Editorial Alaire

Si pasas ante la lápida
y lees el nombre y, por casualidad,
alguien después te pregunta,
miente: di que había flores.

Ningún consuelo hay si es la tierra
quien únicamente puede reconocer
al habitante de su profundidad.

Este estupendo mirlo, no puede quedarse sin volar. Así que ahí va un pequeño empujón.
Sinceramente, Pablo, me ha gustado mucho. Es más, me gusta como escribes.

Un fuerte abrazo.

Pablo Sales escribió: ↑Dom, 22 May 2022 23:57 Si pasas ante la lápida
y lees el nombre y, por casualidad,
alguien después te pregunta,
miente: di que había flores.

Ningún consuelo hay si es la tierra
quien únicamente puede reconocer
al habitante de su profundidad.

Yo diré que la tumba es grís , fría y soliaria.
Detras de estos versos hay más de lo que escribes.
Se llama soledad.
El final o cierre estupendo. Un poema para leerlo más de una vez.
Gracias por compartirlo. Abrazos.

Muy bueno, Pablo. Me gustó mucho.
Abrazos

Unos mirlos hermosos, Pablo, aunque sean tristes por versar sobre las tumbas.

Pero incluso en la muerte habita la poesía.

Felicitaciones, poeta
Ana

Pablo Sales escribió: ↑Dom, 22 May 2022 23:57 Si pasas ante la lápida
y lees el nombre y, por casualidad,
alguien después te pregunta,
miente: di que había flores.

Ningún consuelo hay si es la tierra
quien únicamente puede reconocer
al habitante de su profundidad.

Es triste pero me gusta, Pablo, es un sentimiento profundo y cada uno sabe cómo llevarlo.

Un abrazo fuerte, compañero.

La tierra es la única que nos reconoce, porque formamos parte de ella. Ella nos provee y de nuestro cuerpo se nutre para albergar nueva vida.

Disfruté la lectura.

Pablo Sales escribió: ↑Dom, 22 May 2022 23:57 Si pasas ante la lápida
y lees el nombre y, por casualidad,
alguien después te pregunta,
miente: di que había flores.

Ningún consuelo hay si es la tierra
quien únicamente puede reconocer
al habitante de su profundidad.

Es un Mirlo brillante, hermosísimo.

Gracias por compartir, Pablo.

No sabéis como agradezco vuestros comentarios. Hay veces que la poesía no puede sustraerse a la tristeza, que es un sentimiento que nos visita de vez en cuando y al que, pienso, no debemos cerrar la puerta pues nos hace más fuertes.