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Pretendia salir de la norma con tanta cacofonía. Es un buen ejercicio que te obliga a sacar el arsenal de palabras para no repetirse. Te invito a que hagas la prueba.Rafel Calle escribió: ↑Sab, 22 Ene 2022 8:09 Hermoso y muy original trabajo, amiga Ana, que además supone un ejercicio estilístico de primera magnitud en cuanto a la enorme laboriosidad que entraña. Creo que has conseguido ensamblar la copiosidad de la "e" en una placentera eufonía, lo cual, de entrada me hubiera parecido melódicamente descabellado.
Felicidades.
Abrazos.
Fácil no es porque te ata las manos, pero es muy atrayente, es un reto de los que me gustan. Un reto que quedó en el aire en su momento.Hallie Hernández Alfaro escribió: ↑Sab, 22 Ene 2022 12:26 Bueno, bueno, Ana querida, te has marcado un logro admirable.
Humor, inteligencia, fuerza transmisora y el sello de tu poeta repartiendo miga en este poEma de Es.
Abrazo de los grandes y felicitaciones sinceras.
Tú sujeta la pamela que me encanta. Es tu firma. Podrías subir esa locura que tienes guardada y a lo mejor se unen los compañeros. Hay locuras muy divertidas.Concha Vidal escribió: ↑Dom, 23 Ene 2022 12:46 Ja¡.. mi pamela y yo nos despamelamos...
genial genialidad
genuino galimatías..
(Tengo dos locuras parecidadas, con la "a" y con la otr que no me cuerdo)
Abrazos mediterráneos y lluviosos... que ya es raro por aquí.
woow, vaya cosas más bonitas me dices, Alejandro. Eres encantador y super amable con mis cosillas.Alejandro Costa escribió: ↑Dom, 23 Ene 2022 20:51 ¡Estás loca!
Pero esa locura tuya es encantadora.
El poema en sí es una locura. El comenzar cada verso con la "e" me parece de una originalidad excepcional y hasta lo veo complicado.
En fin Anita, que nos has vuelto a dejar un chorro de aire fresco.
Un beso con alegría y cariño.
Eres única.
Gran ingenio el tuyo, Ana. Te felicito!Ana García escribió: ↑Vie, 14 Ene 2022 23:08 Estando estos días más lúgubre que un museo, me vine arriba, coloqué el sombrero en la cabeza pensante y neuronicé una historia con la e, sí, UNA E. A otros les da por buscar una determinada actitud y me lo dijeron: busca la actitud. ¡Qué joia! Yo no la encontré ni debajo de la cama. ¿Tendré yo de eso? Así que dedico este poema-rap a todo aquel que no encuentre la dichosa ACTITUD.
Extraño espécimen es El Ebribodi,
emigrante europeo,
—errante entusiasmado—
en España encontró escuela erótica:
empleo estilista.
En espumosos embalses entreteníase
el ecologista, escudriñando erizos.
En esa enorme ensenada
encontró el esturión escondido.
El extranjis exclamó:
—¡Eureka! ¡Este esturión estará
exquisito en enero!
¡Estofado entero en espinacas!
Elevó el espeso entrecejo.
El escorpión envidioso escuchó
el entusiasmo extranjero;
enderezó el elemento espinoso;
enganchólo en el esponjoso esqueleto.
El estado epidérmico
—errante—
era espantoso.
¡Emanaba enjuagues enrojecidos!
El Ebribodi expiraba,
expresaba enfermedad espeluznante.
¡Encima escocía el empeine!
—¡Escorpión, energúmeno!
El esturión, entreacto,
esfumóse en el estanque.
El emigrante,
—En el encéfalo enmarañado—
estornudando emanaciones eólicas,
excediendo en enfado,
ejecutó eficaz eutanasia
en el escorpión.
Estando éste espanzurrado,
estrujado,
El Ebribodi enseñó
enormes empastes endemoniados.
Escarmentado el experto ecológico,
entró en económico establecimiento;
escogió ensaladilla escabechada,
—enlatada—
esmerándose en el emplatado.
Engullólo enseguida.
Eructó en el entorno,
exclamando:
¡Encuentróme empachado!
Muchas gracias por tu atenta lectura y comentario.E. R. Aristy escribió: ↑Jue, 27 Ene 2022 20:26Gran ingenio el tuyo, Ana. Te felicito!Ana García escribió: ↑Vie, 14 Ene 2022 23:08 Estando estos días más lúgubre que un museo, me vine arriba, coloqué el sombrero en la cabeza pensante y neuronicé una historia con la e, sí, UNA E. A otros les da por buscar una determinada actitud y me lo dijeron: busca la actitud. ¡Qué joia! Yo no la encontré ni debajo de la cama. ¿Tendré yo de eso? Así que dedico este poema-rap a todo aquel que no encuentre la dichosa ACTITUD.
Extraño espécimen es El Ebribodi,
emigrante europeo,
—errante entusiasmado—
en España encontró escuela erótica:
empleo estilista.
En espumosos embalses entreteníase
el ecologista, escudriñando erizos.
En esa enorme ensenada
encontró el esturión escondido.
El extranjis exclamó:
—¡Eureka! ¡Este esturión estará
exquisito en enero!
¡Estofado entero en espinacas!
Elevó el espeso entrecejo.
El escorpión envidioso escuchó
el entusiasmo extranjero;
enderezó el elemento espinoso;
enganchólo en el esponjoso esqueleto.
El estado epidérmico
—errante—
era espantoso.
¡Emanaba enjuagues enrojecidos!
El Ebribodi expiraba,
expresaba enfermedad espeluznante.
¡Encima escocía el empeine!
—¡Escorpión, energúmeno!
El esturión, entreacto,
esfumóse en el estanque.
El emigrante,
—En el encéfalo enmarañado—
estornudando emanaciones eólicas,
excediendo en enfado,
ejecutó eficaz eutanasia
en el escorpión.
Estando éste espanzurrado,
estrujado,
El Ebribodi enseñó
enormes empastes endemoniados.
Escarmentado el experto ecológico,
entró en económico establecimiento;
escogió ensaladilla escabechada,
—enlatada—
esmerándose en el emplatado.
Engullólo enseguida.
Eructó en el entorno,
exclamando:
¡Encuentróme empachado!