Editorial Alaire

Ramón Carballal escribió: ↑Mié, 18 Ago 2021 7:32 Huele a humus agrio, fermentación de la hojarasca,
el ocre color del otoño pinta la arboleda, dorados
y verdes ambiguos, el orín de la estatua sin reflejo de luz.
La ciudad con sus cabellos de plata como dientes de corona,
espigas de granito, tejas que la lluvia bendice, las torres
de la catedral, agujas impenetrables, alfileres sin vigor
entre la niebla. Un canto de espuma, lejos del mar,
una oración de almas, soliloquio estéril de los ángeles,
coros breves igual que latidos en el ámbar de las calles.
Tus pasos de avecilla, saltimbanqui de la virtud, escondidas
las alas bajo el sayo de tu nombre, atraviesas la claridad
y el reverbero, como un enjambre de candiles, ilumina tu faz
dormida en los charcos. Qué fácil si la huella te alza y hay
una doblez-de cuerpo, de canción, de beso y frenesí-
en los hombros, en la ternura del viaje, en el fluir vacuo,
estela núbil que escribe, sobre el agua estancada, los versos
de tu vida. Octubre no es real, me moja la lluvia del ayer, soy
nostalgia entre los álamos de este parque que me lleva al sueño
de perseguir, sin pausa, el aire que ha vestido de otoño tu luz.

Ramón Carballal escribió: ↑Mié, 18 Ago 2021 7:32 Huele a humus agrio, fermentación de la hojarasca,
el ocre color del otoño pinta la arboleda, dorados
y verdes ambiguos, el orín de la estatua sin reflejo de luz.
La ciudad con sus cabellos de plata como dientes de corona,
espigas de granito, tejas que la lluvia bendice, las torres
de la catedral, agujas impenetrables, alfileres sin vigor
entre la niebla. Un canto de espuma, lejos del mar,
una oración de almas, soliloquio estéril de los ángeles,
coros breves igual que latidos en el ámbar de las calles.
Tus pasos de avecilla, saltimbanqui de la virtud, escondidas
las alas bajo el sayo de tu nombre, atraviesas la claridad
y el reverbero, como un enjambre de candiles, ilumina tu faz
dormida en los charcos. Qué fácil si la huella te alza y hay
una doblez-de cuerpo, de canción, de beso y frenesí-
en los hombros, en la ternura del viaje, en el fluir vacuo,
estela núbil que escribe, sobre el agua estancada, los versos
de tu vida. Octubre no es real, me moja la lluvia del ayer, soy
nostalgia entre los álamos de este parque que me lleva al sueño
de perseguir, sin pausa, el aire que ha vestido de otoño tu luz.

Ramón Carballal escribió: ↑Mié, 18 Ago 2021 7:32 Huele a humus agrio, fermentación de la hojarasca,
el ocre color del otoño pinta la arboleda, dorados
y verdes ambiguos, el orín de la estatua sin reflejo de luz.
La ciudad con sus cabellos de plata como dientes de corona,
espigas de granito, tejas que la lluvia bendice, las torres
de la catedral, agujas impenetrables, alfileres sin vigor
entre la niebla. Un canto de espuma, lejos del mar,
una oración de almas, soliloquio estéril de los ángeles,
coros breves igual que latidos en el ámbar de las calles.
Tus pasos de avecilla, saltimbanqui de la virtud, escondidas
las alas bajo el sayo de tu nombre, atraviesas la claridad
y el reverbero, como un enjambre de candiles, ilumina tu faz
dormida en los charcos. Qué fácil si la huella te alza y hay
una doblez-de cuerpo, de canción, de beso y frenesí-
en los hombros, en la ternura del viaje, en el fluir vacuo,
estela núbil que escribe, sobre el agua estancada, los versos
de tu vida. Octubre no es real, me moja la lluvia del ayer, soy
nostalgia entre los álamos de este parque que me lleva al sueño
de perseguir, sin pausa, el aire que ha vestido de otoño tu luz.

Óscar Distéfano escribió: ↑Mié, 18 Ago 2021 7:55

Ramón Carballal escribió: ↑Mié, 18 Ago 2021 7:32 Huele a humus agrio, fermentación de la hojarasca,
el ocre color del otoño pinta la arboleda, dorados
y verdes ambiguos, el orín de la estatua sin reflejo de luz.
La ciudad con sus cabellos de plata como dientes de corona,
espigas de granito, tejas que la lluvia bendice, las torres
de la catedral, agujas impenetrables, alfileres sin vigor
entre la niebla. Un canto de espuma, lejos del mar,
una oración de almas, soliloquio estéril de los ángeles,
coros breves igual que latidos en el ámbar de las calles.
Tus pasos de avecilla, saltimbanqui de la virtud, escondidas
las alas bajo el sayo de tu nombre, atraviesas la claridad
y el reverbero, como un enjambre de candiles, ilumina tu faz
dormida en los charcos. Qué fácil si la huella te alza y hay
una doblez-de cuerpo, de canción, de beso y frenesí-
en los hombros, en la ternura del viaje, en el fluir vacuo,
estela núbil que escribe, sobre el agua estancada, los versos
de tu vida. Octubre no es real, me moja la lluvia del ayer, soy
nostalgia entre los álamos de este parque que me lleva al sueño
de perseguir, sin pausa, el aire que ha vestido de otoño tu luz.

Qué bello poema de amor enmarcado en el tiempo, en la nostalgia. Muy viva la descripción, muy certera, muy creíble. Me cae muy bien en el espíritu. Te aplaudo, amigo.

Un abrazo.
Óscar

Pilar Morte escribió: ↑Mié, 18 Ago 2021 8:25 Me ha encantado el poema; se siente en cada verso la nostalgia expresada con suma belleza. Felicidades, es un poema muy bueno.
Abrazos

Ramón Carballal escribió: ↑Mié, 18 Ago 2021 7:32 Huele a humus agrio, fermentación de la hojarasca,
el ocre color del otoño pinta la arboleda, dorados
y verdes ambiguos, el orín de la estatua sin reflejo de luz.
La ciudad con sus cabellos de plata como dientes de corona,
espigas de granito, tejas que la lluvia bendice, las torres
de la catedral, agujas impenetrables, alfileres sin vigor
entre la niebla. Un canto de espuma, lejos del mar,
una oración de almas, soliloquio estéril de los ángeles,
coros breves igual que latidos en el ámbar de las calles.
Tus pasos de avecilla, saltimbanqui de la virtud, escondidas
las alas bajo el sayo de tu nombre, atraviesas la claridad
y el reverbero, como un enjambre de candiles, ilumina tu faz
dormida en los charcos. Qué fácil si la huella te alza y hay
una doblez-de cuerpo, de canción, de beso y frenesí-



Un poema enorme,digno de todo a`plauso donde las figuras propias de tu imaginería, realzan cada versso.

Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles














en los hombros, en la ternura del viaje, en el fluir vacuo,
estela núbil que escribe, sobre el agua estancada, los versos
de tu vida. Octubre no es real, me moja la lluvia del ayer, soy
nostalgia entre los álamos de este parque que me lleva al sueño
de perseguir, sin pausa, el aire que ha vestido de otoño tu luz.

E. R. Aristy escribió: ↑Sab, 21 Ago 2021 16:57

Ramón Carballal escribió: ↑Mié, 18 Ago 2021 7:32 Huele a humus agrio, fermentación de la hojarasca,
el ocre color del otoño pinta la arboleda, dorados
y verdes ambiguos, el orín de la estatua sin reflejo de luz.
La ciudad con sus cabellos de plata como dientes de corona,
espigas de granito, tejas que la lluvia bendice, las torres
de la catedral, agujas impenetrables, alfileres sin vigor
entre la niebla. Un canto de espuma, lejos del mar,
una oración de almas, soliloquio estéril de los ángeles,
coros breves igual que latidos en el ámbar de las calles.
Tus pasos de avecilla, saltimbanqui de la virtud, escondidas
las alas bajo el sayo de tu nombre, atraviesas la claridad
y el reverbero, como un enjambre de candiles, ilumina tu faz
dormida en los charcos. Qué fácil si la huella te alza y hay
una doblez-de cuerpo, de canción, de beso y frenesí-
en los hombros, en la ternura del viaje, en el fluir vacuo,
estela núbil que escribe, sobre el agua estancada, los versos
de tu vida. Octubre no es real, me moja la lluvia del ayer, soy
nostalgia entre los álamos de este parque que me lleva al sueño
de perseguir, sin pausa, el aire que ha vestido de otoño tu luz.

Hermoso poema, Ramón, parece hablarnos de un estado emocional cambiando toda percepción sólida a una especie de herida que sangra humo y desnuda a todos los árboles. Un abrazo grande, E. R. Aristy

Rafel Calle escribió: ↑Lun, 23 Ago 2021 18:18 Hermoso y evocador trabajo, amigo Ramón, trufado de la imaginería que te caracteriza.
Felicidades.
Abrazos.

xaime oroza carballo escribió: ↑Mar, 24 Ago 2021 0:45

Ramón Carballal escribió: ↑Mié, 18 Ago 2021 7:32 Huele a humus agrio, fermentación de la hojarasca,
el ocre color del otoño pinta la arboleda, dorados
y verdes ambiguos, el orín de la estatua sin reflejo de luz.
La ciudad con sus cabellos de plata como dientes de corona,
espigas de granito, tejas que la lluvia bendice, las torres
de la catedral, agujas impenetrables, alfileres sin vigor
entre la niebla. Un canto de espuma, lejos del mar,
una oración de almas, soliloquio estéril de los ángeles,
coros breves igual que latidos en el ámbar de las calles.
Tus pasos de avecilla, saltimbanqui de la virtud, escondidas
las alas bajo el sayo de tu nombre, atraviesas la claridad
y el reverbero, como un enjambre de candiles, ilumina tu faz
dormida en los charcos. Qué fácil si la huella te alza y hay
una doblez-de cuerpo, de canción, de beso y frenesí-
en los hombros, en la ternura del viaje, en el fluir vacuo,
estela núbil que escribe, sobre el agua estancada, los versos
de tu vida. Octubre no es real, me moja la lluvia del ayer, soy
nostalgia entre los álamos de este parque que me lleva al sueño
de perseguir, sin pausa, el aire que ha vestido de otoño tu luz.

Fonda fermosura, Ramón.
Xa se deixa sentir o recendo do outono no ar, meu.
Engaiolante.

Aperta grande coa miña gratitude polos teus versos cortados ao teu chou.

J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Jue, 26 Ago 2021 10:30 Precioso, Ramón, muestras en estos versos tu mano maestra en la pintura poética, de una plasticidad descriptiva minuciosamente evocadora.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Abrazos y salud.