Editorial Alaire

Jerónimo Muñoz escribió: ↑Sab, 05 Feb 2022 10:23 AMIGO HERMANO


Eres mi hermano pero no se lo digas a la penumbra.
Sabes de mí todo lo que almaceno de hojalata y hogueras. Sabes ese nombre mío que yo ignoro.
Eres mi hermano porque yo quiero, porque tu jardín es un círculo de siemprevivas jadeantes de luz.
Tus pecados no tienen dolor, tu quietud es brava, tus verdades son de terciopelo verde.
Cantas cuando mi río se interna en los desfiladeros; cuando mi río se expande, tú me agredes blandamente.
Yo sé que existes, que navegas por los mares de la sensatez, que estás en mi sombra.
Tus palabras me impulsan hacia la embriaguez de los días. Tus latidos avivan mi corazón.
Eres más que un amigo, eres mi hermano, y yo te confío mi fraternidad, yo te ofrezco el calor de mis huesos y el aliento que perdura en mi imperfección.
Pasan los veranos y mi afán no se extingue. Quiero brindarte los frutos que recojo, las aguas más puras de mi manantial, el abrazo de mi lentitud.
La catarata de mi pecho alumbra la oscuridad de tu pureza. Mis labios te pronuncian.
Somos hermanos en los humos y en el aire, en las espinas y en los trigales, en las fermentaciones y en la longitud de los lagos.
Somos hermanos en la eternidad.

Pilar Morte escribió: ↑Sab, 05 Feb 2022 10:38 Aplausos miles para este hermosísimo y emotivo poema. Es muy grato deslizarse por tus versos tan llenos de bondad y buen hacer. Me encantó.
Abrazos

Ventura Morón escribió: ↑Sab, 05 Feb 2022 10:46 Que hermosa declaración de fraternidad. En esa inmensa suerte de reconocerse en el otro, de que el tiempo tenga un carácter relativo, de estar seguro de recibir siempre el aliento necesario. Me ha encantado leerte amigo,
Un abrazo fuerte

Jerónimo Muñoz escribió: ↑Sab, 05 Feb 2022 10:23 AMIGO HERMANO


Eres mi hermano pero no se lo digas a la penumbra.
Sabes de mí todo lo que almaceno de hojalata y hogueras. Sabes ese nombre mío que yo ignoro.
Eres mi hermano porque yo quiero, porque tu jardín es un círculo de siemprevivas jadeantes de luz.
Tus pecados no tienen dolor, tu quietud es brava, tus verdades son de terciopelo verde.
Cantas cuando mi río se interna en los desfiladeros; cuando mi río se expande, tú me agredes blandamente.
Yo sé que existes, que navegas por los mares de la sensatez, que estás en mi sombra.
Tus palabras me impulsan hacia la embriaguez de los días. Tus latidos avivan mi corazón.
Eres más que un amigo, eres mi hermano, y yo te confío mi fraternidad, yo te ofrezco el calor de mis huesos y el aliento que perdura en mi imperfección.
Pasan los veranos y mi afán no se extingue. Quiero brindarte los frutos que recojo, las aguas más puras de mi manantial, el abrazo de mi lentitud.
La catarata de mi pecho alumbra la oscuridad de tu pureza. Mis labios te pronuncian.
Somos hermanos en los humos y en el aire, en las espinas y en los trigales, en las fermentaciones y en la longitud de los lagos.
Somos hermanos en la eternidad.

Es imposible guardar silencio antes estas palabras en verso, propias de un gran poeta, al que le emvío toda mi admiración por su enorme humanidad. Desde mi modestia, te felicito y te envío un enmorme abtazo de hermano por la eternidad.

Desde la soledad de mi isla, un inmenso abtazo

José Manuel F. Febles