Aquello que fuimos

[enrique sanmol]

En verdad nada nos salva de la pérdida de oportunidades para amar, para sentir la dicha de vivir; y, lastimosamente, el recuerdo nos ahoga, nos trae la daga que va penetrando poco a poco en nuestra esperanza. El poema es crudo, bello en su crudeza, bello en su encuentro con la poesía. Me ha gustado estar aquí.

Un abrazo.
Óscar

Así es, Óscar, la salvación está muy cara, y el recuerdo se clava como esa daga que mencionas... Gracias por tu comentario tan sentido.

Un fuerte abrazo.

[enrique sanmol]

Aquí estoy, Enrique, disfrutando y sufriendo sin poder atrapar ese autobús que se ha perdido, sin poder abrazarme a una mujer de piedra que no tiene esperanza, ni dolor por la punzada profunda que nos asesta de improviso lo que nunca vuelve. Tu nostalgia es la de todas las almas sensibles, la de aquel que ya no pasa con el periódico, de quien llora por la juventud que fue y no ha sido; se expresa amargamente con los ojos como una niña que aún no sabe hablar, como un gato que intenta inútilmente romper el telúrico velo de la luna.

Excelente poema, Enrique, puede que sea el mejor que te he leído. Un valioso regalo para Alaire. Ni tú ni yo podemos decirle a cualquiera que se quede con nuestra juventud con una sonrisa. Es la hora del dolor.

Un abrazo.

Voy a ausentarme durante un tiempo de este foro, y quería que éste, mi último post, fuese en respuesta a tu tan sentido comentario... espero que logremos superar esa pátina de nostalgia que últimamente parece querer dominarnos, que la sonrisa persista aunque ya no pueda ser la misma de aquel entonces.

Un fuerte abrazo F. Enrique. Se te echa de menos.

[Raul Muñoz]

Lindo poema, en su forma y contenido. La nostalgia como un objeto volador que esquivamos. Muy original.
Ha sido un placer leerte, Enrique.

Un abrazo.

[xaime oroza carballo]

El frío del azul, que envuelve la travesía en el canto del petirrojo para sesgar lo infinito del mar. Tu canto.
Gracias.

[E. R. Aristy]

No saber amarnos, ese dolor,
es una cuestión de horizonte
y soledad que ya no lamentas,
pero que esquivas, una vez más,
como a un objeto inerte en suspensión,
un plástico al albur del viento,
veloz hacia ninguna parte,
que quizá éramos nosotros.

Nada nos salva de la noche,
de la nostalgia feroz y del frío
que acumula la escarcha del poema,
tampoco de aquello que fuimos,
los cadáveres de la juventud,
ese mar cerrado a todos los barcos
cuando todo era futuro imperfecto
a cambio de una rosa.

Tampoco hay consuelo en estas palabras.

Me conmueve la inmensa belleza de este poema que llora a la vida lejos del hoy. Logras a la poesia esplendorosa, Enrique! Abrazos, ERA

[Rafel Calle]

Un bello e interesante poema, amigo Enrique, por el cual te felicito. Un abrazo.

[Sergio D'Baires]

Enrique : Poeta

siempre somos el pasado, y el esqueleto del futuro

un placer acompañarlo con la música

Un abrazo