Personajes: Carl, Marcela La Tarotista, La Niña Guapa, Voz en Off
Escenario: Vacío nocturno
¿Qué hacéis en el rincón de la noche, mientras los gatos desquician el honor de las calles y el Inconsciente toma el poder?
Carl.— ¿Habéis escuchado el llanto en Castilla? Infancia ahogada en un charco de lágrimas.
Es el padre sombra, es la madre ignota, es el vicio del otro.
Marcela.— La Niña Guapa elige el tercer mes para salvaguardar un antiguo imperio poético.
No quiero oir vuestras especulaciones, no me sirven de nada. Quiero respuestas, la concreción de las variables, la posible remontada del Amor.
La Niña Guapa.— Desde que tengo memoria he visto personajes en mi cabeza, ascienden y descienden como loquillos adeptos a mi voz. Soy ellos y soy yo. Nacen de mis dedos cuando uso lápices de colores, rescatan el pasado de la tierra y merodean por Marte.
Recordad: somos la noche, su tiniebla más preciada, pero también debemos ser, detractores implacables de la tragedia...
Carl.— El viejo sabio tendrá algún recurso para la sanación. Hay que sanar la herida de los ancestros, limpiar la sangre de sus vestiduras. Lo haremos entre todos, con paciencia.
Marcela.— Carl, La Fuerza es el arcano que te representa. Confiamos en los hijos de julio. El Sol balancea las sumas absolutas del aprendizaje. Llevas razón, la humanidad requiere paciencia y unidad.
La Niña Guapa.— Cuando sea mayor, ya lo habré sido antes. Recordaré cosas aunque dolerán como si las sintiera por primera vez.
Tengo Reinos que ya he conquistado, seguiré los rastros de sus tántricas revoluciones. Ahora dejadme, por favor, bajo la tutela de mis 7 años. El uso de la razón concibe una llama violeta que protege mis caminos.
Carl.— Sigo con vosotros. Siempre pensé en la atención individual como el método más idóneo. La entrega de un alma humana para ayudar a otra, aquí en la terrena condición de los mortales.
Os escucho con atención. Me llena de orgullo haber formado parte de esta obra. Son casi las 5 de la mañana. La alquimia estival se apodera de las cortinas y las cartas están sobre las mesa. Nunca es posible pasar página totalmente, alguna letra se escapa, algún símbolo burla los controles y se esconde bajo la alfombra del tiempo...
