Editorial Alaire

Ven y mira.
Apocalipsis 6:1

Pilar Morte escribió: ↑Jue, 02 Sep 2021 16:12 Dices mucho y con hondura en esta prosa poética, mucho para reflexionar. Me gustó leerte.
Abrazos

Rafel Calle escribió: ↑Dom, 05 Sep 2021 9:57 Un poema en prosa versicular, hermoso, interesante y con no pocos aciertos literarios, amiga Era.
Felicidades.
Abrazos.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Sab, 11 Sep 2021 19:09 Me gusta esta prosa poética. Me parece un poema violento en la expresión, sin tener porque ser peyorativo lo de violento, una continua andanada que se debate entre el caos, nefandos augurios, pero que habla a la vez de cierto renacimiento. Sin duda, resulta desgarrador (pero así como la tristeza es hermosa poéticamente hablando, también lo es el desgarro, el alma se encierra en sí misma o se quiebra). Hay partes, por poner solo unos ejemplos, que me resultan puro fulgor:

"¿de qué realmente se hace azogue en tu iris?
He visto tantas veces tus dilatadas pupilas esconderte en la misma condición que me revela."

"Ve a la montaña, si fuera posible, trae tu canto. Desde su balcón, las estrellas te señalan la cruda luz que pinta el rostro imposible
del exilio".

"Nada querían de ti, nada esperaban, eras la capicúa de la historia, el número inconcebible de Dios."

Quizás ha llegado el momento que los corderos se conviertan en leones. Dixit.

Un afectuoso abrazo, estimada ERA.

J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Sab, 11 Sep 2021 19:56 "¿de qué realmente se hace azogue en tu iris?
He visto tantas veces tus dilatadas pupilas esconderte en la misma condición que me revela.
¿Por qué persiste grabar la luz, con inexactitud, la muerte?

Ve a la montaña, si fuera posible, trae tu canto. Desde su balcón, las estrellas te señalan la cruda luz que pinta el rostro imposible del exilio.
No descanses en paz, tu corazón exiguo, indigente navío en las olas eternas, lucha la titánica guerra de los cielos, choca contra el inexorable iceberg del ruido blanco. El mundo hecho de horas es una combustión predecible. El mar, como la noche de raíces profundas, vomita el agrio olor de tu nadir fecundo"

Un poema precioso, amiga Roxane. Con un lenguaje poético impactante e imágenes muy creativas que dejan impresionada la retina del lector.

Todo un placer de lectura, amiga Roxane.

Bicos e saúde.

Julio Gonzalez Alonso escribió: ↑Jue, 21 Oct 2021 16:09 Pensaré a partir de aquí en ese 2024 y deseo que no sea peor que 2020 y otros más desgraciados. No sé. Un abrazo, ERA.
Salud.

Rafel Calle escribió: ↑Dom, 24 Oct 2021 9:48 Domingo de grandes aciertos rítmico-literarios: 2024, de E. R. Aristy.

E. R. Aristy escribió: ↑Mié, 01 Sep 2021 13:12 2024

Ven y mira.
Apocalipsis 6:1

Noveno mes. En las corrientes veloces pasaron tres tiempos y medio hasta llegar al perfil de este rojo invierno. En la mochila una botella de agua, una liviandad de entendimiento. Todo lo demás era la guerra. Un acondicionamiento voraz flamea. Al sonido amplificado de un chasquido, la valla quiebra en mil astillas, ahí va el caballo verde.
Pero,
¿de qué realmente se hace azogue en tu iris?
He visto tantas veces tus dilatadas pupilas esconderte en la misma condición que me revela.
¿Por qué persiste grabar la luz, con inexactitud, la muerte?

Ve a la montaña, si fuera posible, trae tu canto. Desde su balcón, las estrellas te señalan la cruda luz que pinta el rostro imposible del exilio.
No descanses en paz, tu corazón exiguo, indigente navío en las olas eternas, lucha la titánica guerra de los cielos, choca contra el inexorable iceberg del ruido blanco. El mundo hecho de horas es una combustión predecible. El mar, como la noche de raíces profundas, vomita el agrio olor de tu nadir fecundo.

De cuerpo presente y pálido semblante, tu corazón, Titán, se ha salido de cauce, abrasado de lumbres corre en la herrumbre. Nada querían de ti, nada esperaban, eras la capicúa de la historia, el número inconcebible de Dios.



E. R. Aristy

Heermosos versículos, contundentes que se expresan con total claridad. Mis felicitaciones, querida compañera.

Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José MAnuel F. Febles