Tiempos de cambio III
Moderador: Hallie Hernández Alfaro
- Ana Estepa
- Mensajes: 399
- Registrado: Lun, 04 Abr 2022 11:46
Tiempos de cambio III
De niña, cada vez que ocurría algo significativo, agarraba mi cuaderno y escribía. A veces eran cosas con sentido, narraciones exactas de los hechos, otras eran sensaciones, deseos, o simplemente dejaba salir a los monstruos de mi imaginación.
En ocasiones me sorprendía de mí misma, al decir palabras de las que ni siquiera conocía su significado.
Crecí escuchando decir a mi madre lo rara que fui, desde mi nacimiento. Según ella, nunca lloraba, me pasaba horas en la cuna, mirando al techo. Mi mamá podía ir a comprar al mercado y yo seguía en el mismo lugar en donde me dejó.
Jamás gateé, y comencé a andar a la edad en la que otras niñas corren. Aquello contrastaba, por la fluidez de mi vocabulario, que era el de una niña tres o cuatro años mayor.
La etapa escolar, fue dura. Era capaz de recitar poesía antigua y de nombrar a los principales poetas españoles y latinoamericanos, y sus obras, mas tenía graves problemas de comprensión con ciertos temas de la escuela, hacia los que no mostraba el más mínimo interés.
Mi infancia transcurrió en la periferia de la Barcelona, posfranquista. Los edificios de malísima calidad, se amontonaban en las subidas de montañas sobre el río Besós.
La pestilencia de sus aguas impregnaba el cemento de las barriadas obreras.
El patio de mi escuela pública, era un hervidero de adolescentes haciendo el amor e inyectándose heroína. Por lo que eran habituales las lágrimas de madres niñas y yonquis.
Recuerdo mirar a mi alrededor y saberme extraña.
Aunque siempre me sentía a salvo, escuchando música de décadas pasadas, con mi cuaderno y mi lápiz de punta a cuchilla.
"Solo el amor con su ciencia, nos vuelve tan inocentes"
Violeta Parra
-
- Mensajes: 12220
- Registrado: Sab, 29 Dic 2007 14:18
- Ubicación: España - Bilbao
- Contactar:
Re: Tiempos de cambio III
Esta historia podría ser el argumento de una película.
Logras conjugar lo entrañable con lo sórdido de un modo asombroso.
Me gusta tu estilo narrativo.
Un fuerte abrazo
Ana
http://www.laberintodelluvia.com
- Ana Estepa
- Mensajes: 399
- Registrado: Lun, 04 Abr 2022 11:46
Re: Tiempos de cambio III
Muchas gracias, Ana. Sinceramente no lo pienso mucho. Es una catarsis, y lo narro como buenamente puedo. Realmente nunca había escrito prosa, siempre fue poesía.Ana Muela Sopeña escribió: ↑Mié, 04 May 2022 21:37 Qué hermoso lo cuentas, Ana:
Esta historia podría ser el argumento de una película.
Logras conjugar lo entrañable con lo sórdido de un modo asombroso.
Me gusta tu estilo narrativo.
Un fuerte abrazo
Ana
Es mi primer intento en la narrativa. Por lo que me hace mucha ilusión tus palabras.
Un abrazo.
"Solo el amor con su ciencia, nos vuelve tan inocentes"
Violeta Parra
- F. Enrique
- Mensajes: 8527
- Registrado: Mié, 22 Ago 2012 19:47
- Ubicación: Abyla
- Contactar:
Re: Tiempos de cambio III
que allí a lo alto parecen contemplarme.
Nada pasó, aunque el tiempo se fuera
vuelvo a ser aquel niño que se enfrenta a la tarde.
Interesantísima esta semblanza de la niña que fuiste.
Un abrazo.
cuando vivir era un pecado,
un cilicio sujeto a la ceniza posada en tu frente,
el estigma de un amor que nunca abandonó
las pulsaciones nerviosas de tu pecho
ni el bálsamo de luz que me turbaba en tu mirada.
(Playa de la Almadraba - Fragmento)
- Ana Estepa
- Mensajes: 399
- Registrado: Lun, 04 Abr 2022 11:46
Re: Tiempos de cambio III
De esa etapa recuerdo muchas cosas, no todas.F. Enrique escribió: ↑Jue, 12 May 2022 8:06Ya soy infiel y adoro las ruinasMe sorprende, Ana, que tengas recuerdos de una edad en la que otros sentimos un vacío, una indeterminación ante el fluir del tiempo. Me preocupa que vivieras en un barrio visitado por la muerte cercana y la heroína ¿Dónde estarán ahora aquellos yonquis? Supongo que yo suena el blues dolido, que también Barcelona tiene sus arrabales y que, de aquella degradación, habrán salido personas que se han convertido en un ejemplo.
que allí a lo alto parecen contemplarme.
Nada pasó, aunque el tiempo se fuera
vuelvo a ser aquel niño que se enfrenta a la tarde.
Interesantísima esta semblanza de la niña que fuiste.
Un abrazo.
Al marcharme de Barcelona perdí contacto con la mayoría de esas personas. A algunas las vi los primeros años de estar fuera, de otras supe de sus muertes. Pocos quedan ya. Y los que están, son enfermos que sobreviven a duras penas.
Nadie imaginaba que aquella droga convertía a las personas en muertos vivientes.
Gracias por tu paso.
Abrazos.
"Solo el amor con su ciencia, nos vuelve tan inocentes"
Violeta Parra
-
- Mensajes: 19434
- Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20
Re: Tiempos de cambio III
Aquí también hay mucha miga y fuerza.
Me siguen gustando mucho estos relatos donde te das por entero.
Extraordinaria forma de construir el perfil de la niña-escritora.
Adelante, Ana; gracias por estar.
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."
El faro, Ramón Carballal
- F. Enrique
- Mensajes: 8527
- Registrado: Mié, 22 Ago 2012 19:47
- Ubicación: Abyla
- Contactar:
Re: Tiempos de cambio III
Un abrazo.
[/quote]
De esa etapa recuerdo muchas cosas, no todas.
Al marcharme de Barcelona perdí contacto con la mayoría de esas personas. A algunas las vi los primeros años de estar fuera, de otras supe de sus muertes. Pocos quedan ya. Y los que están, son enfermos que sobreviven a duras penas.
Nadie imaginaba que aquella droga convertía a las personas en muertos vivientes.
vive en el barrio chino.
Chaqueta negra
y pantalón vaquero,
y cómo toca el blues el tío.
(Popular)
Le tengo más manía a los que toman cocaína, aunque sea menos peligrosa para el cuerpo que no para el alma, que a los heroinómanos. La cocaína hace regular al malo y al malo perverso. El heroinómano puede venderle el televisor a la madre pero suele ser sincero en su desesperación. Algunos de los genios de la Movida cayeron, no tenían problemas económicos para comprar la heroína, pero cayero en vivo, Enrique Urquijo, por ejemplo, o en diferido, Antonio Vega.
Un abrazo.
cuando vivir era un pecado,
un cilicio sujeto a la ceniza posada en tu frente,
el estigma de un amor que nunca abandonó
las pulsaciones nerviosas de tu pecho
ni el bálsamo de luz que me turbaba en tu mirada.
(Playa de la Almadraba - Fragmento)
- Mirta Elena Tessio
- Mensajes: 4155
- Registrado: Jue, 06 Nov 2014 16:58
- Ubicación: argentina
Re: Tiempos de cambio III
A mi me parece un escrito que no se contradice con el mio.Somos diferentes, de eso escribiré luego, lo que me parece rebueno es que pudiste ser tu misma,los padres no nos entienden, no es mi caso, pero no gatear y luego caminar es como leer el Arroyito libro para niños y luego leer a Borges.Ana Estepa escribió: ↑Mar, 03 May 2022 0:38
De niña, cada vez que ocurría algo significativo, agarraba mi cuaderno y escribía. A veces eran cosas con sentido, narraciones exactas de los hechos, otras eran sensaciones, deseos, o simplemente dejaba salir a los monstruos de mi imaginación.
En ocasiones me sorprendía de mí misma, al decir palabras de las que ni siquiera conocía su significado.
Crecí escuchando decir a mi madre lo rara que fui, desde mi nacimiento. Según ella, nunca lloraba, me pasaba horas en la cuna, mirando al techo. Mi mamá podía ir a comprar al mercado y yo seguía en el mismo lugar en donde me dejó.
Jamás gateé, y comencé a andar a la edad en la que otras niñas corren. Aquello contrastaba, por la fluidez de mi vocabulario, que era el de una niña tres o cuatro años mayor.
La etapa escolar, fue dura. Era capaz de recitar poesía antigua y de nombrar a los principales poetas españoles y latinoamericanos, y sus obras, mas tenía graves problemas de comprensión con ciertos temas de la escuela, hacia los que no mostraba el más mínimo interés.
Mi infancia transcurrió en la periferia de la Barcelona, posfranquista. Los edificios de malísima calidad, se amontonaban en las subidas de montañas sobre el río Besós.
La pestilencia de sus aguas impregnaba el cemento de las barriadas obreras.
El patio de mi escuela pública, era un hervidero de adolescentes haciendo el amor e inyectándose heroína. Por lo que eran habituales las lágrimas de madres niñas y yonquis.
Recuerdo mirar a mi alrededor y saberme extraña.
Aunque siempre me sentía a salvo, escuchando música de décadas pasadas, con mi cuaderno y mi lápiz de punta a cuchilla.
Traemos conocimentos que escapan al entendimiento.
Si es tu primer intento en prosa y te gusta, yo te leeré.
Abrazos.
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Francisco Luis Bernárdez