De cómo no se puede ser poeta ni amigo de Pedro Botero con bótox y silicona hasta las pestañas (sic)
Publicado: Lun, 21 Feb 2022 19:04
Han seguido los dogmas
sin desviarse del camino marcado
por la santa madre iglesia
del culto al cuerpo.
Después de llegada su hora,
como espíritus siliconados, ascienden
a un cielo de látex donde les esperan
divinas y eternas horas de gimnasio,
esteroides, liposucciones,
bótox, dietas imposibles
e infinitas operaciones de estética.
"Ma-ra-vi-llo-so", gritan al unísono
los lobotomizados espíritus angelicales,
después de escuchar las explicaciones
de una especie de Swaseneger celestial.
En cambio, los borrachos, barrigudos y pendencieros,
directos van a las llamas sin fin del averno.
“Hazme un hueco”, clama desconsolado
a Pedro Botero un poeta siliconado antes de morir.
sin desviarse del camino marcado
por la santa madre iglesia
del culto al cuerpo.
Después de llegada su hora,
como espíritus siliconados, ascienden
a un cielo de látex donde les esperan
divinas y eternas horas de gimnasio,
esteroides, liposucciones,
bótox, dietas imposibles
e infinitas operaciones de estética.
"Ma-ra-vi-llo-so", gritan al unísono
los lobotomizados espíritus angelicales,
después de escuchar las explicaciones
de una especie de Swaseneger celestial.
En cambio, los borrachos, barrigudos y pendencieros,
directos van a las llamas sin fin del averno.
“Hazme un hueco”, clama desconsolado
a Pedro Botero un poeta siliconado antes de morir.