Hostal de carretera

[Hector Cid]

Desde la ventana insomne
la espalda del asfalto dibujada;
húmeda, aterida,
como las escamas de un pez
varado en las rocas.

El humo gatea en mis pulmones y escribo:
Un hombre que se pierde en simas ajenas
no es más que un desertor de los propios abismos.
El peor cobarde se refugia en tormentos extraños.

Las hojas desahuciadas de noviembre
bailan su música lánguida
y el animal gris de la tristeza
husmea entre los arbustos del parking.

Tendida en la cama, sumergida en ti,
quizás piensas
Un hombre acaba cuando reniega de sí.
Un hombre muere donde empieza otro, aunque sea él.
Quien acepta un intruso, profana un pasado.

Luego te miro y me pregunto
por la frontera
entre la última ternura y el ultraje.

Agarro las llaves del Ford
y salgo a la noche de los lobos viejos,
a la noche que se expande entre el exilio
y el destierro.

En un hostal de carretera quedan
una mujer quebrada, un hombre que no será
y un rancio papel pintado.

Por el parking camino
con las suelas quedas
de alguien que aún no conozco.

[Concha Vidal]

Desde la ventana insomne
la espalda del asfalto dibujada;
húmeda, aterida,
como las escamas de un pez
varado en las rocas.

El humo gatea en mis pulmones y escribo:
Un hombre que se pierde en simas ajenas
no es más que un desertor de los propios abismos.
El peor cobarde se refugia en tormentos extraños.

Las hojas desahuciadas de noviembre
bailan su música lánguida
y el animal gris de la tristeza
husmea entre los arbustos del parking.

Tendida en la cama, sumergida en ti,
quizás piensas
Un hombre acaba cuando reniega de sí.
Un hombre muere donde empieza otro, aunque sea él.
Quien acepta un intruso, profana un pasado.

Luego te miro y me pregunto
por la frontera
entre la última ternura y el ultraje.

Agarro las llaves del Ford
y salgo a la noche de los lobos viejos,
a la noche que se expande entre el exilio
y el destierro.

En un hostal de carretera quedan
una mujer quebrada, un hombre que no será
y un rancio papel pintado.

Por el parking camino
con las suelas quedas
de alguien que aún no conozco.

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Poema lleno de imágenes como en penumbra, poema de suelas quedas que da ganas de infiltrarse e invetigar a los lobos viejos, a la mujer quebrada...
Saludos siempre mediterráneos.

[Óscar Distéfano]

Me gusto tu poema, Cid. Buenas imágenes y metáforas, incluyendo las paradojales. Sobre todo me gustó esa forma de encenderlo con chispazos surrealistas. Si no te leí en los últimos tiempos fue debido a un accidente que tuve, a lo cual se sumó el Covid. Estoy restableciéndome de a poco.

Un abrazo.
Óscar

[Hector Cid]

Desde la ventana insomne
la espalda del asfalto dibujada;
húmeda, aterida,
como las escamas de un pez
varado en las rocas.

El humo gatea en mis pulmones y escribo:
Un hombre que se pierde en simas ajenas
no es más que un desertor de los propios abismos.
El peor cobarde se refugia en tormentos extraños.

Las hojas desahuciadas de noviembre
bailan su música lánguida
y el animal gris de la tristeza
husmea entre los arbustos del parking.

Tendida en la cama, sumergida en ti,
quizás piensas
Un hombre acaba cuando reniega de sí.
Un hombre muere donde empieza otro, aunque sea él.
Quien acepta un intruso, profana un pasado.

Luego te miro y me pregunto
por la frontera
entre la última ternura y el ultraje.

Agarro las llaves del Ford
y salgo a la noche de los lobos viejos,
a la noche que se expande entre el exilio
y el destierro.

En un hostal de carretera quedan
una mujer quebrada, un hombre que no será
y un rancio papel pintado.

Por el parking camino
con las suelas quedas
de alguien que aún no conozco.

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Poema lleno de imágenes como en penumbra, poema de suelas quedas que da ganas de infiltrarse e invetigar a los lobos viejos, a la mujer quebrada...
Saludos siempre mediterráneos.

Muchas gracias Concha, siempre, por pasarte por aquí. Cuando tú quieras, te expido un carné a lo 007 con licencia para infiltrarte.

Un abrazo grande.

[Hector Cid]

Amigo Óscar,

Desde aquí, te envío mucha fuerza y te deseo una pronta y feliz recuperación, no te olvides que el mundo necesita poemas de calidad, así que no se puede permitir el lujo de no tenerte pronto plenamente recuperado.

Muchas gracias también por darte una vuelta por este espacio, y lo dicho, mucha salud para ti, estoy seguro de que solo estás tomando carrerilla.

Un abrazo grande.

[Pilar Morte]

Un poema pleno de imágenes acertadas y con un final ingenioso. Me gustó leerte.
Abrazos

[Mirta Elena Tessio]

Desde la ventana insomne
la espalda del asfalto dibujada;
húmeda, aterida,
como las escamas de un pez
varado en las rocas.

El humo gatea en mis pulmones y escribo:
Un hombre que se pierde en simas ajenas
no es más que un desertor de los propios abismos.
El peor cobarde se refugia en tormentos extraños.

Las hojas desahuciadas de noviembre
bailan su música lánguida
y el animal gris de la tristeza
husmea entre los arbustos del parking.

Tendida en la cama, sumergida en ti,
quizás piensas
Un hombre acaba cuando reniega de sí.
Un hombre muere donde empieza otro, aunque sea él.
Quien acepta un intruso, profana un pasado.

Luego te miro y me pregunto
por la frontera
entre la última ternura y el ultraje.

Agarro las llaves del Ford
y salgo a la noche de los lobos viejos,
a la noche que se expande entre el exilio
y el destierro.

En un hostal de carretera quedan
una mujer quebrada, un hombre que no será
y un rancio papel pintado.

Por el parking camino
con las suelas quedas
de alguien que aún no conozco.

Hola Hector. Escribo y me gustan las metáforas.
Tu poema parce una elegía al dolor, se siente esa angustia en cada verso, dentro de las metáforas que usas.
Separe solo una estrofa pero en todas hay belleza.

Desde la ventana insomne
la espalda del asfalto dibujada;
húmeda, aterida,
como las escamas de un pez
varado en las rocas.

Esa ventana insomne ( encierra para mí un mensaje indecifrable)
como todo el resto son aquellos pensamientos, recuerdo etc que se alojan en el inconsciente)
Me ha gustado todo el poema y lo volveré a leer pero en mi patria de noche oscura
todavía no amancece.
Abrazos. y feliz 2022,.

[Ramón Castro Méndez]

Muy buen poema, Héctor, las imágenes me recuerdan a esos moteles de carretera que salen en las películas americanas. Muy logrado ese ambiente de angustia a través de las metáforas e imágenes.
Un placer de lectura.

Un abrazo.

[Ana García]

Parece que te has metido dentro de la piel de kerouac y que sigues el trayecto de On the Road, con paradas en viejos hostales. Me encanta este poema en blanco y negro. Muy despegado de los personajes nos pintas una movida de soledad.
Y mientras ves esa película nos transmites las frases que te asaltan.
Bueno ese es el viaje en el que me he metido con tu poema, Héctor y me ha encantado.
Un abrazo.

[Marisa Peral]

Qué bueno Hector, me has hecho recordar esas películas americanas en las que las carreteras interminables de la Ruta 66 y en los Moteles, que eran refugio y hogar y facilitaron argumentos para miles de historias.
Un gusto leerte.
Abrazos.

[Julio Gonzalez Alonso]

Luego te miro y me pregunto
por la frontera
entre la última ternura y el ultraje.

Tiene el poema regusto de canción de rock, aromas de la generación beat y evocaciones de Jack Kerouac. Acierto total. Un abrazo, Héctor.
Salud.

[Hector Cid]

Un poema pleno de imágenes acertadas y con un final ingenioso. Me gustó leerte.
Abrazos

Muchas gracias Pilar, gracias por pasarte,y si a ti te gustó,yo feliz perdido.
Un abrazo.

[Hector Cid]

Desde la ventana insomne
la espalda del asfalto dibujada;
húmeda, aterida,
como las escamas de un pez
varado en las rocas.

El humo gatea en mis pulmones y escribo:
Un hombre que se pierde en simas ajenas
no es más que un desertor de los propios abismos.
El peor cobarde se refugia en tormentos extraños.

Las hojas desahuciadas de noviembre
bailan su música lánguida
y el animal gris de la tristeza
husmea entre los arbustos del parking.

Tendida en la cama, sumergida en ti,
quizás piensas
Un hombre acaba cuando reniega de sí.
Un hombre muere donde empieza otro, aunque sea él.
Quien acepta un intruso, profana un pasado.

Luego te miro y me pregunto
por la frontera
entre la última ternura y el ultraje.

Agarro las llaves del Ford
y salgo a la noche de los lobos viejos,
a la noche que se expande entre el exilio
y el destierro.

En un hostal de carretera quedan
una mujer quebrada, un hombre que no será
y un rancio papel pintado.

Por el parking camino
con las suelas quedas
de alguien que aún no conozco.

Hola Hector. Escribo y me gustan las metáforas.
Tu poema parce una elegía al dolor, se siente esa angustia en cada verso, dentro de las metáforas que usas.
Separe solo una estrofa pero en todas hay belleza.

Desde la ventana insomne
la espalda del asfalto dibujada;
húmeda, aterida,
como las escamas de un pez
varado en las rocas.

Esa ventana insomne ( encierra para mí un mensaje indecifrable)
como todo el resto son aquellos pensamientos, recuerdo etc que se alojan en el inconsciente)
Me ha gustado todo el poema y lo volveré a leer pero en mi patria de noche oscura
todavía no amancece.
Abrazos. y feliz 2022,.

Muchísimas gracias Mirta; sí, la idea era intentar crear una atmósfera con una carga oscura y de desazón, así que si lo has visto así, me alegra un montón.
Eso sí, esas ambientes en los textos,los que vengan, pero en la vida no...seguro que pronto va a salir un sol XXL en tu patria.
Muchísimas gracias de nuevo,un abrazo grande.

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo, amigo Héctor, que cuenta con un buen planteamiento y un mejor desarrollo, dentro de tu proverbial habilidad rítmico-literaria para sumergir al lector en tus decires.
Felicidades.
Abrazos.

[Hector Cid]

Muy buen poema, Héctor, las imágenes me recuerdan a esos moteles de carretera que salen en las películas americanas. Muy logrado ese ambiente de angustia a través de las metáforas e imágenes.
Un placer de lectura.

Un abrazo.

Muchísimas gracias Ramón, por tu visita y por el amable comentario que dejas.
Un abrazo.