Editorial Alaire

Ernesto perez escribió: He aquí el monstruo que dice te quiero con los labios sellados,
el trapecista de tus medias de red cubierto de cicatrices.

Pasen y vean al hombre bala entre sus piernas....

- ¿Ya?
- Si ya, siempre tuviste un coño demasiado acogedor cariño.

Con todos vosotros el hombre sin barba,
el hipocondriaco de las pastillas de colores,
el fakir de sus uñas largas y sus tacones afilados,
el malabarista de las palabras sin acentos.

No se pierdan como juega a la ruleta rusa
con todos los besos que no le dan,
o como es capaz de doblarse
hasta caber en el bolsillo de atras
de todos los pantalones que ella ya no se pone.

Observar como se atreve a meterse en una habitación a solas con Laura
que da mordiscos en el cuello
y besos en la nuca
y te puede arrancar el corazón con sus propias manos
para ponerlo bajo una lluvia de octubre.

Disfruten de su daltonismo
mientras el arcoiris se burla desde el otro lado,
o de como se le escapa el único conejo de su chistera
mientras planea un abrazo interminable
en un aeropuerto de una ciudad sin nombre.

Pasen, pasen y vean,
todo este circo cabe en un hombre
y la entrada a su interior es gratuita.

JUANPABLO escribió:

Ernesto perez escribió:
He aquí el monstruo que dice te quiero con los labios sellados,
el trapecista de tus medias de red cubierto de cicatrices.

Pasen y vean al hombre bala entre sus piernas....

- ¿Ya?
- Si ya, siempre tuviste un coño demasiado acogedor cariño.

Con todos vosotros el hombre sin barba,
el hipocondriaco de las pastillas de colores,
el fakir de sus uñas largas y sus tacones afilados,
el malabarista de las palabras sin acentos.

No se pierdan como juega a la ruleta rusa
con todos los besos que no le dan,
o como es capaz de doblarse
hasta caber en el bolsillo de atras
de todos los pantalones que ella ya no se pone.

Observar como se atreve a meterse en una habitación a solas con Laura
que da mordiscos en el cuello
y besos en la nuca
y te puede arrancar el corazón con sus propias manos
para ponerlo bajo una lluvia de octubre.

Disfruten de su daltonismo
mientras el arcoiris se burla desde el otro lado,
o de como se le escapa el único conejo de su chistera
mientras planea un abrazo interminable
en un aeropuerto de una ciudad sin nombre.

Pasen, pasen y vean,
todo este circo cabe en un hombre
y la entrada a su interior es gratuita.

Amigo Ernesto:

Excelente poema en su conjunto,
y estimo soberbia su conclusión.

Sin embargo encuentro que sobra
lo del "coño demasiado acogedor"
y no por ninguna moral mogigata,
que no la tengo,
sino porque me parece
que está fuera del contexto
y más bien desluce al poema
que otra cosa.

Un abrazo.

* * *

Hallie Hernández Alfaro escribió:Observar como se atreve a meterse en una habitación a solas con Laura
que da mordiscos en el cuello
y besos en la nuca
y te puede arrancar el corazón con sus propias manos
para ponerlo bajo una lluvia de octubre.


Esta parcelita del poema es preciosa, me la quedo con intenciones de no devolverla eh!

Avanti Ernesto,

Hallie

Amparo Bletisa escribió:El poema es todo un espectáculo y estoy de acuerdo con Juan Pablo en que lo del coño sobra. No le pega ni con cola y lo endurece innecesariamente por muy golpe de efecto que parezca.

Mándame a la porra si quieres pero podrías decir:

Pasen y vean al hombre bala entre sus piernas....

- ¿Ya?
- Si ya, siempre fuiste demasiado acogedora vida mía ( esto de vida mía ya no sé ajajajja)

que es lo mismo pero sin la ordinariez de lo del "coño"......porque ¿estarás de acuerdo conmigo que es una ordinariez grande en este caso? jeje.

Bueno que no sé para qué me meto en camisas de once varas. Tengo días tontos y porqués que me dan la gana.

Un beso para compensar.

Víctor Vergara Valencia escribió:.



Muy bueno, Ernesto, en planteamiento y desarrollo. Y para colmo divertido.

Muy original tu poesía.
Te felicito. Mis mejores saludos.



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