...El punto y final

[Alejandro Costa]

He escuchado el pensamiento del miedo.

Las golondrinas no saben hacia dónde ir,
no entienden el motivo de la huida.

Todo es tan diferente,
que su igualdad se asemeja a la locura.

Hago ahora una pausa, con un punto y seguido;
revuelvo los papeles de la mesa
en busca de una imaginación que no encuentra sentido,
nada, es la textura de un vacío interno,
exiguos los brotes que vierte,
tan solo un pétalo marchito de color negro,
una mancha de tinta entre los dedos,
la incertidumbre letal de no saber cómo proseguir,
y el pánico que me infringe el miedo
como un dañino tumor de la cabeza.

No existe tortura mayor que aquella que se padece
cuando hierve la sangre,
cuando a un ángel custodio
se le extienden alas de color negro e impuro,
cuando Lucifer lidera el ejército de las tinieblas,
la viuda negra inyecta su veneno
y los latidos del alma dan señales de agotamiento.

Es ahora, en este instante,
el momento en que retomo la idea,
escribo un sinsentido,
continúo desde ese punto y seguido,
y no abandono la eterna sensación de miedo
que me administra la locura.

El final es incontrolable,
todo se me antoja bruno,
la oscuridad se esconde,
la simiente tan solo ajardina una flor negra,
la mente está ciega,
tan solo queda una visión irreal y embustera.

No hay cavilación que no se aderece de miedo,
éste se disfraza de locura,
la locura se convierte en demencia.

Las golondrinas no supieron encontrar su destino,
ahora son vampiros de la noche,
vestigios de una mente arruinada.

Es el instante final,
la lucha final,
el arte de la locura,
el poder del miedo,
un camino entre pétalos de color negro,
una última palabra,
y un punto…
…el punto y final eterno.

[Pilar Morte]

Un poema que hace sentir la tristeza, que lleva al punto final irremediable. Hay imágenes destacables en este hermoso poema que me gustó y disfruté.
Abrazos

[E. R. Aristy]

He escuchado el pensamiento del miedo.

Las golondrinas no saben hacia dónde ir,
no entienden el motivo de la huida.

Todo es tan diferente,
que su igualdad se asemeja a la locura.

Hago ahora una pausa, con un punto y seguido;
revuelvo los papeles de la mesa
en busca de una imaginación que no encuentra sentido,
nada, es la textura de un vacío interno,
exiguos los brotes que vierte,
tan solo un pétalo marchito de color negro,
una mancha de tinta entre los dedos,
la incertidumbre letal de no saber cómo proseguir,
y el pánico que me infringe el miedo
como un dañino tumor de la cabeza.

No existe tortura mayor que aquella que se padece
cuando hierve la sangre,
cuando a un ángel custodio
se le extienden alas de color negro e impuro,
cuando Lucifer lidera el ejército de las tinieblas,
la viuda negra inyecta su veneno
y los latidos del alma dan señales de agotamiento.

Es ahora, en este instante,
el momento en que retomo la idea,
escribo un sinsentido,
continúo desde ese punto y seguido,
y no abandono la eterna sensación de miedo
que me administra la locura.

El final es incontrolable,
todo se me antoja bruno,
la oscuridad se esconde,
la simiente tan solo ajardina una flor negra,
la mente está ciega,
tan solo queda una visión irreal y embustera.

No hay cavilación que no se aderece de miedo,
éste se disfraza de locura,
la locura se convierte en demencia.

Las golondrinas no supieron encontrar su destino,
ahora son vampiros de la noche,
vestigios de una mente arruinada.

Es el instante final,
la lucha final,
el arte de la locura,
el poder del miedo,
un camino entre pétalos de color negro,
una última palabra,
y un punto…
…el punto y final eterno.

El fatalismo de este poema me conmueve. Logras cerrar con imagenes rotundas toda posibilidad del continium. Es cierto, el miedo, si no luchamos, pone punto final a la vida. Abrazos, amigo poeta. ERA

[Rafel Calle]

Interesante trabajo, amigo Alejandro, donde consigues versos de alta evocación.
Felicidades.
Abrazos.

[Ramón Castro Méndez]

Hermoso y, a la vez, angustioso poema con el miedo como punto de referencia. Un miedo que va trazando ese camino que lleva a la fatalidad, a la m´´as profunda desazón.
Todo un placer de lectura, Alejandro.
Un fuerte abrazo.

[Alejandro Costa]

Un poema que hace sentir la tristeza, que lleva al punto final irremediable. Hay imágenes destacables en este hermoso poema que me gustó y disfruté.
Abrazos

Eres elegante, Pilar.

Te agradezco que siempre estés tan cercana.

Un beso.

[Alejandro Costa]

He escuchado el pensamiento del miedo.

Las golondrinas no saben hacia dónde ir,
no entienden el motivo de la huida.

Todo es tan diferente,
que su igualdad se asemeja a la locura.

Hago ahora una pausa, con un punto y seguido;
revuelvo los papeles de la mesa
en busca de una imaginación que no encuentra sentido,
nada, es la textura de un vacío interno,
exiguos los brotes que vierte,
tan solo un pétalo marchito de color negro,
una mancha de tinta entre los dedos,
la incertidumbre letal de no saber cómo proseguir,
y el pánico que me infringe el miedo
como un dañino tumor de la cabeza.

No existe tortura mayor que aquella que se padece
cuando hierve la sangre,
cuando a un ángel custodio
se le extienden alas de color negro e impuro,
cuando Lucifer lidera el ejército de las tinieblas,
la viuda negra inyecta su veneno
y los latidos del alma dan señales de agotamiento.

Es ahora, en este instante,
el momento en que retomo la idea,
escribo un sinsentido,
continúo desde ese punto y seguido,
y no abandono la eterna sensación de miedo
que me administra la locura.

El final es incontrolable,
todo se me antoja bruno,
la oscuridad se esconde,
la simiente tan solo ajardina una flor negra,
la mente está ciega,
tan solo queda una visión irreal y embustera.

No hay cavilación que no se aderece de miedo,
éste se disfraza de locura,
la locura se convierte en demencia.

Las golondrinas no supieron encontrar su destino,
ahora son vampiros de la noche,
vestigios de una mente arruinada.

Es el instante final,
la lucha final,
el arte de la locura,
el poder del miedo,
un camino entre pétalos de color negro,
una última palabra,
y un punto…
…el punto y final eterno.

El fatalismo de este poema me conmueve. Logras cerrar con imagenes rotundas toda posibilidad del continium. Es cierto, el miedo, si no luchamos, pone punto final a la vida. Abrazos, amigo poeta. ERA

El miedo y la vida, Era.

Esta vida te deja poco margen para la libertad y la alegría.

Gracias por estar ahí.

Besos.

[Alejandro Costa]

Interesante trabajo, amigo Alejandro, donde consigues versos de alta evocación.
Felicidades.
Abrazos.

Gracias, Rafel.

Te agradezco tu apoyo.

Abrazos.

[Alejandro Costa]

Hermoso y, a la vez, angustioso poema con el miedo como punto de referencia. Un miedo que va trazando ese camino que lleva a la fatalidad, a la m´´as profunda desazón.
Todo un placer de lectura, Alejandro.
Un fuerte abrazo.

Gracias infinitas Ramón.

Me alegra te gustase.

Un abrazo.