Exquisita

[Jerónimo Muñoz]

EXQUISITA


No hay espejos suficientes pero el sol no se ha cerrado.
Entre los pensamientos y la exultación comenzaste tus días.
Ahora el silencio está en tu juventud.
Tu existencia es una mirada cuyo reflejo no lo absorben las aguas.
Tu latido es un néctar para los inciertos.
Tienes en el corazón canciones de palmeras insomnes
y debajo de tus uñas crece la nieve.
Tu rostro está pintado en lienzos ancestrales.
Tus ojos son la música del resplandor.
Tus sienes son niñez.
Cantas a los pájaros, que aprenden de ti el susurro de la inmortalidad.
En las nubes te esperan los poetas de la consumación
que enarbolan banderas no fingidas
y eluden los humos de la concupiscencia.
En los trigales, tu cabello se expande hasta el límite de los himnos de gloria.
Tus manos hundidas en los arroyos son los peces transparentes del verano.
Al pasar bajo las cornisas últimas, la lluvia enmudece,
al regresar de las torres antiguas, las campanas te alumbran,
al caminar por los campos primaverales, la hierba te acaricia.
No sé nada de ti, pero calla.
No confundas tu voz con el humo de las destrucciones.
No derribes tu escultura,
no aborrezcas la pasión de los adoradores del cielo.
Hoy te canto, mujer exquisita. Mi canción es tu aire.

[Hallie Hernández Alfaro]

EXQUISITA


No hay espejos suficientes pero el sol no se ha cerrado.
Entre los pensamientos y la exultación comenzaste tus días.
Ahora el silencio está en tu juventud.
Tu existencia es una mirada cuyo reflejo no lo absorben las aguas.
Tu latido es un néctar para los inciertos.
Tienes en el corazón canciones de palmeras insomnes
y debajo de tus uñas crece la nieve.
Tu rostro está pintado en lienzos ancestrales.
Tus ojos son la música del resplandor.
Tus sienes son niñez.
Cantas a los pájaros, que aprenden de ti el susurro de la inmortalidad.
En las nubes te esperan los poetas de la consumación
que enarbolan banderas no fingidas
y eluden los humos de la concupiscencia.
En los trigales, tu cabello se expande hasta el límite de los himnos de gloria.
Tus manos hundidas en los arroyos son los peces transparentes del verano.
Al pasar bajo las cornisas últimas, la lluvia enmudece,
al regresar de las torres antiguas, las campanas te alumbran,
al caminar por los campos primaverales, la hierba te acaricia.
No sé nada de ti, pero calla.
No confundas tu voz con el humo de las destrucciones.
No derribes tu escultura,
no aborrezcas la pasión de los adoradores del cielo.
Hoy te canto, mujer exquisita. Mi canción es tu aire.

Un poema notable y pleno de belleza.
Símbolos exquisitamente llevados a la vida.

Aplaudo con emoción, querido Jerónimo.
Un abrazo de los grandes.

[E. R. Aristy]

EXQUISITA


No hay espejos suficientes pero el sol no se ha cerrado.
Entre los pensamientos y la exultación comenzaste tus días.
Ahora el silencio está en tu juventud.
Tu existencia es una mirada cuyo reflejo no lo absorben las aguas.
Tu latido es un néctar para los inciertos.
Tienes en el corazón canciones de palmeras insomnes
y debajo de tus uñas crece la nieve.
Tu rostro está pintado en lienzos ancestrales.
Tus ojos son la música del resplandor.
Tus sienes son niñez.
Cantas a los pájaros, que aprenden de ti el susurro de la inmortalidad.
En las nubes te esperan los poetas de la consumación
que enarbolan banderas no fingidas
y eluden los humos de la concupiscencia.
En los trigales, tu cabello se expande hasta el límite de los himnos de gloria.
Tus manos hundidas en los arroyos son los peces transparentes del verano.
Al pasar bajo las cornisas últimas, la lluvia enmudece,
al regresar de las torres antiguas, las campanas te alumbran,
al caminar por los campos primaverales, la hierba te acaricia.
No sé nada de ti, pero calla.
No confundas tu voz con el humo de las destrucciones.
No derribes tu escultura,
no aborrezcas la pasión de los adoradores del cielo.
Hoy te canto, mujer exquisita. Mi canción es tu aire.

Maravilloso poema, Jerónimo. Me recuerda a los salmos de alabanza y al Cantar de Los Cantares. Eres realmente esplendoroso!

[Marius Gabureanu]

Belleza absoluta en cada uno de los versos, a mi modo de entenderlo, un poema magistral. Muchos abrazos y felicitaciones, querido amigo.

[Ramón Castro Méndez]

Me dejas sin palabras, amigo Jerónimo, un poema maravilloso.
Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.

[Pilar Morte]

Qué bien manejas el simbolismo. Un poema hermoso con un reflejo exquisito. Felicidades.
Abrazos

[Rafel Calle]

Bello e interesante trabajo, amigo Jerónimo.
Felicidades.
Abrazos.

[Juan Cruz Bordoy]

Me ha gustado mucho leer tu poema, Jerónimo. Tus versos se leen como un cantar bello y fresco. El simbolismo funciona muy bien con el estilo del poema de tal modo que el efecto de lectura es placentero. La imagen que construyes a lo largo de los versos está altamente lograda y pintada con suma precisión. Me voy contento de haberte visitado.
Un abrazo y un beso,
Juan Cruz

[Javier Dicenzo]

Bello canto Jerónimo un placer pasar por tu obra.

[F. Enrique]

En las nubes te esperan los poetas de la consumación
que enarbolan banderas no fingidas
y eluden los humos de la concupiscencia.

Gran poema, Jerónimo, en el que te muestras fiel a ti mismo.