Suele suceder
Publicado: Mié, 25 May 2022 10:44
Era la noche, noche y pena viva,
augusta soledad donde radico
que todo cuanto das es permisiva
al cimbreo de sombra que yo abdico.
Abandonado más en periferia
son fines de lamentos con negruras
que provocan silencios en la feria
con la cruz que aparece en apreturas.
Es retumbo el aullido de los vientos
que aprisionan mi pecho con los llantos
que dejan las congojas más que cientos,
marabunta de insomnios entre tanto.
Todo es meditación tan solitaria
que la noche con sombras y con luna
atraviesa mi mente solidaria
con horas de reloj una por una.
Solo, en la levedad de los mutismos
requiero vuele todo pensamiento,
me pongan en cabeza de los vientos
para ventilar sí, tanto ausentismo.
Comienzo sin alardes toda dicha
porque soy tierra virgen en progreso
y son tantos los tiempos con desdichas
que germina también yermo en exceso.
En noches parvadas, nubes y luna
entremezclan silencios afanosos
que enloquecen y ahogan mi abertura
con tristeza pueril y más ansiosos.
¿Dónde están los vacíos interiores?
¿Dónde voces amigas que no llegan?
Transcurre con cinismo lo liviano
y son sonidos hueros, más bien vanos.
Empiezan los desiertos pavorosos
y mis cielos lejanos esparcidos
ante mi corazón que late solo
queriendo resarcirme sin lograrlo.
Y fueron tocando horas una a una
y compañeras flores solitarias,
con bellas armonías unitarias,
crearon el reflejo de la luna.
augusta soledad donde radico
que todo cuanto das es permisiva
al cimbreo de sombra que yo abdico.
Abandonado más en periferia
son fines de lamentos con negruras
que provocan silencios en la feria
con la cruz que aparece en apreturas.
Es retumbo el aullido de los vientos
que aprisionan mi pecho con los llantos
que dejan las congojas más que cientos,
marabunta de insomnios entre tanto.
Todo es meditación tan solitaria
que la noche con sombras y con luna
atraviesa mi mente solidaria
con horas de reloj una por una.
Solo, en la levedad de los mutismos
requiero vuele todo pensamiento,
me pongan en cabeza de los vientos
para ventilar sí, tanto ausentismo.
Comienzo sin alardes toda dicha
porque soy tierra virgen en progreso
y son tantos los tiempos con desdichas
que germina también yermo en exceso.
En noches parvadas, nubes y luna
entremezclan silencios afanosos
que enloquecen y ahogan mi abertura
con tristeza pueril y más ansiosos.
¿Dónde están los vacíos interiores?
¿Dónde voces amigas que no llegan?
Transcurre con cinismo lo liviano
y son sonidos hueros, más bien vanos.
Empiezan los desiertos pavorosos
y mis cielos lejanos esparcidos
ante mi corazón que late solo
queriendo resarcirme sin lograrlo.
Y fueron tocando horas una a una
y compañeras flores solitarias,
con bellas armonías unitarias,
crearon el reflejo de la luna.