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Dialéctica elemental

Publicado: Mié, 17 Nov 2021 13:35
por Ricardo López Castro
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El aire adolecía desde su yo profundo,
sin sentirse sujeto al silencio, al espíritu,
al perpetuo rumor de las esquinas,
comandadas por pájaros sin nubes,
y con la distorsión de los palacios,
como reinas sin paz y sin miseria,
sometidas al fuego de la sombra.

Cuanto más se empinaban los árboles sin luz,
más colores se hallaban en nuestra inmensidad.

La rueda de la luna recorría mi espalda,
como un halo de líquidos cristalinos y sordos,
sumidos en mis párpados,
abismales, igual que el agua y las raíces.

En mi rostro, un perfume sincero y frescachón,
la ventana del mar soñaba con umbrales,
y las rojas farolas latían en la noche,
corazón hacia el sur, lejos de varaderos,
lejos de la milicia insigne del oxígeno,
y las barras de sol, celda por celda,
se volvían tan sólidas
que el cristal se sumía en sus
extremidades,
como un cuerpo escondido.

Y retorcidamente,
amaneció de nuevo,
sin almas, por promiscuas y longevas.

Por buscar un pedazo de ese cielo,
por calcular la fórmula del trance,
por remediar mi farsa con mi profundidad,
los confines se alzan sólo entre estrellas muertas…
Errantes.

----------

Hay lenguas que son lágrimas,
mares que son luciérnagas,
rayos que han dibujado el amor de los hombres,
con la sola mirada del reflejo.

Hay plantas que decoran, que palpitan la sed,
mientras sus ramas vibran,
a través de la imagen.
Hay ruinas que emergen al calor de las piedras.
Abrazos que no llegan, como una carta herida
por la lava de los remordimientos.
Hay minutos de luto, tiempos de la memoria
que no hablan sin intérpretes.
Hay realidades mutuas,
huérfanas, que se mueven en diáspora.
Migran mis sentimientos hacia la isla de sal que nace en las palabras,
buscando una aventura para resucitar paralelismos,
o un mundo desigual,
pero simétrico,
rayado con papel,
pero sin cortes.

Un mundo desigual, pero unido por puntos.
Nunca pude mirarlo entero, ni partido.
Sé lo que hay detrás de la luna y el sol,
pero no lo que esconde este tabique,
mi mente,
tu ropa…

Y existir es la capa que aparece
cuando se caen todas las demás,
como si fuese…
Comenzar por el fin,
fantasear contigo,
con los ojos sellados de por vida,
sin imagen, recuerdos,
y sin jamás haberte conocido…
Vínculo con el cosmos y una piel sin color,
ciego como un discurso sin vivencias ni gloria,
me derramo en tus lágrimas,
como un compuesto orgánico,
Froto la luz, y estudio la materia del tacto más remoto.
Sin cuerpo en el espacio,
la gravedad se achica,
como la chimenea,
las señales de humo,
los insectos más sádicos viajan en mi pecho.
Llámese miedo, impulso, dolor de corazón,
o simplemente clímax sin lugar.
Me enamoro del alma que impide que realice
mis labores.
Poco más que otra historia dentro de mi mente.
No sé qué más le cabe a mi conciencia,
si acaso una reforma,
que no salpique incógnitas.

Re: Dialéctica elemental

Publicado: Sab, 20 Nov 2021 11:24
por Rafel Calle
Arriba con la última propuesta de Ricardo López Castro, que, como siempre, rezuma belleza, pulcritud e inteligencia literaria.

Re: Dialéctica elemental

Publicado: Sab, 20 Nov 2021 12:13
por Hallie Hernández Alfaro
Madre mía, un poemazo que se abre camino con una fuerza tremenda.

Una joya, amigo mío, una joya.

Volveré a tu Dialéctica elemental; mientras tanto, que no cesen los aplausos.

Re: Dialéctica elemental

Publicado: Sab, 20 Nov 2021 12:38
por Ricardo López Castro
Gracias miles amigo Rafel, por encargarte de rescatar este trabajo, y por tus halagadoras palabras.
Abrazos y felicidad.

Hallie, amiga poetisa, ya sabes perfectamente que siempre intentamos dar forma a los límites para romperlos.
Abrazos y felicidad, y toda mi gratitud.

Re: Dialéctica elemental

Publicado: Mar, 08 Feb 2022 18:52
por E. R. Aristy
Ricardo López Castro escribió: Mié, 17 Nov 2021 13:35 Imagen


El aire adolecía desde su yo profundo,
sin sentirse sujeto al silencio, al espíritu,
al perpetuo rumor de las esquinas,
comandadas por pájaros sin nubes,
y con la distorsión de los palacios,
como reinas sin paz y sin miseria,
sometidas al fuego de la sombra.

Cuanto más se empinaban los árboles sin luz,
más colores se hallaban en nuestra inmensidad.

La rueda de la luna recorría mi espalda,
como un halo de líquidos cristalinos y sordos,
sumidos en mis párpados,
abismales, igual que el agua y las raíces.

En mi rostro, un perfume sincero y frescachón,
la ventana del mar soñaba con umbrales,
y las rojas farolas latían en la noche,
corazón hacia el sur, lejos de varaderos,
lejos de la milicia insigne del oxígeno,
y las barras de sol, celda por celda,
se volvían tan sólidas
que el cristal se sumía en sus
extremidades,
como un cuerpo escondido.

Y retorcidamente,
amaneció de nuevo,
sin almas, por promiscuas y longevas.

Por buscar un pedazo de ese cielo,
por calcular la fórmula del trance,
por remediar mi farsa con mi profundidad,
los confines se alzan sólo entre estrellas muertas…
Errantes.

----------

Hay lenguas que son lágrimas,
mares que son luciérnagas,
rayos que han dibujado el amor de los hombres,
con la sola mirada del reflejo.

Hay plantas que decoran, que palpitan la sed,
mientras sus ramas vibran,
a través de la imagen.
Hay ruinas que emergen al calor de las piedras.
Abrazos que no llegan, como una carta herida
por la lava de los remordimientos.
Hay minutos de luto, tiempos de la memoria
que no hablan sin intérpretes.
Hay realidades mutuas,
huérfanas, que se mueven en diáspora.
Migran mis sentimientos hacia la isla de sal que nace en las palabras,
buscando una aventura para resucitar paralelismos,
o un mundo desigual,
pero simétrico,
rayado con papel,
pero sin cortes.

Un mundo desigual, pero unido por puntos.
Nunca pude mirarlo entero, ni partido.
Sé lo que hay detrás de la luna y el sol,
pero no lo que esconde este tabique,
mi mente,
tu ropa…

Y existir es la capa que aparece
cuando se caen todas las demás,
como si fuese…
Comenzar por el fin,
fantasear contigo,
con los ojos sellados de por vida,
sin imagen, recuerdos,
y sin jamás haberte conocido…
Vínculo con el cosmos y una piel sin color,
ciego como un discurso sin vivencias ni gloria,
me derramo en tus lágrimas,
como un compuesto orgánico,
Froto la luz, y estudio la materia del tacto más remoto.
Sin cuerpo en el espacio,
la gravedad se achica,
como la chimenea,
las señales de humo,
los insectos más sádicos viajan en mi pecho.
Llámese miedo, impulso, dolor de corazón,
o simplemente clímax sin lugar.
Me enamoro del alma que impide que realice
mis labores.
Poco más que otra historia dentro de mi mente.
No sé qué más le cabe a mi conciencia,
si acaso una reforma,
que no salpique incógnitas.
La mente es un instrumento en el universo observable y en lo inobservable. Me fascinan tus propuestas, RLC.