Joan Port - Yo vengo madre
Publicado: Sab, 30 Abr 2022 20:36
Ningún poeta me ha representado la bendición del bilingüismo de una manera tan sincera como Joan Port o Joan Manuel Serrat. Fluye en ellos, de una manera natural, un caudal lírico que bebe de dos ríos que se entremezclan a veces para hacerse más bellos y nunca se estorban ni se detienen para dejar pasar el uno al otro.
Creo que Joan Port es un poeta que enriquece el legado de Alaire. No soy amigo de él, no nos hemos enviado ningún privado, lo que no quita que nos hayamos enviado comentarios sugerentes y cordiales al pie de nuestros respectivos poemas. Lo echo de menos, aunque nada más he leído de él unos catorce poemas pude apreciar que están divididos en dos bloques; el excelente teñido de un aire mediterráneo, y otro orientado hacia el malditismo bukowskiano que considero menos valioso. Quizás haya una diferencia insalvable entre el ser y el desear ser, quizás Bukowski no le dejó la huella de La muchacha más bella del barrio y, en cambio, se topara de frente con el Lluis Llach más recordado, ese que transitó por la primera parte de los años 70.
He aportado muy poco en mi traducción; la separación de los versos y poco más. Espero que el bueno de Joan me lo perdone.
Jo vinc mare.
Jo vinc mare davant el teu altar
amb l'ultima rosa humida del meu desig
amb totes les aigües plàcides i quietes dels rius del mon.
Jo vinc mare amb el que queda de mi,
el teu record, es el cant del ocell de la branca solitària en las tardes del mon banyant-se en sol.
Jo vinc mare davant el teu altar
en la primavera de la vida en la essència dels teus olors
la teva memoria m'acompanya en solitud fins a la mort.
Yo vengo madre.
Yo vengo madre ante tu altar
con la última rosa húmeda de mi deseo
con todas las aguas plácidas y quietas de los ríos del mundo.
Yo vengo madre con lo que queda de mí.
Tu recuerdo, es el canto del pájaro de la rama solitaria en las tardes del mundo bañadas de sol.
Yo vengo madre ante tu altar,
en la primavera de la vida en la esencia de tus olores
tu memoria me acompaña en soledad hacia la muerte.
Jo vinc mare davant el teu altar
amb l'ultima rosa humida del meu desig
amb totes les aigües plàcides i quietes dels rius del mon.
Jo vinc mare amb el que queda de mi,
el teu record, es el cant del ocell de la branca solitària en las tardes del mon banyant-se en sol.
Jo vinc mare davant el teu altar
en la primavera de la vida en la essència dels teus olors
la teva memoria m'acompanya en solitud fins a la mort.
Yo vengo madre.
Yo vengo madre ante tu altar
con la última rosa húmeda de mi deseo
con todas las aguas plácidas y quietas de los ríos del mundo.
Yo vengo madre con lo que queda de mí.
Tu recuerdo, es el canto del pájaro de la rama solitaria en las tardes del mundo bañadas de sol.
Yo vengo madre ante tu altar,
en la primavera de la vida en la esencia de tus olores
tu memoria me acompaña en soledad hacia la muerte.
Yo vengo madre ante tu altar
con la última rosa húmeda de mi deseo,
con todas las aguas plácidas y quietas
de los ríos del mundo.
Yo vengo madre con lo que queda de mí.
Tu recuerdo es el canto del pájaro
en la rama solitaria, en las tardes del mundo
bañadas por el sol.
Yo vengo madre ante tu altar
en la primavera de la vida,
en la esencia de tus olores
tu memoria me acompaña
en soledad hacia la muerte.
con la última rosa húmeda de mi deseo,
con todas las aguas plácidas y quietas
de los ríos del mundo.
Yo vengo madre con lo que queda de mí.
Tu recuerdo es el canto del pájaro
en la rama solitaria, en las tardes del mundo
bañadas por el sol.
Yo vengo madre ante tu altar
en la primavera de la vida,
en la esencia de tus olores
tu memoria me acompaña
en soledad hacia la muerte.
Creo que Joan Port es un poeta que enriquece el legado de Alaire. No soy amigo de él, no nos hemos enviado ningún privado, lo que no quita que nos hayamos enviado comentarios sugerentes y cordiales al pie de nuestros respectivos poemas. Lo echo de menos, aunque nada más he leído de él unos catorce poemas pude apreciar que están divididos en dos bloques; el excelente teñido de un aire mediterráneo, y otro orientado hacia el malditismo bukowskiano que considero menos valioso. Quizás haya una diferencia insalvable entre el ser y el desear ser, quizás Bukowski no le dejó la huella de La muchacha más bella del barrio y, en cambio, se topara de frente con el Lluis Llach más recordado, ese que transitó por la primera parte de los años 70.
He aportado muy poco en mi traducción; la separación de los versos y poco más. Espero que el bueno de Joan me lo perdone.