Ellos no serán mi traje

[Francesch Vicent]

Guarda un tiránico reloj
mi sentencia de muerte.
Espera a que el óxido invada
los engranajes de mi cuerpo
un día señalado
en algún almanaque del futuro.
No he agotado del vaso
toda la desdicha ni comenzado
a leer el libro de la felicidad;
pero súbdito soy
de un viento déspota,
que me arrastra
del día hacia la noche
sin descanso, y antes
de que el último grano
derrumbe la montaña de arena,
he de intentar otras cumbres
o adentrarme en otras simas
y llegar finalmente,
desnudo de palabra y obra,
a los pies de un nogal
o de un roble para ser yo
su alimento y no ellos mi traje.

[xaime oroza carballo]

Guarda un tiránico reloj
mi sentencia de muerte.
Espera a que el óxido invada
los engranajes de mi cuerpo
un día señalado
en algún almanaque del futuro.
No he agotado del vaso
toda la desdicha ni comenzado
a leer el libro de la felicidad.
Súbdito soy de un viento déspota,
que me arrastra del día
hacia la noche sin descanso.
Antes de que el último grano
derrumbe la montaña de arena,
he de intentar otras cumbres
o adentrarme en otras simas
y llegar finalmente,
desnudo de palabra y obra,
a los pies de un nogal
o de un roble para ser yo
su alimento y no ellos mi traje.

Aliento telúrico desprende tu canto, compañero, "desnudo de palabra y obra".
Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Guarda un tiránico reloj
mi sentencia de muerte.
Espera a que el óxido invada
los engranajes de mi cuerpo
un día señalado
en algún almanaque del futuro.
No he agotado del vaso
toda la desdicha ni comenzado
a leer el libro de la felicidad;
pero súbdito soy
de un viento déspota,
que me arrastra
del día hacia la noche
sin descanso, y antes
de que el último grano
derrumbe la montaña de arena,
he de intentar otras cumbres
o adentrarme en otras simas
y llegar finalmente,
desnudo de palabra y obra,
a los pies de un nogal
o de un roble para ser yo
su alimento y no ellos mi traje.

Brillante una y mil veces.

En pie para los aplausos, Francesch.

Salud y felicidad.

[Pilar Morte]

Buen final para un logrado poema. Me gustó mucho.
Abrazos

[Alonso Vicent]

Guarda un tiránico reloj
mi sentencia de muerte.
Espera a que el óxido invada
los engranajes de mi cuerpo
un día señalado
en algún almanaque del futuro.
No he agotado del vaso
toda la desdicha ni comenzado
a leer el libro de la felicidad;
pero súbdito soy
de un viento déspota,
que me arrastra
del día hacia la noche
sin descanso, y antes
de que el último grano
derrumbe la montaña de arena,
he de intentar otras cumbres
o adentrarme en otras simas
y llegar finalmente,
desnudo de palabra y obra,
a los pies de un nogal
o de un roble para ser yo
su alimento y no ellos mi traje.

Desde luego que no han de ser parte de nuestro último traje. Son la luz y la sombra, el manto y la mantilla, un reloj que detiene nuestra postrera condena y nos enseñan a ser árbol y a leer en las cortezas.
Me encantó el poema, compañero, por forma y contenido... y porque sí.
Un saludo desde este lugar, aldea, pedanía.

[Javier Bustamante]

contundente y hermoso poema que nos ofreces, estimado poeta

Saludos

Javier

[E. R. Aristy]

Guarda un tiránico reloj
mi sentencia de muerte.
Espera a que el óxido invada
los engranajes de mi cuerpo
un día señalado
en algún almanaque del futuro.
No he agotado del vaso
toda la desdicha ni comenzado
a leer el libro de la felicidad;
pero súbdito soy
de un viento déspota,
que me arrastra
del día hacia la noche
sin descanso, y antes
de que el último grano
derrumbe la montaña de arena,
he de intentar otras cumbres
o adentrarme en otras simas
y llegar finalmente,
desnudo de palabra y obra,
a los pies de un nogal
o de un roble para ser yo
su alimento y no ellos mi traje.

Un poema excelso! te felicito, Francesh. Abrazos, ERA

[Óscar Distéfano]

Un poema que me ha sido grato leer. Su claridad me ha permitido mirar hacia su fondo infinito, allá donde la vida entrega con cierto orgullo su permanencia. No hay derrota en la resignación, aunque no se trate más que de una expresión de deseo para estos tiempos.
Destaco también el buen uso del lenguaje, de los recursos retóricos, de la metáfora...

Un saludo de amistad.
Óscar

[J. J. Martínez Ferreiro]

Tu poesía es grande Francesch , madura, sabia y grande como la vida que reverdece siempre a cada vuelta de verso. Hablas de muerte sí, pero de una muerte como dice Vallejo:
“Ellos murieron siempre de vida”

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Abrazos y salud.

[Francesch Vicent]

Guarda un tiránico reloj
mi sentencia de muerte.
Espera a que el óxido invada
los engranajes de mi cuerpo
un día señalado
en algún almanaque del futuro.
No he agotado del vaso
toda la desdicha ni comenzado
a leer el libro de la felicidad.
Súbdito soy de un viento déspota,
que me arrastra del día
hacia la noche sin descanso.
Antes de que el último grano
derrumbe la montaña de arena,
he de intentar otras cumbres
o adentrarme en otras simas
y llegar finalmente,
desnudo de palabra y obra,
a los pies de un nogal
o de un roble para ser yo
su alimento y no ellos mi traje.

Aliento telúrico desprende tu canto, compañero, "desnudo de palabra y obra".
Un abrazo.

Muy agradecido por tu amable y poético comentario. Un saludo.

[Francesch Vicent]

Guarda un tiránico reloj
mi sentencia de muerte.
Espera a que el óxido invada
los engranajes de mi cuerpo
un día señalado
en algún almanaque del futuro.
No he agotado del vaso
toda la desdicha ni comenzado
a leer el libro de la felicidad;
pero súbdito soy
de un viento déspota,
que me arrastra
del día hacia la noche
sin descanso, y antes
de que el último grano
derrumbe la montaña de arena,
he de intentar otras cumbres
o adentrarme en otras simas
y llegar finalmente,
desnudo de palabra y obra,
a los pies de un nogal
o de un roble para ser yo
su alimento y no ellos mi traje.

Brillante una y mil veces.

En pie para los aplausos, Francesch.

Salud y felicidad.

Me siento abrumado por comentario tan amable y entusiasta y aunque tengo claro que ya no depende de mí, me conformo con una nota de "suficiente". Un saludo.

[Francesch Vicent]

Buen final para un logrado poema. Me gustó mucho.
Abrazos

Y a mí me encantó que te gustara, amable compañera, y me siento muy agradecido por ello. Un saludo.

[Francesch Vicent]

Guarda un tiránico reloj
mi sentencia de muerte.
Espera a que el óxido invada
los engranajes de mi cuerpo
un día señalado
en algún almanaque del futuro.
No he agotado del vaso
toda la desdicha ni comenzado
a leer el libro de la felicidad;
pero súbdito soy
de un viento déspota,
que me arrastra
del día hacia la noche
sin descanso, y antes
de que el último grano
derrumbe la montaña de arena,
he de intentar otras cumbres
o adentrarme en otras simas
y llegar finalmente,
desnudo de palabra y obra,
a los pies de un nogal
o de un roble para ser yo
su alimento y no ellos mi traje.

Desde luego que no han de ser parte de nuestro último traje. Son la luz y la sombra, el manto y la mantilla, un reloj que detiene nuestra postrera condena y nos enseñan a ser árbol y a leer en las cortezas.
Me encantó el poema, compañero, por forma y contenido... y porque sí.
Un saludo desde este lugar, aldea, pedanía.

Compañero poeta, muchas gracias por tan bello comentario que rezuma poesía y amor por la naturaleza. Un saludo.

[Rafel Calle]

Tan bello como interesante trabajo, amigo Francesch.
Felicidades.
Abrazos.

[Luis M]

Ciertamente la vida pudiera ser una escalada hacia cumbres invisibles buscando ese árbol que justifique el esfuerzo. Un más que buen poema estupendamente rematado. Mis felicitaciones, Francesch. Un saludo.