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La manzana
Publicado: Mar, 07 Jun 2022 20:45
por Alejandro Costa
Era una manzana.
Tan solo una en el huerto del deseo,
brillante como espuma aterciopelada,
fuerte como el colmillo de un intruso,
bella como un paraíso eterno, adornado de vegetación fresca,
verde, con aroma a primavera ancestral.
De piel serena,
egoísta ante ojos de naturaleza,
dueña del sol, de la luz, del paisaje adormecido.
Personaje único e impertérrito en un cuadro a medio esbozar,
de una obra a medio escribir,
una fruta aún sin madurar.
Era diosa en un reino solitario,
belleza en un vientre de triste linaje,
y brillaba y crecía,
llenaba su interior de semillas
mientras sentía su fuerte presencia
entre la soledad más austera.
Y llegó el otoño,
el aire triste y el llanto de un cielo
acostumbrado a palidecer cuando el frío golpea sus nubes.
La manzana perdió su brillo,
su tersa piel, se encogía, se arrugaba,
su color, de fina porcelana, era escabroso,
demasiado frágil para los pájaros del silencio.
Y rodó una mañana,
sin brillo, sin corona y sin semillas.
Y aquel huerto solitario siguió pintándose de verde,
con el aroma fresco de una primavera ancestral.
Pero ya no había fruto al que adorar.
Era una manzana.
Tan solo una.
Re: La manzana
Publicado: Mar, 07 Jun 2022 20:51
por Ana Estepa
Es lo que suele ocurrir, que nada es para siempre; ni la juventud, ni la belleza, ni la vida.
Has sabido transmitir muy bien la historia de esa manzana impertérrita y altiva. Que dejó de ser la única del lugar, para acabar siendo aquello que todos algún día seremos. Nada.
Re: La manzana
Publicado: Mar, 07 Jun 2022 21:09
por Óscar Distéfano
Alejandro Costa escribió: ↑Mar, 07 Jun 2022 20:45
Era una manzana.
Tan solo una en el huerto del deseo,
brillante como espuma aterciopelada,
fuerte como el colmillo de un intruso,
bella como un paraíso eterno, adornado de vegetación fresca,
verde, con aroma a primavera ancestral.
De piel serena,
egoísta ante ojos de naturaleza,
dueña del sol, de la luz, del paisaje adormecido.
Personaje único e impertérrito en un cuadro a medio esbozar,
de una obra a medio escribir,
una fruta aún sin madurar.
Era diosa en un reino solitario,
belleza en un vientre de triste linaje,
y brillaba y crecía,
llenaba su interior de semillas
mientras sentía su fuerte presencia
entre la soledad más austera.
Y llegó el otoño,
el aire triste y el llanto de un cielo
acostumbrado a palidecer cuando el frío golpea sus nubes.
La manzana perdió su brillo,
su tersa piel, se encogía, se arrugaba,
su color, de fina porcelana, era escabroso,
demasiado frágil para los pájaros del silencio.
Y rodó una mañana,
sin brillo, sin corona y sin semillas.
Y aquel huerto solitario siguió pintándose de verde,
con el aroma fresco de una primavera ancestral.
Pero ya no había fruto al que adorar.
Era una manzana.
Tan solo una.
Has escrito, estimado compañero, una alegoría (muy difícil de lograr en poesía) que trata no solo del paso cíclico de la vida; del nacer crecer y morir como una injusticia de la creación; sino, también la conciencia de que, más allá de la realidad, la inexistencia guarda también sus secretos: algo así como la antiexistencia, algo así como la desolación de lo perdido para siempre, algo así como (recordando a Cernuda) el hábitat del olvido. Además, quiero resaltar el depurado ritmo de tu poema. Te aplaudo.
Un abrazo grande.
Óscar
Re: La manzana
Publicado: Mar, 07 Jun 2022 21:30
por Ramón Carballal
Un poema excelente. Me hubiera gustado escribirlo a mí. Abrazos.
Re: La manzana
Publicado: Mié, 08 Jun 2022 0:34
por xaime oroza carballo
Alejandro Costa escribió: ↑Mar, 07 Jun 2022 20:45
Era una manzana.
Tan solo una en el huerto del deseo,
brillante como espuma aterciopelada,
fuerte como el colmillo de un intruso,
bella como un paraíso eterno, adornado de vegetación fresca,
verde, con aroma a primavera ancestral.
De piel serena,
egoísta ante ojos de naturaleza,
dueña del sol, de la luz, del paisaje adormecido.
Personaje único e impertérrito en un cuadro a medio esbozar,
de una obra a medio escribir,
una fruta aún sin madurar.
Era diosa en un reino solitario,
belleza en un vientre de triste linaje,
y brillaba y crecía,
llenaba su interior de semillas
mientras sentía su fuerte presencia
entre la soledad más austera.
Y llegó el otoño,
el aire triste y el llanto de un cielo
acostumbrado a palidecer cuando el frío golpea sus nubes.
La manzana perdió su brillo,
su tersa piel, se encogía, se arrugaba,
su color, de fina porcelana, era escabroso,
demasiado frágil para los pájaros del silencio.
Y rodó una mañana,
sin brillo, sin corona y sin semillas.
Y aquel huerto solitario siguió pintándose de verde,
con el aroma fresco de una primavera ancestral.
Pero ya no había fruto al que adorar.
Era una manzana.
Tan solo una.
Todos manzana en este paraíso, jardín efímero.
Siempre un grato placer leerte.
Un abrazo.
Re: La manzana
Publicado: Jue, 09 Jun 2022 0:03
por Alejandro Costa
Ana Estepa escribió: ↑Mar, 07 Jun 2022 20:51
Es lo que suele ocurrir, que nada es para siempre; ni la juventud, ni la belleza, ni la vida.
Has sabido transmitir muy bien la historia de esa manzana impertérrita y altiva. Que dejó de ser la única del lugar, para acabar siendo aquello que todos algún día seremos. Nada.
Ves como no es tan difícil.
Estamos hablando, sintiendo, acuñando sensaciones.
Gracias por estar ahí, dándome calor y obsequiándome con tus dulces comentarios.
Un beso del alma.
Re: La manzana
Publicado: Jue, 09 Jun 2022 5:43
por F. Enrique
Era diosa en un reino solitario,
belleza en un vientre de triste linaje,
y brillaba y crecía,
llenaba su interior de semillas
mientras sentía su fuerte presencia
entre la soledad más austera.
Ha sido grato volver a leerte otra vez.
Re: La manzana
Publicado: Jue, 09 Jun 2022 15:55
por Mirta Elena Tessio
Alejandro Costa escribió: ↑Mar, 07 Jun 2022 20:45
Era una manzana.
Tan solo una en el huerto del deseo,
brillante como espuma aterciopelada,
fuerte como el colmillo de un intruso,
bella como un paraíso eterno, adornado de vegetación fresca,
verde, con aroma a primavera ancestral.
De piel serena,
egoísta ante ojos de naturaleza,
dueña del sol, de la luz, del paisaje adormecido.
Personaje único e impertérrito en un cuadro a medio esbozar,
de una obra a medio escribir,
una fruta aún sin madurar.
Era diosa en un reino solitario,
belleza en un vientre de triste linaje,
y brillaba y crecía,
llenaba su interior de semillas
mientras sentía su fuerte presencia
entre la soledad más austera.
Y llegó el otoño,
el aire triste y el llanto de un cielo
acostumbrado a palidecer cuando el frío golpea sus nubes.
La manzana perdió su brillo,
su tersa piel, se encogía, se arrugaba,
su color, de fina porcelana, era escabroso,
demasiado frágil para los pájaros del silencio.
Y rodó una mañana,
sin brillo, sin corona y sin semillas.
Y aquel huerto solitario siguió pintándose de verde,
con el aroma fresco de una primavera ancestral.
Pero ya no había fruto al que adorar.
Era una manzana.
Tan solo una.
Bello poema Alejandro. Me pone feliz los comentarios que recibes.
La manzana , el fruto prohibido pero en este caso el final de todas lo viviente.
La belleza de este poema está en lo simbólico y en el lirismo. Se lee como un cuento con mucha fluidez.
Te regalo esta frase que es de mi hija:
Quisiera que alguien me pase aquella receta infalible para comprender los misterios del tiempo.
Te dejo como siempre un abrabesos.
Re: La manzana
Publicado: Mié, 15 Jun 2022 19:07
por Alejandro Costa
Óscar Distéfano escribió: ↑Mar, 07 Jun 2022 21:09
Alejandro Costa escribió: ↑Mar, 07 Jun 2022 20:45
Era una manzana.
Tan solo una en el huerto del deseo,
brillante como espuma aterciopelada,
fuerte como el colmillo de un intruso,
bella como un paraíso eterno, adornado de vegetación fresca,
verde, con aroma a primavera ancestral.
De piel serena,
egoísta ante ojos de naturaleza,
dueña del sol, de la luz, del paisaje adormecido.
Personaje único e impertérrito en un cuadro a medio esbozar,
de una obra a medio escribir,
una fruta aún sin madurar.
Era diosa en un reino solitario,
belleza en un vientre de triste linaje,
y brillaba y crecía,
llenaba su interior de semillas
mientras sentía su fuerte presencia
entre la soledad más austera.
Y llegó el otoño,
el aire triste y el llanto de un cielo
acostumbrado a palidecer cuando el frío golpea sus nubes.
La manzana perdió su brillo,
su tersa piel, se encogía, se arrugaba,
su color, de fina porcelana, era escabroso,
demasiado frágil para los pájaros del silencio.
Y rodó una mañana,
sin brillo, sin corona y sin semillas.
Y aquel huerto solitario siguió pintándose de verde,
con el aroma fresco de una primavera ancestral.
Pero ya no había fruto al que adorar.
Era una manzana.
Tan solo una.
Has escrito, estimado compañero, una alegoría (muy difícil de lograr en poesía) que trata no solo del paso cíclico de la vida; del nacer crecer y morir como una injusticia de la creación; sino, también la conciencia de que, más allá de la realidad, la inexistencia guarda también sus secretos: algo así como la antiexistencia, algo así como la desolación de lo perdido para siempre, algo así como (recordando a Cernuda) el hábitat del olvido. Además, quiero resaltar el depurado ritmo de tu poema. Te aplaudo.
Un abrazo grande.
Óscar
[/quote
Muchas gracias, compañero.
Un comentario muy agradable y a la vez muy valioso.
Un fuerte abrazo.
Re: La manzana
Publicado: Mié, 15 Jun 2022 19:13
por Alejandro Costa
Ramón Carballal escribió: ↑Mar, 07 Jun 2022 21:30
Un poema excelente. Me hubiera gustado escribirlo a mí. Abrazos.
¡Ramón! ¡Por Dios!
Tú puedes hacerlo mucho mejor.
Te lo agradezco de corazón.
Te contaré un secreto. Lo escribí la tarde del martes siete de Junio, en un jardín bajo la sombra de los árboles y a pesar de ello con muchísimo calor, mientras esperaba que me adecentaran un poco mi viejo coche. Al no tener nada a mano, terminé escribiéndolo en el móvil. Ya ves, locura total. Pero creo que lo disfruté muchísimo.
En fin, tan solo en una anécdota.
Un fuerte abrazo.
Re: La manzana
Publicado: Mié, 15 Jun 2022 19:13
por Alejandro Costa
xaime oroza carballo escribió: ↑Mié, 08 Jun 2022 0:34
Alejandro Costa escribió: ↑Mar, 07 Jun 2022 20:45
Era una manzana.
Tan solo una en el huerto del deseo,
brillante como espuma aterciopelada,
fuerte como el colmillo de un intruso,
bella como un paraíso eterno, adornado de vegetación fresca,
verde, con aroma a primavera ancestral.
De piel serena,
egoísta ante ojos de naturaleza,
dueña del sol, de la luz, del paisaje adormecido.
Personaje único e impertérrito en un cuadro a medio esbozar,
de una obra a medio escribir,
una fruta aún sin madurar.
Era diosa en un reino solitario,
belleza en un vientre de triste linaje,
y brillaba y crecía,
llenaba su interior de semillas
mientras sentía su fuerte presencia
entre la soledad más austera.
Y llegó el otoño,
el aire triste y el llanto de un cielo
acostumbrado a palidecer cuando el frío golpea sus nubes.
La manzana perdió su brillo,
su tersa piel, se encogía, se arrugaba,
su color, de fina porcelana, era escabroso,
demasiado frágil para los pájaros del silencio.
Y rodó una mañana,
sin brillo, sin corona y sin semillas.
Y aquel huerto solitario siguió pintándose de verde,
con el aroma fresco de una primavera ancestral.
Pero ya no había fruto al que adorar.
Era una manzana.
Tan solo una.
Todos manzana en este paraíso, jardín efímero.
Siempre un grato placer leerte.
Un abrazo.
Gracias por acercarte a mis letras.
Un abrazo.
Re: La manzana
Publicado: Mié, 15 Jun 2022 19:14
por Alejandro Costa
F. Enrique escribió: ↑Jue, 09 Jun 2022 5:43
Era diosa en un reino solitario,
belleza en un vientre de triste linaje,
y brillaba y crecía,
llenaba su interior de semillas
mientras sentía su fuerte presencia
entre la soledad más austera.
Ha sido grato volver a leerte otra vez.
Y grato, muy grato, volver a recibirte.
Gracias, compañero.
Abrazos.
Re: La manzana
Publicado: Mié, 15 Jun 2022 19:15
por Alejandro Costa
Mirta Elena Tessio escribió: ↑Jue, 09 Jun 2022 15:55
Alejandro Costa escribió: ↑Mar, 07 Jun 2022 20:45
Era una manzana.
Tan solo una en el huerto del deseo,
brillante como espuma aterciopelada,
fuerte como el colmillo de un intruso,
bella como un paraíso eterno, adornado de vegetación fresca,
verde, con aroma a primavera ancestral.
De piel serena,
egoísta ante ojos de naturaleza,
dueña del sol, de la luz, del paisaje adormecido.
Personaje único e impertérrito en un cuadro a medio esbozar,
de una obra a medio escribir,
una fruta aún sin madurar.
Era diosa en un reino solitario,
belleza en un vientre de triste linaje,
y brillaba y crecía,
llenaba su interior de semillas
mientras sentía su fuerte presencia
entre la soledad más austera.
Y llegó el otoño,
el aire triste y el llanto de un cielo
acostumbrado a palidecer cuando el frío golpea sus nubes.
La manzana perdió su brillo,
su tersa piel, se encogía, se arrugaba,
su color, de fina porcelana, era escabroso,
demasiado frágil para los pájaros del silencio.
Y rodó una mañana,
sin brillo, sin corona y sin semillas.
Y aquel huerto solitario siguió pintándose de verde,
con el aroma fresco de una primavera ancestral.
Pero ya no había fruto al que adorar.
Era una manzana.
Tan solo una.
Bello poema Alejandro. Me pone feliz los comentarios que recibes.
La manzana , el fruto prohibido pero en este caso el final de todas lo viviente.
La belleza de este poema está en lo simbólico y en el lirismo. Se lee como un cuento con mucha fluidez.
Te regalo esta frase que es de mi hija:
Quisiera que alguien me pase aquella receta infalible para comprender los misterios del tiempo.
Te dejo como siempre un abrabesos.
Bonita frase, precioso comentario.
Me alegra muchísimo verte pasear por mi jardín.
Millones de besos y mi gratitud.
Re: La manzana
Publicado: Jue, 16 Jun 2022 14:05
por Pilar Morte
Has utilizado la manzana con acierto y has dado a los versos su toque de belleza. Me gustó.
Abrazos
Re: La manzana
Publicado: Jue, 16 Jun 2022 20:39
por Alejandro Costa
Pilar Morte escribió: ↑Jue, 16 Jun 2022 14:05
Has utilizado la manzana con acierto y has dado a los versos su toque de belleza. Me gustó.
Abrazos
La belleza la trata de dibujar el poeta, pero es el lector el que realmente le da colorido y la hace más bella.
Y tú, mi querida Pilar, adornas de primavera todo, tan solo con tu presencia.
Mil gracias.
Un beso.