Un desliz eterno
Publicado: Sab, 10 Jul 2021 1:42
Yo diría que el mundo se muere.
Tengo la sensación de un día roto.
La sensación de invocar la enemistad de una mañana
que no encuentra su sitio entre la inmensidad.
Entre sensación y sensación,
entre recovecos de mi existencia,
me invade el tumor ciego de una vida desamparada.
Más intento poner orden al deshielo que me causa,
a pesar de que sigo ardiendo en la hoguera de los miedos,
y en el desliz, que se antoja eterno,
de una desordenada situación
y un lamento sin antes ni después.
La verdad me aturde,
la mentira corre entre coronas de laurel sin éxito,
la noche es la estela de una tarde de protesta,
las canciones de los Beatles ya no me animan,
no me enamoran los besos del ayer,
el gatillo que dispara palabras políticamente incorrectas,
el retorno del calor en verano,
el frío crudo del invierno
y unas manos heladas sin guantes que las protejan.
La situación actual es como una carta enviada sin sello,
un jardín en vías de extinción,
una tormenta seca, un día de lluvia sin agua,
la mirada borrosa con un aumento de dioptrías
y seres, con mi misma estampa,
en constante peligro de desaparición.
Yo diría que el mundo se muere,
más, no es genérico,
es el mío el que se desvanece,
con una pensión de salario bajo,
con una pensión de deterioro físico en aumento.
Este banco de pensiones si tiene garantizado el pago.
La verdad me aturde,
aunque, de vez en cuando,
siga siendo un desliz que se me antoje eterno.
Tengo la sensación de un día roto.
La sensación de invocar la enemistad de una mañana
que no encuentra su sitio entre la inmensidad.
Entre sensación y sensación,
entre recovecos de mi existencia,
me invade el tumor ciego de una vida desamparada.
Más intento poner orden al deshielo que me causa,
a pesar de que sigo ardiendo en la hoguera de los miedos,
y en el desliz, que se antoja eterno,
de una desordenada situación
y un lamento sin antes ni después.
La verdad me aturde,
la mentira corre entre coronas de laurel sin éxito,
la noche es la estela de una tarde de protesta,
las canciones de los Beatles ya no me animan,
no me enamoran los besos del ayer,
el gatillo que dispara palabras políticamente incorrectas,
el retorno del calor en verano,
el frío crudo del invierno
y unas manos heladas sin guantes que las protejan.
La situación actual es como una carta enviada sin sello,
un jardín en vías de extinción,
una tormenta seca, un día de lluvia sin agua,
la mirada borrosa con un aumento de dioptrías
y seres, con mi misma estampa,
en constante peligro de desaparición.
Yo diría que el mundo se muere,
más, no es genérico,
es el mío el que se desvanece,
con una pensión de salario bajo,
con una pensión de deterioro físico en aumento.
Este banco de pensiones si tiene garantizado el pago.
La verdad me aturde,
aunque, de vez en cuando,
siga siendo un desliz que se me antoje eterno.