Mi esperanza
Publicado: Lun, 19 Jul 2021 0:13
Las palabras pueden morir
al ser exhaladas
como en el reflejo
en el que expiran
y mueren ahuyentadas,
en un silencio
en el que se quiebran
en la esperanza por ser recibidas
ante un silencio
que las ensordecen
y las callan,
no muero
por sentir ese silencio
que no me enmudece
ni me socava
ni siquiera
temo que sea la muerte
el fin
de mi esperanza
porque no creo en la muerte
ni en nada
en semejanza
más siento
que me siento vivo
porque siento
mi alma
que no perece
en esta agonía
aunque no la sienta
en estas palabras,
ni que me enseñen
que mi locura no tiene sentido
porque siento que cautiva
mi esperanza
sé que moriré
con mi locura
porque ella
me salva
no tengo nada más
que entregar
mi vida, mi fe
y hasta mi alma
que la siento
como me la ha enseñado Dios
como cuando la siento
al escribir con mis manos
estas palabras,
no tengo ofensa que ocultar
ni palabra que me pueda herir
ni verdad que me pueda callar
sé, que ante mis ojos
existe la luz de Dios
en mi cuerpo
y en mi alma,
justo hasta que me alcance la muerte
y pueda yacer
lo que de mí reste
y pueda desmembrar
mi alma,
y alcance la verdadera luz
que como en un sueño
nunca abandonará
mi esperanza.
al ser exhaladas
como en el reflejo
en el que expiran
y mueren ahuyentadas,
en un silencio
en el que se quiebran
en la esperanza por ser recibidas
ante un silencio
que las ensordecen
y las callan,
no muero
por sentir ese silencio
que no me enmudece
ni me socava
ni siquiera
temo que sea la muerte
el fin
de mi esperanza
porque no creo en la muerte
ni en nada
en semejanza
más siento
que me siento vivo
porque siento
mi alma
que no perece
en esta agonía
aunque no la sienta
en estas palabras,
ni que me enseñen
que mi locura no tiene sentido
porque siento que cautiva
mi esperanza
sé que moriré
con mi locura
porque ella
me salva
no tengo nada más
que entregar
mi vida, mi fe
y hasta mi alma
que la siento
como me la ha enseñado Dios
como cuando la siento
al escribir con mis manos
estas palabras,
no tengo ofensa que ocultar
ni palabra que me pueda herir
ni verdad que me pueda callar
sé, que ante mis ojos
existe la luz de Dios
en mi cuerpo
y en mi alma,
justo hasta que me alcance la muerte
y pueda yacer
lo que de mí reste
y pueda desmembrar
mi alma,
y alcance la verdadera luz
que como en un sueño
nunca abandonará
mi esperanza.