“- ¿Cuál es el plan?
- Lo principal sería no morir.
- Adoro ese plan.”
Del dibujo animado: MEGAMENTE
Morir sin haber nacido.
Morir en pequeñas agujas para zurcir la pobreza de unos ojos.
Morir en familia, entre esas cuatro paredes de terror,
ese laboratorio de emociones crudas,
Morir despacio en lo imposible, como un sueño.
Morir de un golpe sorpresivo en la pileta del agua.
Morir a escondidas en la grave cama de amores cundidos
y plumas que caen de la cabeza, sin sentido.
Morir en manos de un celo grotesco y amorfo como una flor.
Morir en un accidente congénito,
En una sobredosis de voces hincadas en las venas…
Morir en la cumbre rodeado de estrellas frías.
Morir como una esfinge en la hora de ronda de los espíritus…
Morir de madrugada con la soga al cuello
y levitar el alma de un poema a la inconformidad de vivir.
Morir en el genocidio de la paz.
Morir en el subte camino a visitar a un preso…
Morir al tropezar en la acera del cielo roto.
Morir temprano, inoportunamente, morir.
Morir en las manos sedientas de venganza…
Morir en un un zafacón con hambre y con el cordón aún temblando…
Morir de día bajo el insolente sol de julio.
Morir tarde, a lo largo de un río.
Morir en el filo de una mente puntiaguda.
Morir en llamas, como un fogón en la guerra.
Morir en la ola de inexacta premura.
Morir de vejez y escarnio.
Morir en la plenitud del aria “Largo al Factotum” de Rossini
cuando canta Dmitri Aleksandrovich Hvorostovsky,
quien murió el otro día, bellaMente.
El grano oscuro de su voz de barítono.
Su muerte vino con un bouquet de flores.
Morir en el ojo de la tormenta.
Morir de noche en un torrente lodazal.
Morir con las manos atadas como un mensaje al hueco de tu corazón.
Morir sin Dios, sin contemplación,
sin gloria ni penas,
Ineludiblemente, morir.
E. R. Aristy