Editorial Alaire

Los hombres tienen siete chalecos
y el último nunca se lo quitan.
 
Georgina y sus sentencias fulminantes.
Flojea su memoria, entre escenas perfectamente ordenadas.
Me recuerda a los armarios de la señora Dorinda.
Sábanas blancas apiladas en orden matemático.
 
Habla de esas historias de muchos años.
Una gripe le quitó a su madre a los ocho.
Como mi abuela,
los niños huérfanos tienen miedo a los catarros. Y a las tormentas.
 
Se va haciendo cada día más pequeña,
igual que el ovillo de lana que da vueltas por el suelo mientras teje.
Al llegar a la esquina me pregunta: y ahora, ¿cómo hago?
Gina, dos patas, dos cadenetas y dos patas.
 
Su voz de fondo me lleva poco a poco hasta C.
Un libro compartido sobre el pupitre.
“Los visigodos eran una minoría gobernante…”
 
La historia. El principio de los tiempos.
Dos pupitres que ahora son dos escritorios.
 
Me pregunto: tejer el amor en blanco o apilarlo en el armario.
Algunas personas se te agarran al pecho, como los catarros mal curados.
 
C ha ido a la farmacia. Me desnudo.
Toda la tarde por delante.

Me llevo el cero de este cosmos, son realidades las que presentas en esta tematica.

"Sábanas blancas apiladas en orden matemático"
"Algunas personas se te agarran al pecho, como los catarros mal curados"

Me ha gustado mucho tu poema, Antonia. Me gusta ese estilo realista, fresco, directo... En fin, que me ha sentado tan bien como "les fabes" que acabo de cenar.
Mi felicitación y aplauso.

Un abrazo.

Hermoso trabajo, amiga Antonia, donde hallo un interesante memorial costumbrista.
Felicidades.
Abrazos.

Magnífico poema. Es una obra para aprender de la idea, su ritmo y estructura. Enhorabuena

Echaba en falta tu poesía real, fresca y llegadora. Me gusta mucho el desarrollo del poema, cada verso tan auténtico. Felicidades.
Abrazos

Antonia, siempre me ha gustado tu poesía por su originalidad, por ese ese hecho de extraer el oro de la transcendental historia cotidiana y común de nuestras vidas.

Versos como estos son para enmarcar:

"Se va haciendo cada día más pequeña,
igual que el ovillo de lana que da vueltas por el suelo mientras teje.
Al llegar a la esquina me pregunta: y ahora, ¿cómo hago?
Gina, dos patas, dos cadenetas y dos patas.

...................................................................

Me pregunto: tejer el amor en blanco o apilarlo en el armario.
Algunas personas se te agarran al pecho, como los catarros mal curados"

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Bicos e saúde.

Javier Dicenzo escribió: ↑Jue, 13 Ene 2022 19:58 Me llevo el cero de este cosmos, son realidades las que presentas en esta tematica.

Muchas gracias Javier.
Un saludo.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 13 Ene 2022 21:26 "Sábanas blancas apiladas en orden matemático"
"Algunas personas se te agarran al pecho, como los catarros mal curados"

Me ha gustado mucho tu poema, Antonia. Me gusta ese estilo realista, fresco, directo... En fin, que me ha sentado tan bien como "les fabes" que acabo de cenar.
Mi felicitación y aplauso.

Un abrazo.

Muchas gracias Ramón.
Me alegra que te haya gustado.

Un abrazo.

Original.
Y el epitafio demoledor.
Un abrazo.

Desde luego un poema fresco y sobre todo original, muy original.

Tiene versos geniales.

Me ha gustado.

Saludos.

Antonia Mauro escribió: ↑Jue, 13 Ene 2022 19:55 Los hombres tienen siete chalecos
y el último nunca se lo quitan.
 
Georgina y sus sentencias fulminantes.
Flojea su memoria, entre escenas perfectamente ordenadas.
Me recuerda a los armarios de la señora Dorinda.
Sábanas blancas apiladas en orden matemático.
 
Habla de esas historias de muchos años.
Una gripe le quitó a su madre a los ocho.
Como mi abuela,
los niños huérfanos tienen miedo a los catarros. Y a las tormentas.
 
Se va haciendo cada día más pequeña,
igual que el ovillo de lana que da vueltas por el suelo mientras teje.
Al llegar a la esquina me pregunta: y ahora, ¿cómo hago?
Gina, dos patas, dos cadenetas y dos patas.
 
Su voz de fondo me lleva poco a poco hasta C.
Un libro compartido sobre el pupitre.
“Los visigodos eran una minoría gobernante…”
 
La historia. El principio de los tiempos.
Dos pupitres que ahora son dos escritorios.
 
Me pregunto: tejer el amor en blanco o apilarlo en el armario.
Algunas personas se te agarran al pecho, como los catarros mal curados.
 
C ha ido a la farmacia. Me desnudo.
Toda la tarde por delante.

Siempre he creído que tienes un arte poético personal conmovedor y poderoso, sea en observaciones cotidianas, culturales o de honda filosofía. Te felicito Antonia por esta original y bella creación. ERA

Costumbrismo, Naturalismo, Realismo. Siempre bailando próximos y casi siempre revueltos. Los tres bajo el sentido objetivo de la realidad. Los tres en un alejamiento progresivo de los románticos en cuanto a tratamiento.
El Costumbrismo, decantado hacia asuntos tradicionales de lo social, eso que llamamos usos y costumbres, incluido lo pintoresco, plasmados desde un punto de vista de observación de contrastes en el que subyace un señalamiento crítico.
El Naturalismo, un paso adelante con voluntad documental, predispuesto a señalar lo emocional de los grupos sociales.
Y, el Realismo, caja donde caben Costumbrismo y Naturalismo y todo lo que queramos incluir porque roce alguna característica de reflejo objetivado de lo real.
Todo cabe en las cajas, tanto que tenemos por costumbristas desde Carlos Arniches hasta Azorín, o tenemos por naturalistas desde Blasco Ibáñez hasta Narcis Oller, y en el realismo desde Galdós a Cortazar.

Este poema, en el que hay objetivación de la realidad por su tinte cotidiano, se expande más allá de cualquier caja para resultar profunda y naturalmente lírico (si nos remitimos a términos comunes), compuesto desde una poética múltiple.

Es un poema actual, no moderno; es un poema de emociones sutiles, no de emotividad desbordada; es un poema que demuestra mucho instinto poético; es, en definitiva, un poema que sin renunciar a nada y aportando mucho, va con los tiempos y virtudes de la poesía.

Felicidades, Antonia. Un abrazo.
Ignacio

Que bonito sentir íntimo nos has dejado.
Con su serena intensidad has compuesto un poema precioso.
Abrazos.

Antonia Mauro escribió: ↑Jue, 13 Ene 2022 19:55
 
Georgina y sus sentencias fulminantes.
Flojea su memoria, entre escenas perfectamente ordenadas.
Me recuerda a los armarios de la señora Dorinda.
Sábanas blancas apiladas en orden matemático.
 
Habla de esas historias de muchos años.

los niños huérfanos tienen miedo a los catarros. Y a las tormentas.
 
Se va haciendo cada día más pequeña,
igual que el ovillo de lana que da vueltas por el suelo mientras teje.
Al llegar a la esquina me pregunta: y ahora, ¿cómo hago?
Gina, dos patas, dos cadenetas y dos patas.
 
Me pregunto: tejer el amor en blanco o apilarlo en el armario.
Algunas personas se te agarran al pecho, como los catarros mal curados.
 

Cuando he visto el título he imaginado un cosmos espacial (tengo un poema con este mismo título)
Pero el tuyo es un Cosmos en toda regla, un cosmos vital de largo recorrido.
Tienes versos realmente significativos y evocadores, muy buenos.
Felicidades y gracias por hacerme recordar cosas, si no comunes, si muy parecidas.

Un abrazo.