Editorial Alaire

Dormir. Soñar. Soñar que vives.
O soñar que se sueña en vida (¿por desgracia?)
sin fin, lo que no significa
que el sueño sea y la vida no. Qué espanto,
hablo y no digo, por desgracia, nada.
Y sin embargo, tiene cáncer mi amor,
algo de nucleótidos mórbidos,
células y mayúscula verbal. Su hermoso
azabache ha devenido piel lisa
y cenicienta. Si me coge del brazo, se levanta.
Ya no corre. La vista se despegó del cielo,
elevado. Todo se hizo ya. Eurídice
es blanca, y duelo mi amor, duele.
¿Con cuánto dolor vive lo que vive? Más,
mucho más. Luego, ese océano, ahí,
ni sabido ni querido, certero en su obediencia
última, nihilista, entera. Ni frío es.
¿Y qué hago ahora con la tarde, iluminada
como nunca, y esa, su ola de eternidad vacía?
Los días, los nuestros, quedaron atrás.
El recuerdo es tan solo algo con lo que masturbarse
cuando el dolor aprieta: se diluye en la sombra.
Duerme, mi amor, duerme, no pasa nada.

.

Julio Bonal escribió: ↑Sab, 28 Ago 2021 16:07 Dormir. Soñar. Soñar que vives.
O soñar que se sueña en vida (¿por desgracia?)
sin fin, lo que no significa
que el sueño sea y la vida no. Qué espanto,
hablo y no digo, por desgracia, nada.
Y sin embargo, tiene cáncer mi amor,
algo de nucleótidos mórbidos,
células y mayúscula verbal. Su hermoso
azabache ha devenido piel lisa
y cenicienta. Si me coge del brazo, se levanta.
Ya no corre. La vista se despegó del cielo,
elevado. Todo se hizo ya. Eurídice
es blanca, y duelo mi amor, duele.
¿Con cuánto dolor vive lo que vive? Más,
mucho más. Luego, ese océano, ahí,
ni sabido ni querido, certero en su obediencia
última, nihilista, entera Ni frío es.
¿Y qué hago ahora con la tarde, iluminada
como nunca, y esa, su ola de eternidad vacía?
Los días, los nuestros, quedaron atrás.
El recuerdo es tan solo algo con lo que masturbarse
cuando el dolor aprieta: se diluye en la sombra.
Duerme, mi amor, duerme, no pasa nada.

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Ha sido fácil empezar a cifrar en impulsos emocionales esta maravilla.
Las manos preparan el aplauso y los ojos se detienen en la solidez, en la vertiente, en el núcleo.
Muchos poemas en un gran sueño, en el despertar inquietante, en la sombra aislada de muchas realidades.
Todo cae en su justo lugar, todo descansa, todo filtra en brazos del amor.

Vaya regalo has dejado aquí para los lectores de Alaire.

Una abraçada enorme, estimat amic.

"¿Y qué hago ahora con la tarde, iluminada
como nunca, y esa, su ola de eternidad vacía?
Los días, los nuestros, quedaron atrás.
El recuerdo es tan solo algo con lo que masturbarse
cuando el dolor aprieta: se diluye en la sombra.
Duerme, mi amor, duerme,, no pasa nada"

Magnífica esta sumisión poética al paso del tiempo y a sus tigres azules, que non dejan rastro de sus presas, ni un mínima gota de sangre de sus festines.

Todo un placer de lectura, amigo Julio.

Abrazos y salud.

Precioso, me ha gustado mucho. Un poema hondo que despliega sentimiento y mirada ante uno mismo y la vida.
Felicidades.

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Dormir

Soñar. Soñar que vives.
O soñar que se sueña en vida (¿por desgracia?)
sin fin, lo que no significa
que el sueño sea y la vida no. Qué espanto,
hablo y no digo, por desgracia, nada.
Y sin embargo, tiene cáncer mi amor,
algo de nucleótidos mórbidos,
células y mayúscula verbal. Su hermoso
azabache ha devenido piel lisa
y cenicienta. Si me coge del brazo, se levanta.
Ya no corre. La vista se despegó del cielo,
elevado. Todo se hizo ya. Eurídice
es blanca, y duelo mi amor, duele.
¿Con cuánto dolor vive lo que vive? Más,
mucho más. Luego, ese océano, ahí,
ni sabido ni querido, certero en su obediencia
última, nihilista, entera. Ni frío es.
¿Y qué hago ahora con la tarde, iluminada
como nunca, y esa, su ola de eternidad vacía?
Los días, los nuestros, quedaron atrás.
El recuerdo es tan solo algo con lo que masturbarse
cuando el dolor aprieta: se diluye en la sombra.
Duerme, mi amor, duerme, no pasa nada.

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Me ha emocionado tu poema, Julio, amigo. Yo estos Licenciado en Filosofía y Letras y estos versos del comienzo me han hecho recordar diversos motivos que me han llevado a ejercer esta asignatura. Todo él se desarrolla en íntimo sentimiento, fácil de entender, pero dif´icl dce escrinir. Te felicito, sinceramenre.

Desde la soledad de mi isla, un fuerta abrazo. Salud

José MAnuel F. Febles

Hermoso, interesante y muy bien desarrollado trabajo, amigo Julio.
Felicidades.
Abrazos.

Julio Bonal escribió: ↑Sab, 28 Ago 2021 16:07 Dormir. Soñar. Soñar que vives.
O soñar que se sueña en vida (¿por desgracia?)
sin fin, lo que no significa
que el sueño sea y la vida no. Qué espanto,
hablo y no digo, por desgracia, nada.
Y sin embargo, tiene cáncer mi amor,
algo de nucleótidos mórbidos,
células y mayúscula verbal. Su hermoso
azabache ha devenido piel lisa
y cenicienta. Si me coge del brazo, se levanta.
Ya no corre. La vista se despegó del cielo,
elevado. Todo se hizo ya. Eurídice
es blanca, y duelo mi amor, duele.
¿Con cuánto dolor vive lo que vive? Más,
mucho más. Luego, ese océano, ahí,
ni sabido ni querido, certero en su obediencia
última, nihilista, entera. Ni frío es.
¿Y qué hago ahora con la tarde, iluminada
como nunca, y esa, su ola de eternidad vacía?
Los días, los nuestros, quedaron atrás.
El recuerdo es tan solo algo con lo que masturbarse
cuando el dolor aprieta: se diluye en la sombra.
Duerme, mi amor, duerme, no pasa nada.

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Hermoso poema que he disfrutado leer.
me gusto todo, de principio a fin, pero estos que destaco:

¿Y qué hago ahora con la tarde, iluminada
como nunca, y esa, su ola de eternidad vacía?

Una delicia.

Feliz fin de semana.-Abrazos.-

Julio Bonal escribió: ↑Sab, 28 Ago 2021 16:07 Dormir. Soñar. Soñar que vives.
O soñar que se sueña en vida (¿por desgracia?)
sin fin, lo que no significa
que el sueño sea y la vida no. Qué espanto,
hablo y no digo, por desgracia, nada.
Y sin embargo, tiene cáncer mi amor,
algo de nucleótidos mórbidos,
células y mayúscula verbal. Su hermoso
azabache ha devenido piel lisa
y cenicienta. Si me coge del brazo, se levanta.
Ya no corre. La vista se despegó del cielo,
elevado. Todo se hizo ya. Eurídice
es blanca, y duelo mi amor, duele.
¿Con cuánto dolor vive lo que vive? Más,
mucho más. Luego, ese océano, ahí,
ni sabido ni querido, certero en su obediencia
última, nihilista, entera. Ni frío es.
¿Y qué hago ahora con la tarde, iluminada
como nunca, y esa, su ola de eternidad vacía?
Los días, los nuestros, quedaron atrás.
El recuerdo es tan solo algo con lo que masturbarse
cuando el dolor aprieta: se diluye en la sombra.
Duerme, mi amor, duerme, no pasa nada.

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"Duerme, mi amor, duerme, no pasa nada." El poema descansa sobre siete palabras en una construcción muy sabia. Eso es lo apropiado y justo cuando el planeta salta fuera de eje y rodamos a grandes giros. Me gusta tu poema porque el tiempo de soñar es como el rostro inaudito de esa tarde: "¿Y qué hago ahora con la tarde, iluminada
como nunca, y esa, su ola de eternidad vacía? " Todo pasa. Te felicito por articular estas cosas difíciles, Julio Bonal. Un abrazo, E. R. Aristy.

Sube para deleite de todos.

(Se despertaba al alba de mañana y ya era tarde.)


No voy a insultaros de nuevo con una nueva disculpa. Respondo.

Hallie, las palabras vienen, se van; las tuyas son pedradas en mi cabezota y ungüento para mi duelo. Je t'aime.
Ferreiro, un sabio me honra con su presencia, herrmosedades.
Pilar, femenino primigenio donde nos curamos todos.
Febles, soledades somos, inconmensurables; nunca nos completamos, pero insistimos en ello. Levinasiemos.
Rafel, odio del más seducido modo tu fuerza de vivir. Gracias por todo.
Mirta, que los demás se delicien con uno... Hay más?
Aristy, que podría añadir a lo tuyo? Tienes mucha más hondura moral y sensibilidad que yo. Sigue.
Hallie, demasiada generosidad conmigo.

Una abraçada a tots i totes (o hauria de dir 'totis'?)

Arriba con la última creación de Julio Bonal.