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Javier, gracias por la nota y tu apreciación.Javier Dicenzo escribió: ↑Sab, 23 Abr 2022 0:57 paso con respeto a esta obra, me parece valorable, saludos.
Hallie, siempre son de interés tus apreciaciones porque proceden de una minuciosa lectura; siempre de agradecer.Hallie Hernández Alfaro escribió: ↑Sab, 23 Abr 2022 12:13 .
Muy bueno el dibujo y los huecos que pueden sentirse al tocar los versos. Dispersa, lejana...
Mientras leía, creí tener en las manos, un reloj de arena roto, donde el tiempo libera cualquier peso; invisible en la memoria, los trazos se esfuman y crece una suerte de tallo verde con ojos nuevos...
Es sólido el poema, asertivo, hermoso.
Un abrazo de los grandes, Ignacio.
Gracias por estar.
Gracias, Ana, me alegra tu nota.Ana Muela Sopeña escribió: ↑Sab, 23 Abr 2022 13:04 Un gran poema, Ignacio:
Me ha gustado por su crudeza y su misterio.
Felicitaciones
Un abrazo
Ana
Sube para deleite de todos.Ignacio Mincholed escribió: ↑Vie, 22 Abr 2022 18:56 ...
Me han llegado noticias de ti,
de forma casual, inesperada.
Debo decirte que vienes poco a mi memoria,
apenas en algún miércoles de ceniza
cuando me envuelve el vapor de penitencia;
debe ser porque mis dedos recuerdan
el tacto áspero del polvo de tus palabras
mientras se desmenuzan en mentiras.
Solo era algo trivial; alguien que alababa
el negro de tu melena, el brillo de tu figura
oscura de sombras, vestida de negro satén.
El negro te sentaba bien, pero abusabas
hasta despojarte de todo misterio
como esas flores que abusan del color
y si te acercas resultan ordinarias
al reflejar el brillo propio del plástico.
Qué dispar tu cabeza sin sueños.
Qué ambigua tu mirada nazarena.
Llegó un golpe de aire a llevarse tu recuerdo.
Levantó un extremo de tu traje; desdibujada
desapareciste evaporada contra el horizonte,
igual que se esfuma la ceniza de los muertos
entresemana.
...
Muchas gracias, Ramón. Muy amable por la nota, aprecio lo que dices.Ramón Castro Méndez escribió: ↑Sab, 23 Abr 2022 14:21 Excelente poema, Ignacio. Al empezar me pareció que tenía el tono de una carta dirigida a esa misteriosa dama, el poema se va enriqueciendo verso a verso y lo rematas de manera soberbia.
Mi felicitación.
Un fuerte abrazo.
En ocasiones un recuerdo, una noticia, basta para desplegar toda una añoranza... Gran poema Ignacio, que me caló profundo.Ignacio Mincholed escribió: ↑Vie, 22 Abr 2022 18:56 ...
Me han llegado noticias de ti,
de forma casual, inesperada.
Debo decirte que vienes poco a mi memoria,
apenas en algún miércoles de ceniza
cuando me envuelve el vapor de penitencia;
debe ser porque mis dedos recuerdan
el tacto áspero del polvo de tus palabras
mientras se desmenuzan en mentiras.
Solo era algo trivial; alguien que alababa
el negro de tu melena, el brillo de tu figura
oscura de sombras, vestida de negro satén.
El negro te sentaba bien, pero abusabas
hasta despojarte de todo misterio
como esas flores que abusan del color
y si te acercas resultan ordinarias
al reflejar el brillo propio del plástico.
Qué dispar tu cabeza sin sueños.
Qué ambigua tu mirada nazarena.
Llegó un golpe de aire a llevarse tu recuerdo.
Levantó un extremo de tu traje; desdibujada
desapareciste evaporada contra el horizonte,
igual que se esfuma la ceniza de los muertos
entresemana.
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Así es el amor de las sirenas que acaricia los ojos de los ahogados.Ignacio Mincholed escribió: ↑Vie, 22 Abr 2022 18:56 ...
Me han llegado noticias de ti,
de forma casual, inesperada.
Debo decirte que vienes poco a mi memoria,
apenas en algún miércoles de ceniza
cuando me envuelve el vapor de penitencia;
debe ser porque mis dedos recuerdan
el tacto áspero del polvo de tus palabras
mientras se desmenuzan en mentiras.
Solo era algo trivial; alguien que alababa
el negro de tu melena, el brillo de tu figura
oscura de sombras, vestida de negro satén.
El negro te sentaba bien, pero abusabas
hasta despojarte de todo misterio
como esas flores que abusan del color
y si te acercas resultan ordinarias
al reflejar el brillo propio del plástico.
Qué dispar tu cabeza sin sueños.
Qué ambigua tu mirada nazarena.
Llegó un golpe de aire a llevarse tu recuerdo.
Levantó un extremo de tu traje; desdibujada
desapareciste evaporada contra el horizonte,
igual que se esfuma la ceniza de los muertos
entresemana.
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Pues, muy amable por la nota y tu primera lectura de uno de mis poemas; gracias.Mirta Elena Tessio escribió: ↑Sab, 23 Abr 2022 14:36Hola poeta, las noticias suelen llegar distorsionando la verdad.Ignacio Mincholed escribió: ↑Vie, 22 Abr 2022 18:56 ...
Me han llegado noticias de ti,
de forma casual, inesperada.
Debo decirte que vienes poco a mi memoria,
apenas en algún miércoles de ceniza
cuando me envuelve el vapor de penitencia;
debe ser porque mis dedos recuerdan
el tacto áspero del polvo de tus palabras
mientras se desmenuzan en mentiras.
Solo era algo trivial; alguien que alababa
el negro de tu melena, el brillo de tu figura
oscura de sombras, vestida de negro satén.
El negro te sentaba bien, pero abusabas
hasta despojarte de todo misterio
como esas flores que abusan del color
y si te acercas resultan ordinarias
al reflejar el brillo propio del plástico.
Qué dispar tu cabeza sin sueños.
Qué ambigua tu mirada nazarena.
Llegó un golpe de aire a llevarse tu recuerdo.
Levantó un extremo de tu traje; desdibujada
desapareciste evaporada contra el horizonte,
igual que se esfuma la ceniza de los muertos
entresemana.
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Me gusta el poema, las amantes suelen usar el raso negro
los hombros desnudos, pero con todo respeto ella esta en tu memoria.
Tal vez su perfume efímero como el viento se la llevó y ya no más.
El recuerdo se evapora y la amante es solo eso.
Es la primera vez que te leo y me gusta el poema.
Felicidades y buen fin de semana.
Muchas gracias, Alejandro; muy amable.Alejandro Costa escribió: ↑Dom, 24 Abr 2022 1:35 Magnífico escrito, Ignacio.
Todo un placer de lectura.
Abrazos.
Me alegra que te haya gustado, Marisa, gracias por el comentario.Marisa Peral escribió: ↑Dom, 24 Abr 2022 19:52Ignacio Mincholed escribió: ↑Vie, 22 Abr 2022 18:56 ...
Me han llegado noticias de ti,
de forma casual, inesperada.
Debo decirte que vienes poco a mi memoria,
apenas en algún miércoles de ceniza
cuando me envuelve el vapor de penitencia;
debe ser porque mis dedos recuerdan
el tacto áspero del polvo de tus palabras
mientras se desmenuzan en mentiras.
Solo era algo trivial; alguien que alababa
el negro de tu melena, el brillo de tu figura
oscura de sombras, vestida de negro satén.
El negro te sentaba bien, pero abusabas
hasta despojarte de todo misterio
como esas flores que abusan del color
y si te acercas resultan ordinarias
al reflejar el brillo propio del plástico.
Qué dispar tu cabeza sin sueños.
Qué ambigua tu mirada nazarena.
Llegó un golpe de aire a llevarse tu recuerdo.
Levantó un extremo de tu traje; desdibujada
desapareciste evaporada contra el horizonte,
igual que se esfuma la ceniza de los muertos
entresemana.
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Un gran poema Ignacio, que hay que leer con calma y entre líneas para adivinar bien el mensaje.
He señalado los versos que me dicen que no fue una amante, que sí fue dispersa, pero sobre todo fue un golpe de aire accidental.
Siempre me gusta leerte.
Un abrazo.