Editorial Alaire

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 02 Sep 2021 13:22 El sueño inacabado de una ciudad que duerme entre sus ruinas,
el horizonte que se yergue como un tallo sobre demudados huesos,
la inconsolable tristeza de la lluvia,
el sombrío amanecer en las silentes dársenas del olvido,
las veleidades del destino y su interminable carrusel de fantasmagoría,
las máscaras y su absurdo duelo de vanidades,
el frío de la noche en la humedad de las sábanas,
el mirto alrededor del que crece un jardín de inconclusas páginas,
los dioses creados y abatidos por la inmisericorde mano del hombre,
el crepuscular blues del búho ciego en la noche de calor enlatado,
las gaviotas como señales de tránsito a la luz de los faros,
el viento del otoño que da vuelo a los últimos albatros,
el rumor de la tormenta como errante eco del fuego,
el mar y su átono reflejo de constelaciones ciegas,
el tiempo como invertebrada desmemoria sin edad,
la muerte y su paisaje de cristales rotos y amarga sangre,
el hijo no nacido a quien la madre concede su sitio entre sus otros hijos,
el espejo donde se perdió la vida de antes.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 02 Sep 2021 13:22 El sueño inacabado de una ciudad que duerme entre sus ruinas,
el horizonte que se yergue como un tallo sobre demudados huesos,
la inconsolable tristeza de la lluvia,
el sombrío amanecer en las silentes dársenas del olvido,
las veleidades del destino y su interminable carrusel de fantasmagoría,
las máscaras y su absurdo duelo de vanidades,
el frío de la noche en la humedad de las sábanas,
el mirto alrededor del que crece un jardín de inconclusas páginas,
los dioses creados y abatidos por la inmisericorde mano del hombre,
el crepuscular blues del búho ciego en la noche de calor enlatado,
las gaviotas como señales de tránsito a la luz de los faros,
el viento del otoño que da vuelo a los últimos albatros,
el rumor de la tormenta como errante eco del fuego,
el mar y su átono reflejo de constelaciones ciegas,
el tiempo como invertebrada desmemoria sin edad,
la muerte y su paisaje de cristales rotos y amarga sangre,
el hijo no nacido a quien la madre concede su sitio entre sus otros hijos,
el espejo donde se perdió la vida de antes.

E. R. Aristy escribió: ↑Jue, 02 Sep 2021 14:04

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 02 Sep 2021 13:22 El sueño inacabado de una ciudad que duerme entre sus ruinas,
el horizonte que se yergue como un tallo sobre demudados huesos,
la inconsolable tristeza de la lluvia,
el sombrío amanecer en las silentes dársenas del olvido,
las veleidades del destino y su interminable carrusel de fantasmagoría,
las máscaras y su absurdo duelo de vanidades,
el frío de la noche en la humedad de las sábanas,
el mirto alrededor del que crece un jardín de inconclusas páginas,
los dioses creados y abatidos por la inmisericorde mano del hombre,
el crepuscular blues del búho ciego en la noche de calor enlatado,
las gaviotas como señales de tránsito a la luz de los faros,
el viento del otoño que da vuelo a los últimos albatros,
el rumor de la tormenta como errante eco del fuego,
el mar y su átono reflejo de constelaciones ciegas,
el tiempo como invertebrada desmemoria sin edad,
la muerte y su paisaje de cristales rotos y amarga sangre,
el hijo no nacido a quien la madre concede su sitio entre sus otros hijos,
el espejo donde se perdió la vida de antes.

Me ha gustado mucho tu poema, Ramón Castro Méndez. No es una lista para mi, es el índice de un libro, escríbelo. Cada línea contiene tus ojos, los agujeros blancos y los agujeros negros o ese llamado pozo donde cae el poeta tras La Poesía. Mi admiración y respetos. E. R. Aristy

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 02 Sep 2021 13:22 El sueño inacabado de una ciudad que duerme entre sus ruinas,
el horizonte que se yergue como un tallo sobre demudados huesos,
la inconsolable tristeza de la lluvia,
el sombrío amanecer en las silentes dársenas del olvido,
las veleidades del destino y su interminable carrusel de fantasmagoría,
las máscaras y su absurdo duelo de vanidades,
el frío de la noche en la humedad de las sábanas,
el mirto alrededor del que crece un jardín de inconclusas páginas,
los dioses creados y abatidos por la inmisericorde mano del hombre,
el crepuscular blues del búho ciego en la noche de calor enlatado,
las gaviotas como señales de tránsito a la luz de los faros,
el viento del otoño que da vuelo a los últimos albatros,
el rumor de la tormenta como errante eco del fuego,
el mar y su átono reflejo de constelaciones ciegas,
el tiempo como invertebrada desmemoria sin edad,
la muerte y su paisaje de cristales rotos y amarga sangre,
el hijo no nacido a quien la madre concede su sitio entre sus otros hijos,
el espejo donde se perdió la vida de antes.

F. Enrique escribió: ↑Jue, 02 Sep 2021 14:08 Alabo tu imaginación desbordante, Ramón, y tu capacidad para mantener el tono a lo largo de un poema que requiere hacerle un canto a la tensión y a la fuerza.

Un abrazo.

Pilar Morte escribió: ↑Jue, 02 Sep 2021 16:04 Cada verso es un poema de gran belleza. Una delicia leerte. Felicidades.
Abrazos

Mirta Elena Tessio escribió: ↑Vie, 03 Sep 2021 18:34

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 02 Sep 2021 13:22 El sueño inacabado de una ciudad que duerme entre sus ruinas,
el horizonte que se yergue como un tallo sobre demudados huesos,
la inconsolable tristeza de la lluvia,
el sombrío amanecer en las silentes dársenas del olvido,
las veleidades del destino y su interminable carrusel de fantasmagoría,
las máscaras y su absurdo duelo de vanidades,
el frío de la noche en la humedad de las sábanas,
el mirto alrededor del que crece un jardín de inconclusas páginas,
los dioses creados y abatidos por la inmisericorde mano del hombre,
el crepuscular blues del búho ciego en la noche de calor enlatado,
las gaviotas como señales de tránsito a la luz de los faros,
el viento del otoño que da vuelo a los últimos albatros,
el rumor de la tormenta como errante eco del fuego,
el mar y su átono reflejo de constelaciones ciegas,
el tiempo como invertebrada desmemoria sin edad,
la muerte y su paisaje de cristales rotos y amarga sangre,
el hijo no nacido a quien la madre concede su sitio entre sus otros hijos,
el espejo donde se perdió la vida de antes.

Bellisimo, no tengo palabras. Tú lo haces en este poema.

las gaviotas como señales de tránsito a la luz de los faros,
el viento del otoño que da vuelo a los últimos albatros,

Amo la poesía pero si le icluyes las aves de mar, me muero.
Gracias por compartir este hermoso trabajo. Felicidades.-

J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Vie, 03 Sep 2021 18:49 Sí, cosas de alta poesía, imágenes preciosas y transformadoras por su gran poder de evocación.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Abrazos y salud