Editorial Alaire

¡Qué buenas las torrijas! Lo cierto es que no recuerdo haberlas probado nunca calientes, habré de hacerlo.
Me ha gustado tu poema, de las torrijas ya te he dicho. Un poema dulce y nutritivo.

Un fuerte abrazo.

Víctor F. Mallada escribió: ↑Mié, 30 Mar 2022 13:12 Torrijas de leche

En mi casa, las torrijas
de leche, con su azúcar
de caña y su canela,
se comen calentitas.

Ya se que es un pecado
gastronómico (no pongamos aquí la Biblia en entredicho),
y que los foros de tendencias
nunca van a venir aquí a degustarlas.

Ya se que si las pido así, como me gustan,
en un recinto de renombre,
me mirarían con la curiosidad
de adivinar, por mi aspecto o por mi acento,
si vengo de Marte o de Saturno.

La verdad es que, a mis años,
no quiero dar lecciones de nada
ni quiero pelearme ya con nadie,
y menos por los temas del condumio.

Pero si a mi me gustan bien calientes,
(hablamos de torrijas, no te espante).
¡Por mis canas,
dejadme que sea yo quien las cate,
las deguste, las elija!

(Probadlas alguna vez así,
que, en esta vida, te puedes encontrar con la sorpresa
de pensar en la leche que te llevas
y llevarte a la boca una delicia).


Víctor F. Mallada

Delicioso poema, Victor! Ay! que bueno serian un par de torrijas! Un abrazo grande y gracias por compartir!

Víctor F. Mallada escribió: ↑Mié, 30 Mar 2022 13:12 Torrijas de leche

En mi casa, las torrijas
de leche, con su azúcar
de caña y su canela,
se comen calentitas.


Víctor F. Mallada

Pues no señor, no es un pecado gastronómico, de ninguna manera y las que hacía mi madre eran también, jugosas y calentitas.
Yo también las hago igual.

Ha sido un gusto disfrutar estas torijjas, Victor, te felicito por tan dulce poema.

Un abrazo.

Hermoso trabajo, amiga Víctor, que, además, resulta muy sabroso. La torrija está de moda en la alta gastronomía, los mejores chefs la trabajan, experimentan y consiguen resultados muy apreciables, si bien, no hay nada como las torrijas caseras...
Abrazos, compañero.

Umm. qué ganas dan de comerlas, calientes o frías, las torrijas son bienvenidas con este poema tan sabroso. Me gustó leerte.
Abrazos

.

Te haré caso, Víctor. Las torrijas son la infancia y el aroma del cariño.
Gracias por el entrañable momento.

Mucha salud y felicidad.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Mié, 30 Mar 2022 14:22 ¡Qué buenas las torrijas! Lo cierto es que no recuerdo haberlas probado nunca calientes, habré de hacerlo.
Me ha gustado tu poema, de las torrijas ya te he dicho. Un poema dulce y nutritivo.

Un fuerte abrazo.

Gracias, Ramón, por el detalle. Ya me dirás qué tal la experiencia culinaria.

Víctor

E. R. Aristy escribió: ↑Mié, 30 Mar 2022 15:13
Delicioso poema, Victor! Ay! que bueno serian un par de torrijas! Un abrazo grande y gracias por compartir!

Es la época de probarlas, Roxane. Ya me contarás si te atreves con ellas.

Gracias por compartir esta reflexión tan "dulce"

Víctor

Marisa Peral escribió: ↑Mié, 30 Mar 2022 18:10

Víctor F. Mallada escribió: ↑Mié, 30 Mar 2022 13:12 Torrijas de leche

En mi casa, las torrijas
de leche, con su azúcar
de caña y su canela,
se comen calentitas.


Víctor F. Mallada

Pues no señor, no es un pecado gastronómico, de ninguna manera y las que hacía mi madre eran también, jugosas y calentitas.
Yo también las hago igual.

Ha sido un gusto disfrutar estas torijjas, Victor, te felicito por tan dulce poema.

Un abrazo.

Jajaja. Me alegra, Marisa de coincidir con tu madre en esto. Gracias por el detalle de contarlo aquí.

Víctor

Rafel Calle escribió: ↑Sab, 02 Abr 2022 5:44 Hermoso trabajo, amiga Víctor, que, además, resulta muy sabroso. La torrija está de moda en la alta gastronomía, los mejores chefs la trabajan, experimentan y consiguen resultados muy apreciables, si bien, no hay nada como las torrijas caseras...
Abrazos, compañero.

Gracias, Rafel, por el detalle. Se nota que te mueves bien entre fogones.
Cuídate, amigo.

Víctor

En el bar de la esquina, las sirven calientes y con helado de vainilla encima, y serán un crimen culinario,pero buff. Las tuyas tienen muy buena pinta. Tu poema también es un poste para repetir.

¡Venga una de torrijas, amigo Víctor! Y gracias por el convite. Abrazo y salud.

Con humor, con simpatía y un poquito de ironía.

Me sumo a tu crimen gastronómico. Las torrijas me chiflan, me encantan.

Mi madre las hacía geniales, y te aseguro Víctor, que no llegaban a enfriarse.
¡Por Dios! ¡Qué buenas estaban! ¡Qué buenas están!

Y, aunque frías, también son deliciosas, calentitas, mejor que mejor.

Me ha gustado.

Un abrazo.

Me encantan las torrijas, Víctor:

Qué ricas. Las he comido frías, tibias y a temperatura ambiente. Calientes no, pero las probaré.

A ver si un dìa de estos las hago, las tomo calientes y te digo.

El poema... encantador. Delicioso.

Un abrazo y mucha felicidad
Ana