La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Al faro se le hunde la bombilla,
anhídridos que cincelan el oxígeno, y muerden los muebles.
Química en la autopista, física en la memoria.
Soy una señal, un indicio, un augurio, un barrunto.
Mi espíritu no calza en mi suéter, ni en mi sueño se trata el climaterio.
Alguien bisbisa entre la multitud, de silencio.
Huellas que huyen de la piel, sin ruido ni pega.
El cemento y el cementerio se lo agradecen.
Hay un conjuro infalible contra el mal de ojo.
Dura siete noches, y una venda en la mirada de todos los viandantes.
El gusano no sabe que él es realeza, se arrastra por carne al vacío.
Clavijas soltándose de mi cuello,
violines con manual.
Tras sonar todas las notas, la música es como un sordo.
Se convierte en rutina el espectáculo.
Quiero besarte, pero no como para dejarte, no soy tu viuda negra.
Soy más bien como un telescopio,
te toco y te llamo desde lejos, con la expresa voz de las palabras.
Es una visión.
Un discurso monotemático.
¿Has visto cómo a las plumas se les caen las armas?
El pico que busco es el del destino.
¿Puede algún pájaro llevarme hasta ahí?
Prometo no volver.
El tiempo juega con la horca, péndulo de los siempres.
En su mirada hay un signo, quiere decir algo.
Tanto sin expresar su voluntad, que es lo mismo que conceder deseos y deseos.
Su esperanza de voz se reduce a la muerte.
Para nosotros, es así.
Amarnos es otra esfera, con números, saetas al corazón, y, cómo no, espejos y coronas.
… Quiere…
… Ya lo hago…
… Hazlo…
… Hazlo como si nunca lo pensases…
Muy interesante este poema que llama a reflexionar sobre la vida propia. Una búsqueda del yo soy espiritual y carnal a la vez, desprovista del ego. ¿Qué lugar ocupo entre todo lo que me rodea? ¿Está ahí el quid de la cuestión?
Un fuerte abrazo, amigo Ricardo.
"¿Dices
que te tortura el no poder escribir
o que
no puedes escribir porque estás torturado?
¿Dices
que estos tiempos te han convertido en un escéptico
o que
estos tiempos confirman tu escepticismo?
Sentencias que nos llevan a un montón de imágenes sobre los relojes mentales. Medias verdades que nos lanzan a otras verdades a medias.
Telegramas mentales.
Te felicito por ellos.
Un abrazo.
Al faro se le hunde la bombilla,
anhídridos que cincelan el oxígeno, y muerden los muebles.
Química en la autopista, física en la memoria.
Soy una señal, un indicio, un augurio, un barrunto.
Mi espíritu no calza en mi suéter, ni en mi sueño se trata el climaterio.
Alguien bisbisa entre la multitud, de silencio.
Huellas que huyen de la piel, sin ruido ni pega.
El cemento y el cementerio se lo agradecen.
Hay un conjuro infalible contra el mal de ojo.
Dura siete noches, y una venda en la mirada de todos los viandantes.
El gusano no sabe que él es realeza, se arrastra por carne al vacío.
Clavijas soltándose de mi cuello,
violines con manual.
Tras sonar todas las notas, la música es como un sordo.
Se convierte en rutina el espectáculo.
Quiero besarte, pero no como para dejarte, no soy tu viuda negra.
Soy más bien como un telescopio,
te toco y te llamo desde lejos, con la expresa voz de las palabras.
Es una visión.
Un discurso monotemático.
¿Has visto cómo a las plumas se les caen las armas?
El pico que busco es el del destino.
¿Puede algún pájaro llevarme hasta ahí?
Prometo no volver.
El tiempo juega con la horca, péndulo de los siempres.
En su mirada hay un signo, quiere decir algo.
Tanto sin expresar su voluntad, que es lo mismo que conceder deseos y deseos.
Su esperanza de voz se reduce a la muerte.
Para nosotros, es así.
Amarnos es otra esfera, con números, saetas al corazón, y, cómo no, espejos y coronas.
Tu rica imagineria, Ricardo López Castro, no deja lugar para la indiferencia. Desarrollas una poética original y vibrante en osadía y simbolismo.