u olvidé algo.
Por eso siempre Moebius,
por eso siempre Fionello.
Rasguño la hojarasca mojada
-quiero palabras-
¡Dame palabras!
Porque así, sólo estoy sucia de bosque,
hambrienta,
volviendo a cuatro patas,
sin tormentas,
sin plegarias.
-Licántropa-
Muda.
Aullándole a la geometría impávida de tu voz.
De vos.
Aúllo.
Pasa que es de noche otra vez
y no hay ciudad que me abrace
detrás de la anilina de tu ausencia.