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El eterno calor de una caricia

Publicado: Sab, 24 Jul 2021 0:19
por Alejandro Costa
Del temor de las cosas hoy se nace
cuando un vientre descansa anaranjado;
la lluvia se amotina y luego pace
en un tuburbio viejo y maltratado.

No desploma los vientos cuando le hace
anochecer sin ver un día alado,
ni una brisa con hielo cuando yace
en la espuma de un mar asesinado.

Al final mece el cielo su alma y cuna
y con manos amigas me acaricia
en espera de que esa luz que inquiero

quede expuesta al color blanco de luna
al eterno calor de una caricia
y un verso con final en un te quiero.

Re: El eterno calor de una caricia

Publicado: Dom, 25 Jul 2021 0:19
por E. R. Aristy
Alejandro Costa escribió: Sab, 24 Jul 2021 0:19 Del temor de las cosas hoy se nace
cuando un vientre descansa anaranjado;
la lluvia se amotina y luego pace
en un tuburbio viejo y maltratado.

No desploma los vientos cuando le hace
anochecer sin ver un día alado,
ni una brisa con hielo cuando yace
en la espuma de un mar asesinado.

Al final mece el cielo su alma y cuna
y con manos amigas me acaricia
en espera de que esa luz que inquiero

quede expuesta al color blanco de luna
al eterno calor de una caricia
y un verso con final en un te quiero.
Me gusta este bello soneto, Alejandro. Encuentro imagenes esplendorosas que dan calor a La Poesía. Abrazos, ERA

Re: El eterno calor de una caricia

Publicado: Lun, 26 Jul 2021 18:45
por Ulises C.J.
Bonitos tus versos amigos. Con la dulzura de la esperanza.
Abrazos.

Re: El eterno calor de una caricia

Publicado: Jue, 29 Jul 2021 19:28
por Rafel Calle
Hermoso trabajo, amigo Alejandro.
Abrazos.

Re: El eterno calor de una caricia

Publicado: Vie, 30 Jul 2021 12:22
por José Manuel F. Febles
="Alejandro Costa" post_id=549894 time=1627082364 user_id=3563]


Del temor de las cosas hoy se nace
cuando un vientre descansa anaranjado;
la lluvia se amotina y luego pace
en un tuburbio viejo y maltratado.

No desploma los vientos cuando le hace
anochecer sin ver un día alado,
ni una brisa con hielo cuando yace
en la espuma de un mar asesinado.

Al final mece el cielo su alma y cuna
y con manos amigas me acaricia
en espera de que esa luz que inquiero

quede expuesta al color blanco de luna
al eterno calor de una caricia
y un verso con final en un te quiero.


Desde el primer verso entré en tu hermoso trabajo, mis sinceras felicitaciones.

Un cordial abrazo, desde la soledad de mi isla.

José Manuel F. Febles