vibraciones extrañas y confortantes como si hubiera estado allí cuando contemplé el vídeo de la reconciliación de David Gilmour y Roger Waters mientras cantaban la mítica Confortablemente entumecido.





Permíteme, Tara, que para contestarte algo de mi posicionamiento sobre la cuestión catalana me sirva de un post que puse ayer a alguien que, quizás, no se merecía el esfuerzo que hice para dejarles claras mis ideas.

"No quiero más agarradas, Antonio, acabo de tener unas casi traumáticas con dos personas de derechas de las que me gusta el trato pero, en absoluto, sus ideas. He tenido que desempolvar mis libros de historia para replicarles y observo, como ya sabía, que la gente no cambia por mucho que demuestres lo que afirmas. Ya sabes que tengo otra bandera, pero ayer sentía que eran hermosas las que llevaban en la mano los catalanes que quieren seguir siendo España, al menos aplaudamos su valentía; el independentismo amenaza ya con la violencia y la exclusión. Hay que saber dotar de sentido la importancia de cada momento, no creo que haya nada más importante en la política española ahora mismo.

Soy muy de izquierdas y así me ha ido en esta ciudad donde el parecer y mirar hacia otro lado sigue siendo importante.

Voté a Pablo Iglesias la primera vez que se presentó a las elecciones y hoy me parece una figura patética que va a perder buena parte del apoyo justificadamente: hay momentos en que la ambigüedad es cobardía o intentar sacar créditos políticos de uno y otro lado por encima de la verdad y los sentimientos. Por mi parte, aunque tuviera el mejor programa posible yo no estaría a su lado, no puedo estarlo con quien tiene entre sus prioridades entregar mi ciudad por el bien de todos los españoles, es un asunto importante para nuestra supervivencia. Nunca se ha retractado adecuadamente. Tu dialéctica es exactamente la misma que la de esas personas de extrema derecha pero cambiando los cromos; una de ellas me dice indirectamente que si soy de izquierdas no puedo amar a mi país. Por lo demás, Antonio, tengo un muro con buena música en el que no me has dicho ni hola en unos años, mientras yo llenaba tu muro con debates que siempre proponías tú.


Francisco Enrique León26 de octubre de 2017, 11:33

Me preocupa la situación catalana, aunque la independencia se vea cada vez más lejos. El adoctrinamiento en las escuelas ha tenido y tiene tintes fascistoides, exclusivistas y. xenófobos, para estos niños España es una perra que ya no tiene amo, el resto de los españoles somos de una raza inferior, como diría Unamuno "seremos vencidos pero no convencidos". Estos niños formados por un sistema educativo cruel para los otros y sustentados por los mitos y sus mentiras son el huevo de la serpiente de Bergman.

Es escalofriante pensar que casi el cincuenta por ciento de los catalanes piense así.
No soy de aquí ni soy de allá.
(Facundo Cabral)
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