Insensible a la realidad
Publicado: Vie, 27 Ago 2021 14:17
Me escala el sentimiento de la incógnita,
como un fuego extinguido,
al acercarme al fondo de mi sombra,
al secreto del cisma que va de boca en boca,
como la religión, pero sin dudas.
Me paraliza el suero de la luna,
cuando se sobrecogen las espaldas,
y se bañan en sangre puntiaguda
todas mis cicatrices.
Me abstengo de imitar el canto de los pájaros,
que me arranca del tímpano los músculos del cuerpo,
me manejo a través de mis poemas,
entre mis dedos suena una demolición.
Me persigo gritando luces y escaparates,
me encuentro en el latido de los muertos,
me amedrenta espantar con la mirada
mis ilusiones rotas.
Me urge reivindicarme,
llevo siempre un ladrido en mi cerebro,
Me entusiasman las modas y las ganas que tengo de cambiarme
por un miedo que no puedas corresponder.
Me compensa el amor,
la misma eternidad que existe en ti,
me vacía los pómulos de vidrios,
recompone el espejo,
y contemplo un sinfín de manos que me truenan en la piel.
Me escapo del reflejo de mi mente
-Eso que no se ve a través de un cristal,
y que lo dice todo sobre mí.-,
y me estiro el ombligo,
hasta parir destellos,
me retuerzo la carne, del día hasta la noche,
me arrepiento del sueño que tenía.
Sale el sol de tu pelo...
Y me vuelvo, y oscilo...
Alrededor de...
Todo el alrededor.
como un fuego extinguido,
al acercarme al fondo de mi sombra,
al secreto del cisma que va de boca en boca,
como la religión, pero sin dudas.
Me paraliza el suero de la luna,
cuando se sobrecogen las espaldas,
y se bañan en sangre puntiaguda
todas mis cicatrices.
Me abstengo de imitar el canto de los pájaros,
que me arranca del tímpano los músculos del cuerpo,
me manejo a través de mis poemas,
entre mis dedos suena una demolición.
Me persigo gritando luces y escaparates,
me encuentro en el latido de los muertos,
me amedrenta espantar con la mirada
mis ilusiones rotas.
Me urge reivindicarme,
llevo siempre un ladrido en mi cerebro,
Me entusiasman las modas y las ganas que tengo de cambiarme
por un miedo que no puedas corresponder.
Me compensa el amor,
la misma eternidad que existe en ti,
me vacía los pómulos de vidrios,
recompone el espejo,
y contemplo un sinfín de manos que me truenan en la piel.
Me escapo del reflejo de mi mente
-Eso que no se ve a través de un cristal,
y que lo dice todo sobre mí.-,
y me estiro el ombligo,
hasta parir destellos,
me retuerzo la carne, del día hasta la noche,
me arrepiento del sueño que tenía.
Sale el sol de tu pelo...
Y me vuelvo, y oscilo...
Alrededor de...
Todo el alrededor.