El terrorista

[Ramón Carballal]

Un gran poema, Ramón, describes con tino y acertadas imágenes la psicología de estos fanáticos.
Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.

Gracias, Ramón, por tu generosidad. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Impresionante!!! Tenemos aquí un magnífico ejemplo de la gran poesía de Ramón Carballal. Un trabajo, un fresco de versos que describe el fanatismo extremo, puro en el horror y en la desgracia descerebrada y asesina.

Eso… una dura, impresionante y necesaria lectura , querido amigo.

Abrazos y salud.

Gracias, J.J., por el comentario que dejas. Unha forte aperta.

[Marisa Peral]

Es un poema brutal, un recordatorio de los últimos grandes atentados de terror del islamismo amparado en sus creencias.
Magnífico y doloroso de principio a fin.
Como siempre, un placer disfrutar de tu poesía, Ramón.
Un abrazo.

[Jerónimo Muñoz]

Un poema que, aparte de su acrimonia, encierra una gran belleza y originalidad. Aciertas al introducirte en el cerebro de ese terrorista del título, pues consigues un retrato fiel de su forma de pensar. El emplear la primera persona añade hondura y emotividad. Un gran poema, Ramón. Así lo veo yo.
Abrazos.

Jerónimo

[F. Enrique]

Ya no me sorprendes, Ramón, cuando te conocí me resultabas hasta cierto punto un poco encasillado, nada de eso; Bogart te echó una mano, se quitó el borsalino, para demostrarme que nada de eso, que no lo estás en absoluto. Te `aplaudo hasta que me duelan las manos, aunque corra por mis nudillos un hilillo de sangre.

El mejor poeta político.social del siglo XX. Te presento a Phil Ochs.

[José Manuel F. Febles]

He orado antes del amanecer tras la llamada del muecín.
A lo lejos los ángeles del infierno visten trajes de oro,
automóviles de cristal, aguardan. Mi Dios es simple,
pide amor, pide sacrificio, pide fuerza y destino.
Yo sé que hay una memoria común de palabras
que matan, la fe se adentra en los corazones
y ya no es posible un canto; la sangre, la pureza,
son el precio de la verdad, la rabia adolescente
hinca su aullido en el dolor. ¿Por qué el águila
vigila, escruta y después se lanza hacia la carne
de su presa, agota su existir hasta la muerte?
Crecimos con la oración del hambriento, en el libro
sagrado las almas son puras, un clamor de voces
se eleva desde el oriente, un aire de fuego sopla bajo
la piel de los rascacielos, en el silencio de los trenes
al alba, en las calles de fiesta, junto a la música
de los café-bar de moda. Prometo entregar mi vida a Dios,
me lavo con el agua bendecida por el ardor, un cinturón
de flores asesinas ciñe mi abdomen; moriré entre despojos,
gritos, pedazos de hombría cercenados, bebés que estallaron
en el vientre de sus madres, jóvenes sin niñez, niños sin juventud,
viejos ensordecidos, mudos, un coro de huríes me acompañará.
Por fin marcharé camino al paraíso.

Un extraordinario poema, muy grande, pero más placer en la lectura. Mis felicitaciones, Rey de las Metáforas.

Un cordial abrazo.

José Manuel F, Febles

[Mirta Elena Tessio]

He orado antes del amanecer tras la llamada del muecín.
A lo lejos los ángeles del infierno visten trajes de oro,
automóviles de cristal, aguardan. Mi Dios es simple,
pide amor, pide sacrificio, pide fuerza y destino.
Yo sé que hay una memoria común de palabras
que matan, la fe se adentra en los corazones
y ya no es posible un canto; la sangre, la pureza,
son el precio de la verdad, la rabia adolescente
hinca su aullido en el dolor. ¿Por qué el águila
vigila, escruta y después se lanza hacia la carne
de su presa, agota su existir hasta la muerte?
Crecimos con la oración del hambriento, en el libro
sagrado las almas son puras, un clamor de voces
se eleva desde el oriente, un aire de fuego sopla bajo
la piel de los rascacielos, en el silencio de los trenes
al alba, en las calles de fiesta, junto a la música
de los café-bar de moda. Prometo entregar mi vida a Dios,
me lavo con el agua bendecida por el ardor, un cinturón
de flores asesinas ciñe mi abdomen; moriré entre despojos,
gritos, pedazos de hombría cercenados, bebés que estallaron
en el vientre de sus madres, jóvenes sin niñez, niños sin juventud,
viejos ensordecidos, mudos, un coro de huríes me acompañará.
Por fin marcharé camino al paraíso.

Como dicen es duro y realista para mi gusto el poema.
Tus oraciones son y serán escuchadas, si bien no soy una religiosa
creo en la justicia divina, esa energía que no se palpa ni se ve.
Es la esencia que heredamos aquellos que creemos. Muy sentido el poema,
encierra verdades irrefutables por ello te felicito. Que tenga un buen día.
Aquí en mi patria, es verano, pero llueve y hace frío.
Como dicen todo cambia y nada queda.
Un fuerte abrazo me gusto leerte amigo.-

[Ramón Carballal]

Muy bello y muy interesante trabajo, amigo Ramón, que, a mi juicio, cuenta con todos los pronunciamientos de tu mejor poesía.
El tema se las trae, pero tú lo tratas con una gran maestría.
Felicidades, compañero.
Abrazos.

Gracias, Rafel, por el generoso comentario. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Es un poema brutal, un recordatorio de los últimos grandes atentados de terror del islamismo amparado en sus creencias.
Magnífico y doloroso de principio a fin.
Como siempre, un placer disfrutar de tu poesía, Ramón.
Un abrazo.

Gracias, Marisa, por tu amabilidad. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Ya no me sorprendes, Ramón, cuando te conocí me resultabas hasta cierto punto un poco encasillado, nada de eso; Bogart te echó una mano, se quitó el borsalino, para demostrarme que nada de eso, que no lo estás en absoluto. Te `aplaudo hasta que me duelan las manos, aunque corra por mis nudillos un hilillo de sangre.

El mejor poeta político.social del siglo XX. Te presento a Phil Ochs.

Gracias, Francisco, por el amable comentario. Si de algo trato de huir es de escribir siempre el mismo poema. No sé si lo consigo pero en ello estoy. Me gusta Phil Ochs, aunque no lo conozca profundamente, escribo esta respuesta escuchando a Silvio rodríguez en su disco "Mujeres". Un abrazo.

[Ramón Carballal]

He orado antes del amanecer tras la llamada del muecín.
A lo lejos los ángeles del infierno visten trajes de oro,
automóviles de cristal, aguardan. Mi Dios es simple,
pide amor, pide sacrificio, pide fuerza y destino.
Yo sé que hay una memoria común de palabras
que matan, la fe se adentra en los corazones
y ya no es posible un canto; la sangre, la pureza,
son el precio de la verdad, la rabia adolescente
hinca su aullido en el dolor. ¿Por qué el águila
vigila, escruta y después se lanza hacia la carne
de su presa, agota su existir hasta la muerte?
Crecimos con la oración del hambriento, en el libro
sagrado las almas son puras, un clamor de voces
se eleva desde el oriente, un aire de fuego sopla bajo
la piel de los rascacielos, en el silencio de los trenes
al alba, en las calles de fiesta, junto a la música
de los café-bar de moda. Prometo entregar mi vida a Dios,
me lavo con el agua bendecida por el ardor, un cinturón
de flores asesinas ciñe mi abdomen; moriré entre despojos,
gritos, pedazos de hombría cercenados, bebés que estallaron
en el vientre de sus madres, jóvenes sin niñez, niños sin juventud,
viejos ensordecidos, mudos, un coro de huríes me acompañará.
Por fin marcharé camino al paraíso.

Un extraordinario poema, muy grande, pero más placer en la lectura. Mis felicitaciones, Rey de las Metáforas.

Un cordial abrazo.

José Manuel F, Febles

Gracias, José Manuel, por tus generosas palabras. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

He orado antes del amanecer tras la llamada del muecín.
A lo lejos los ángeles del infierno visten trajes de oro,
automóviles de cristal, aguardan. Mi Dios es simple,
pide amor, pide sacrificio, pide fuerza y destino.
Yo sé que hay una memoria común de palabras
que matan, la fe se adentra en los corazones
y ya no es posible un canto; la sangre, la pureza,
son el precio de la verdad, la rabia adolescente
hinca su aullido en el dolor. ¿Por qué el águila
vigila, escruta y después se lanza hacia la carne
de su presa, agota su existir hasta la muerte?
Crecimos con la oración del hambriento, en el libro
sagrado las almas son puras, un clamor de voces
se eleva desde el oriente, un aire de fuego sopla bajo
la piel de los rascacielos, en el silencio de los trenes
al alba, en las calles de fiesta, junto a la música
de los café-bar de moda. Prometo entregar mi vida a Dios,
me lavo con el agua bendecida por el ardor, un cinturón
de flores asesinas ciñe mi abdomen; moriré entre despojos,
gritos, pedazos de hombría cercenados, bebés que estallaron
en el vientre de sus madres, jóvenes sin niñez, niños sin juventud,
viejos ensordecidos, mudos, un coro de huríes me acompañará.
Por fin marcharé camino al paraíso.

Como dicen es duro y realista para mi gusto el poema.
Tus oraciones son y serán escuchadas, si bien no soy una religiosa
creo en la justicia divina, esa energía que no se palpa ni se ve.
Es la esencia que heredamos aquellos que creemos. Muy sentido el poema,
encierra verdades irrefutables por ello te felicito. Que tenga un buen día.
Aquí en mi patria, es verano, pero llueve y hace frío.
Como dicen todo cambia y nada queda.
Un fuerte abrazo me gusto leerte amigo.-

Gracias, Mirta, por leer y dejarme tu opinión. Un abrazo.

[F. Enrique]

Mi segundo disco favorito en español, Ramón. El primero es el dedicado a Antonio Machado de Juanito. El tercero Honestidad brutal de mi amigo, lo es sin dua, Andrés.

[Ramón Carballal]

Mi segundo disco favorito en español, Ramón. El primero es el dedicado a Antonio Machado de Juanito. El tercero Honestidad brutal de mi amigo, lo es sin dua, Andrés.

Buena selección que firmaría, aunque no conozco el disco de Calamaro, lo cambio por Moustaki. Saludos.

[Óscar Distéfano]

Me ha gustado mucho tu poema, amigo Carballal. Qué bien retratado está esa convicción endurecida a través de los siglos. Es un tema difícil, debido a la visión simplista que tiene la inmensa mayoría; la política que busca clasificarte en "pro" o en "contra". Tú, sin embargo, le has impregnado de poesía al tema, convirtiéndolo en verdad humana, más allá de las posturas sociológicas absurdas, siempre buscando la verdad y la belleza. Eres un poeta que crece en cada trabajo que presentas.

Un gran abrazo.
Óscar