Consideraciones sobre la poesía de Cernuda

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Jerónimo Muñoz
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Consideraciones sobre la poesía de Cernuda

Mensaje sin leer por Jerónimo Muñoz »

CONSIDERACIONES SOBRE LA POESÍA DE CERNUDA

He querido dedicar este artículo al poeta del 27, Luis Cernuda, porque, siendo uno de los “grandes” de esa generación, es también el menos estudiado por la mayoría de los autores incipientes de hoy.
Luis Cernuda nació en Sevilla en 1902. Tuvo una infancia solitaria pero, ya en su juventud recibió una sólida formación literaria, principalmente poética, siendo su principal maestro Pedro Salinas, que muy pronto vio en él sus extraordinarias cualidades, De carácter introvertido y tímido, guardó muy celosamente su intimidad sexual.
Y tras esta síntesis de las particularidades del autor, pasaré a exponer algunas consideraciones sobre su poesía.
Cuando publica su primer libro, Perfil del aire, el poeta revela una personalidad propia. Aparece en esa obra un mundo inmóvil, proyectado sobre un tiempo detenido. La noche es la muerte, y el día, un cotidiano regreso a la vida. A lo largo de su trayectoria poética, se consolidan los rasgos del poeta; el cristal de su ventana irisa la luz y permite establecer entre el soñador y el mundo una relación lírica. El canto lírico surge, en ocasiones, frente a los objetos cotidianos e inmediatos, pero la lectura de sus poesías revela de pronto la presencia del plano subjetivo. Cernuda es el poeta de la soledad omnipresente, la indolencia, la presencia obsesiva de la página en blanco, como signo de esterilidad y de frustración. A través de los sentidos, el poeta entra en contacto con el mundo, pero esa experiencia no culmina en el gozo intelectual, en la plenitud, en la afirmación de sí mismo, sino en un morboso afán de amor y olvido. Frente a la ventana de Cernuda no hay un contemplador ávido de esa perfección que se le entrega, acotada, límpida, en relieve: adentro hay soledad, esterilidad, impotencia; afuera, hastío. Su presente inmovilizado, ingrávido, respira el presentimiento de la muerte, la inminencia del cambio y del tránsito. El jardín secreto, escondido entre sus muros, más que presente concreto es sueño del tiempo que pasa, de la noche que marchitará las ramas y enlodará las aguas. La capacidad de Cernuda para asimilar y transformar experiencias próximas o remotas, hace de él un poeta singularmente desconcertante para los cazadores de fuentes o parentescos. Pocos poetas españoles de su época han integrado en su poesía, de un modo tan perfecto, la experiencia literaria anterior, no como fórmula de fabricación retórica, sino en un proceso de incorporación originalísimo, en tormo de un núcleo biográfico, de una experiencia vivida.
Siempre creemos aquello que anhelamos
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F. Enrique
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Re: Consideraciones sobre la poesía de Cernuda

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14 de febrero de 2017
Epílogo

Playa de la Roqueta
Sobre la piedra, contra la nube,
Entre los aires estás, conmigo
Que invisible respiro amor en torno tuyo.
Mas no eres tú, sino tu imagen.

Tu imagen de hace años,
Hermosa como siempre, sobre el papel, hablándome,
Aunque tan lejos yo, de ti tan lejos hoy
En tiempo y en espacio.
Pero en olvido no, porque al mirarla,
Al contemplar tu imagen de aquel tiempo,
Dentro de mí la hallo y lo revivo.

Tu gracia y tu sonrisa,
Compañeras en días a la distancia, vuelven
Poderosas a mí, ahora que estoy,
Como otras tantas veces
Antes de conocerte, solo.

Un plazo fijo tuvo
Nuestro conocimiento y trato, como todo
En la vida, y un día, uno cualquiera,
Sin causa ni pretexto aparente,
Nos dejamos de ver. ¿Lo presentiste?
Yo sí, que siempre estuve presintiéndolo.

La tentación me ronda
De pensar, ¿para qué todo aquello:
El tormento de amar, antiguo como el mundo,
Que unos pocos instantes rescatar consiguen?
Trabajos del amor perdidos.

No. No reniegues de aquello,
Al amor no perjures.
Todo estuvo pagado, sí, todo bien pagado,
Pero valió la pena,
La pena del trabajo
De amor, que a pensar ibas hoy perdido.

En la hora de la muerte
(Si puede el hombre para ella
Hacer presagios, cálculos),
Tu imagen a mi lado
Acaso me sonría como hoy me ha sonreído,
Iluminando este existir oscuro y apartado
Con el amor, única luz del mundo.


Me costó mucho comprender que la grandeza de Cernuda elevaba su tono en los últimos años de su vida, el poeta cansado, herido y exiliado ya no estaba de humor para preconizar el arte por el arte, lo que quedaba era un hombre, del amor el recuerdo y de la patria que dejó atrás y que atisbó una luz de un cambio definitivo que duró un instante, una sombra. En este poema rememora la presencia en el recuerdo del que pudo haber sido su último gran amor.

Epílogo tiene esa magia indescriptible que aparece de vez en cuando. Desde luego que produce una satisfacción extraña compartirla; su sencillez, su claridad, su profundidad, esa manera de hacernos vivir su drama íntimo y el destino del hombre acorralado por el tiempo, vencido por las circunstancias.

Debemos estar agradecidos cuando alguien percibe la grandeza de un poema, es como ser partícipes de una fiesta que ha dejado de celebrarse porque no se conocen sus ritos. Con respecto a lo que me dices de Neruda y Cernuda creo que fueron poetas que llevaron caminos distintos siendo rigurosamente coetáneos. Es cierto que Neruda es para muchos el mejor poeta de su tiempo, pero sus últimos años, si exceptuamos Estravagario, no fueron muy afortunados desde un punto de vista literario, era consciente de su éxito y sabía que cualquier cosa que publicara iba a tener eco y le dejaría dividendos. Cernuda, instalado en el olvido, encontró, sin buscarlo, un camino doloroso en el que derramar su extraña y prodigiosa sensibilidad, quizás fuera consciente de que algún día leeríamos sus poemas con el placer morboso de un viajero errabundo que nunca volvió a sentir la presencia de su Penélope tenaz y puede tocarla al evocarla en su memoria, pero sabía, a ciencia cierta, que no lo vería, no era suyo su tiempo, sus alas estaban planeadas para franquear otros edificios más altos.
***
Unos versos caídos en el cielo de la noche
me recuerdan la soledad del mundo cuando no estás,
la tristeza de una sonrisa que no puede desplegarse
cuando no encuentra el camino de tus labios./align]
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Javier Dicenzo
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Re: Consideraciones sobre la poesía de Cernuda

Mensaje sin leer por Javier Dicenzo »

Lo leí a Cernuda y me pareció soberbio en su momento un gran poeta del 27.
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F. Enrique
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Re: Consideraciones sobre la poesía de Cernuda

Mensaje sin leer por F. Enrique »

Luis Cernuda - El Sur


En este homenaje a lo perdido no añadí la referencia a nuestros poetas que murieron lejos de nuestra patria hasta después de haberlo escrito y sin saber con certeza hasta qué punto se complementaba con el anhelo perseguido, participaba del mismo exilio interior de quien sabe que no encontrará una patria por mucho que la busque, que podemos recordar lo que nunca fue en nuestro desasosiego. Esa remenbranza disfrazada en las sombras nos produce dolor y lástima hacia nosotros mismos, he aquí el fantasma de Bécquer; somos aquellos soñadores equivocados que llegamos a sonreír, en la urna griega del ocaso, a la muerte sin que nadie lo percibiera.

6 de julio de 2014.

El Sur

Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
De ligeros paisajes dormidos en el aire,
Con cuerpos a la sombra de ramas como flores
O huyendo en un galope de caballos furiosos.

El sur es un desierto que llora mientras canta,
Y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
Hacia el mar encamina sus deseos amargos
Abriendo un eco débil que vive lentamente.

En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
Su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.

Era Cernuda muy joven cuando escribió este poema, estaba influenciado por las vanguardias como todos los de su generación y, en menor medida en su caso, por la lírica tradicional y, como particularidad, por la lírica inabordable para el resto de los humanos de Hölderlin y Heine. Aquí palpamos un surrealismo sutil y se abandona a las bondades sonoras del alejandrino para anunciarnos su eterna melancolía, siempre temblorosa y pura para transmitir la decadencia temprana e irreversible de quien sabe perdida su lucha contra un mundo que nunca sabrá esperar a alguien como él que tiene la sensibilidad como rasgo distintivo y resaltable.

Genial, calando muy adentro a todos los que tienen el Sur como una fuente espiritual, como un corazón que nunca debería quedarse sin latido para oponerse con fuerza a un universo laberíntico y agresivo donde el brillo de las monedas, del consumo y los aceros cegaba el paraíso de sus años primeros.

Para mi gusto solo tiene un poema que le supere; "Epílogo", tardío y emotivo adiós al amor aunque lo reviva en el recuerdo y en el que empieza a mirar con cierto estoicismo y amargura contenida, ni un solo momento podía abandonar la elegancia, los bellos ojos de la muerte a la que supo cantarle como si fuera un sueño interrumpido por los besos de luz.





Francisco Enrique León13 de octubre de 2017, 10:41

Además de ser mi escritora favorita de la Red, Tara, tienes una capacidad para hacer asociaciones sin límites. Estaremos de acuerdo en que Cernuda y Pessoa eran dos sensibilidades solitarias, una coincidencia muy importante, pero a partir de ahí se parecen poco. El desasosiego es una cualidad propia del lisboeta, quizás nadie se le acerque, es como la manía de soledad de Pavese, la saudade del fado, el quejío del flamenco...

De Cernuda se decía hace unos 40 años que su extraña inspiración era germánica, supongo que se referían a Hölderlin y Heine, era proclive a la soledad porque tenía que comunicarse con su mundo interior y su herida por la España que había soñado que despertaba y la encontró perdida y triste. No le fue del todo mal en el amor, quien se queja del amor es porque lo ha sentido

Pessoa era raro, dipsomaníaco, monárquico, mesiánico, amante asustado de un amor que nunca culmina. Desde mi punto de vista genial en sus poemas cortos tanto los de corte popular que toman como referencia la tradición galaico-portuguesa como aquellos que desarrollan algunos de su muchos heterónimos, desorientado y plúmbeo en sus poemas extensos, insufrible, para mí, en sus interminables parrafadas donde argumenta que Portugal se salvará cuando vuelva Don Sebastián.


Francisco Enrique León13 de octubre de 2017, 22:19

Lo que te he dicho, Tara, no se lo he dicho a nadie, claro que podrá venir alguien que te supere, como llega otro amor cuando todo se ha perdido. Pero, de momento, estás tú.

Un buen poema es algo raro que ocurre de vez en cuando, a veces sueño que he escrito alguno y después no me lo creo cuando estoy despierto. Pero aparece Pessoa para decirme: "Mientras no me vaya rindiendo" o "Pulsaré como Nerón la lira / pero el incendio no hará falta".


Francisco Enrique León14 de octubre de 2017, 13:10

Desconozco la razón, Tara, pero siento algo parecido al desasosiego de Pessoa cada vez que salgo De España. Mi mujer proyectó un viaje a Lisboa siguiendo la huella de Pessoa y el impactó que nos causó el documental "Un faca en el corazón" para intentar que comprendiéramos el lamento del fado, la fascinante y decadente Missia lo cantaba. El viaje se frustró por culpa mía y esos miedos de los que te hablaba, en ese tiempo leía a Pessoa con cierta frecuencia y creo que hubiera habido un halo de comunión con su recuerdo al visitar los bares en los que derramó su imagen de solitario herido.

Creo sinceramente, Tara, que puedes bastante, que vivirías de lo que escribes si no estuviéramos en un país en el que
el talento se ignora o se persigue, ya lo dijo Larra; "Escribir en España es llorar".

Francisco Enrique León15 de octubre de 2017, 10:22

Creo sinceramente, Tara, que la mayoría de los premios literarios están amañados, aunque las razones muchas veces sean sentimentales no les exime de culpa, y no lo digo porque yo no haya ganado ninguno sino porque he leído las obras que lo hicieron y sentí impotencia y escalofrío. Pero no lo dejes, algunos hay que no se venden, lo malo es que no sabemos cuales son ni el año que le toca a un jurado ser justo.
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enrique sanmol
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Re: Consideraciones sobre la poesía de Cernuda

Mensaje sin leer por enrique sanmol »

Grandes aportes, Jerónimo y Francisco Enrique. Hace mucho que no leía a Cernuda y me habéis abierto el apetito de releerlo… tendré que buscar en mi desastrada biblioteca sus libros!

Un saludo.

P.D. No sé quién es la tal Tara con quien conversas, F. Enrique, en tus post, pero también me ha entrado la curiosidad de leer algo de ella.
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Julio Gonzalez Alonso
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Re: Consideraciones sobre la poesía de Cernuda

Mensaje sin leer por Julio Gonzalez Alonso »

Excelente, Jerónimo. ¿Por qué no lo publicas en la sección de artículos de la web con algunas imágenes? Me parece de lo más interesante y oportuno. Salud.
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