Legado maldito

[Ventura Morón]

¿Recuerdas cuando me prometiste quedarte?
Era un día como hoy, sonaban trompetas, retumbando
en el amanecido aire ¿Quién podría presagiar
que vendría toda esta muerte?

Roto, así es como hoy camino. Con un agujero abierto,
vertiendo alquitrán de recuerdos desordenados, a chorros,
asfixiando la piel del mundo.

Sangra mi cuerpo invisible sobre la conciencia,
una sangre negra que se cuela bajo la tierra, áspera, homicida,
llena de ira, un cubo de pescados podridos
que se esparciera oscuro en la fría acera de la pérdida
y el olvido.

Negro esperma, como una noche de infamia
en la que caían pájaros inertes en mi corazón,
muertos al presenciar el infierno que en mis ojos
incendiaba la soledad de tu vacío,
arrancando la sal de la mar en la distancia,
lanzándola como un sinfín de jodidas
y congeladas estrellas.

Y reirás, tras la puerta infranqueable
de tu nuevo planeta,
presenciando la obra grotesca de mi dependencia
rota, revolviéndose en el suelo como una cautiva alimaña,
agonizando los segundos en los que aun soy,
desquiciado, la mascota torpe
de tus soberanos caprichos.

“Estoy bien”- diré, “he pasado la página
-de la vida-
y abrazo este tránsito hacia el final
-de la esperanza y su universo”.

Con una postiza mueca de éxito cosiendo el miedo
de aprender a vivir
sin quererte,
te dejo este legado, que repudiarás,
en el que te veo, aún inocente, como en los primeros días,
danzándome alrededor como una sonrisa eterna
que aplasta la realidad de tu diaria dureza
y hunde el cuchillo cruel de tus finos labios
en el espejismo, imposible, de tu vuelta.

[Pilar Morte]

Muy triste y duro poema, escrito con el corazón sangrando de pena. Espero y deseo que estés bien. Me gustó leerte.
Abrazos

[Ventura Morón]

Muy triste y duro poema, escrito con el corazón sangrando de pena. Espero y deseo que estés bien. Me gustó leerte.
Abrazos

Gracias PIlar.
Es un poema inspirado en la canción, tranquila...Me apresuro a decirlo.
SI es verdad que uno tira de cosas, pero ese es el arranque.
Un beso y feliz domingo querida amiga

[Hallie Hernández Alfaro]

Hay una intensidad que atraviesa los ojos de la lectura; dice, perpetra, invade los campamentos con líneas de tiempo, retrocede y coloca en perspectiva la falta, el hueco, los nervios de la cornea.

Me ha gustado mucho como a partir del tema que acompaña desbordas la lejana y afiebrada realidad; hay un dominio de los elementos que componen el cuadro de dolor, hay un mirar desde arriba aunque las manos escriban el concepto perdido, el concepto transformado.

Abrazo enorme, querido amigo; felicitaciones sinceras.

[E. R. Aristy]

¿Recuerdas cuando me prometiste quedarte?
Era un día como hoy, sonaban trompetas, retumbando
en el amanecido aire ¿Quién podría presagiar
que vendría toda esta muerte?
Roto, así es como hoy camino. Con un agujero abierto,
vertiendo alquitrán de recuerdos desordenados, a chorros,
asfixiando la piel del mundo.
Sangra mi cuerpo invisible sobre la conciencia,
una sangre negra que se cuela bajo la tierra, áspera, homicida,
llena de ira, un cubo de pescados podridos
que se esparciera oscuro en la fría acera de la pérdida y el olvido.
Negro esperma, como una noche de infamia
en la que caían pájaros inertes en mi corazón,
muertos al presenciar el infierno que en mis ojos
incendiaba la soledad de tu vacío,
arrancando la sal de la mar en la distancia,
lanzándola como un sinfín de jodidas y congeladas estrellas.
Y reirás, tras la puerta infranqueable
de tu nuevo planeta,
presenciando la obra grotesca de mi dependencia
rota, revolviéndose en el suelo como una cautiva alimaña,
agonizando los segundos en los que aun soy,
desquiciado, la mascota torpe
de tus soberanos caprichos.
“Estoy bien”- diré, “he pasado la página
-de la vida-
y abrazo este tránsito hacia el final
-de la esperanza y su universo”.
Con una postiza mueca de éxito cosiendo el miedo
de aprender a vivir
sin quererte,
te dejo este legado, que repudiarás,
en el que te veo, aún inocente, como en los primeros días,
danzándome alrededor como una sonrisa eterna
que aplasta la realidad de tu diaria dureza
y hunde el cuchillo cruel de tus finos labios
en el espejismo, imposible, de tu vuelta.

Un poema duro y doloroso que rompe la mesa de la maga. Buen escrito, Ventura. Abrazos, ERA

[Rafel Calle]

Bello e interesante en su dureza este trabajo, amigo Ventura.
Felicidades.
Abrazos.

[Ventura Morón]

Hay una intensidad que atraviesa los ojos de la lectura; dice, perpetra, invade los campamentos con líneas de tiempo, retrocede y coloca en perspectiva la falta, el hueco, los nervios de la cornea.

Me ha gustado mucho como a partir del tema que acompaña desbordas la lejana y afiebrada realidad; hay un dominio de los elementos que componen el cuadro de dolor, hay un mirar desde arriba aunque las manos escriban el concepto perdido, el concepto transformado.

Abrazo enorme, querido amigo; felicitaciones sinceras.

Gracias querida amiga
Esta canción tan bella y tan tremenda a la vez, deja expuesto el sentimiento como en pocas canciones, o incluso poemas que he leído.
Desde ese mundo he querido situarme, tirando de las palabras, quizás con ganas de buscar en el lenguaje como transmitir ese sentimiento. No se si al final ha quedado un poema difícil de leer porque al fin y al cabo, sacuda (que no es lo malo) sin demasiado tino. Experimento hecho. Me lleva también a pensar en la temática de lo que se ofrece desde estas líneas.
Gracias por pasarte con esa sensibilidad en la que lo haces y traduciendo desde ella, encontrando las líneas invisibles, las tangentes hacia lo recóndito.
Beso gigante querida Hallie

[Marisa Peral]

¿Recuerdas cuando me prometiste quedarte?
Era un día como hoy, sonaban trompetas, retumbando
en el amanecido aire ¿Quién podría presagiar
que vendría toda esta muerte?
Roto, así es como hoy camino. Con un agujero abierto,
vertiendo alquitrán de recuerdos desordenados, a chorros,
asfixiando la piel del mundo.
Sangra mi cuerpo invisible sobre la conciencia,
una sangre negra que se cuela bajo la tierra, áspera, homicida,
llena de ira, un cubo de pescados podridos
que se esparciera oscuro en la fría acera de la pérdida y el olvido.
Negro esperma, como una noche de infamia
en la que caían pájaros inertes en mi corazón,
muertos al presenciar el infierno que en mis ojos
incendiaba la soledad de tu vacío,
arrancando la sal de la mar en la distancia,
lanzándola como un sinfín de jodidas y congeladas estrellas.
Y reirás, tras la puerta infranqueable
de tu nuevo planeta,
presenciando la obra grotesca de mi dependencia
rota, revolviéndose en el suelo como una cautiva alimaña,
agonizando los segundos en los que aun soy,
desquiciado, la mascota torpe
de tus soberanos caprichos.
“Estoy bien”- diré, “he pasado la página
-de la vida-
y abrazo este tránsito hacia el final
-de la esperanza y su universo”.
Con una postiza mueca de éxito cosiendo el miedo
de aprender a vivir
sin quererte,
te dejo este legado, que repudiarás,
en el que te veo, aún inocente, como en los primeros días,
danzándome alrededor como una sonrisa eterna
que aplasta la realidad de tu diaria dureza
y hunde el cuchillo cruel de tus finos labios
en el espejismo, imposible, de tu vuelta.

Ventura, leer tu poema escuchando esta canción es brutal, doloroso. Se presta a tantas interpretaciones que es mejor no interpretar la dureza de este poema.

"Con una postiza mueca de éxito cosiendo el miedo
de aprender a vivir
sin quererte"

Magistral este poema, felicidades porque consigues transmitir y hasta herir.
Abrazo enorme.

[Alonso Vicent]

¿Recuerdas cuando me prometiste quedarte?
Era un día como hoy, sonaban trompetas, retumbando
en el amanecido aire ¿Quién podría presagiar
que vendría toda esta muerte?

Roto, así es como hoy camino. Con un agujero abierto,
vertiendo alquitrán de recuerdos desordenados, a chorros,
asfixiando la piel del mundo.

Sangra mi cuerpo invisible sobre la conciencia,
una sangre negra que se cuela bajo la tierra, áspera, homicida,
llena de ira, un cubo de pescados podridos
que se esparciera oscuro en la fría acera de la pérdida
y el olvido.

Negro esperma, como una noche de infamia
en la que caían pájaros inertes en mi corazón,
muertos al presenciar el infierno que en mis ojos
incendiaba la soledad de tu vacío,
arrancando la sal de la mar en la distancia,
lanzándola como un sinfín de jodidas
y congeladas estrellas.

Y reirás, tras la puerta infranqueable
de tu nuevo planeta,
presenciando la obra grotesca de mi dependencia
rota, revolviéndose en el suelo como una cautiva alimaña,
agonizando los segundos en los que aun soy,
desquiciado, la mascota torpe
de tus soberanos caprichos.

“Estoy bien”- diré, “he pasado la página
-de la vida-
y abrazo este tránsito hacia el final
-de la esperanza y su universo”.

Con una postiza mueca de éxito cosiendo el miedo
de aprender a vivir
sin quererte,
te dejo este legado, que repudiarás,
en el que te veo, aún inocente, como en los primeros días,
danzándome alrededor como una sonrisa eterna
que aplasta la realidad de tu diaria dureza
y hunde el cuchillo cruel de tus finos labios
en el espejismo, imposible, de tu vuelta.

Preñados versos de tristeza, de desamparo,  de ausencia. Promesas para un camino incierto que sigue, o termina en uno mismo y sus vías de escape.
Una canción,  un poema... malade d'amour. Intenso.
Un saludote, Ventura, y un placer leerte.

[Ana Muela Sopeña]

Durísimo pero sensacional poema. Sangra el corazón. Sangran el recuerdo y la memoria. Sangra la mente.

El dolor convertido en belleza a través de la maestría de tus letras, Ventura.

Aplausos... muchos
Un beso grande
Ana

[Alejandro Costa]

Tan triste como bello.

Este tipo de `poemas, oscuros y tristes, hay que saberlos llevar para no cruzar rayas que los destruyan.
Tú has sabido hacerlo y has creado unos versos muy buenos.

Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Tu poema es un desgarro, pero un muy hermoso desgarro al que acompañas de unas muy logradas e inquietantes imágenes que le dan una tremenda solidez. Me ha encantado leerte y el poema en sí.

Un fuerte abrazo.

[Ventura Morón]

¿Recuerdas cuando me prometiste quedarte?
Era un día como hoy, sonaban trompetas, retumbando
en el amanecido aire ¿Quién podría presagiar
que vendría toda esta muerte?
Roto, así es como hoy camino. Con un agujero abierto,
vertiendo alquitrán de recuerdos desordenados, a chorros,
asfixiando la piel del mundo.
Sangra mi cuerpo invisible sobre la conciencia,
una sangre negra que se cuela bajo la tierra, áspera, homicida,
llena de ira, un cubo de pescados podridos
que se esparciera oscuro en la fría acera de la pérdida y el olvido.
Negro esperma, como una noche de infamia
en la que caían pájaros inertes en mi corazón,
muertos al presenciar el infierno que en mis ojos
incendiaba la soledad de tu vacío,
arrancando la sal de la mar en la distancia,
lanzándola como un sinfín de jodidas y congeladas estrellas.
Y reirás, tras la puerta infranqueable
de tu nuevo planeta,
presenciando la obra grotesca de mi dependencia
rota, revolviéndose en el suelo como una cautiva alimaña,
agonizando los segundos en los que aun soy,
desquiciado, la mascota torpe
de tus soberanos caprichos.
“Estoy bien”- diré, “he pasado la página
-de la vida-
y abrazo este tránsito hacia el final
-de la esperanza y su universo”.
Con una postiza mueca de éxito cosiendo el miedo
de aprender a vivir
sin quererte,
te dejo este legado, que repudiarás,
en el que te veo, aún inocente, como en los primeros días,
danzándome alrededor como una sonrisa eterna
que aplasta la realidad de tu diaria dureza
y hunde el cuchillo cruel de tus finos labios
en el espejismo, imposible, de tu vuelta.

Un poema duro y doloroso que rompe la mesa de la maga. Buen escrito, Ventura. Abrazos, ERA

Muchas gracias querida Era. Tu comentario me provoca esa misma sensación que quería dar a este poema.
abrazos

[Ventura Morón]

Bello e interesante en su dureza este trabajo, amigo Ventura.
Felicidades.
Abrazos.

Gracias querido compañero. Un poema que como ya he explicado parte de escuchar esta canción y que me hizo sumergirme y buscar esta sensación.
Abrazos

[Ventura Morón]

¿Recuerdas cuando me prometiste quedarte?
Era un día como hoy, sonaban trompetas, retumbando
en el amanecido aire ¿Quién podría presagiar
que vendría toda esta muerte?
Roto, así es como hoy camino. Con un agujero abierto,
vertiendo alquitrán de recuerdos desordenados, a chorros,
asfixiando la piel del mundo.
Sangra mi cuerpo invisible sobre la conciencia,
una sangre negra que se cuela bajo la tierra, áspera, homicida,
llena de ira, un cubo de pescados podridos
que se esparciera oscuro en la fría acera de la pérdida y el olvido.
Negro esperma, como una noche de infamia
en la que caían pájaros inertes en mi corazón,
muertos al presenciar el infierno que en mis ojos
incendiaba la soledad de tu vacío,
arrancando la sal de la mar en la distancia,
lanzándola como un sinfín de jodidas y congeladas estrellas.
Y reirás, tras la puerta infranqueable
de tu nuevo planeta,
presenciando la obra grotesca de mi dependencia
rota, revolviéndose en el suelo como una cautiva alimaña,
agonizando los segundos en los que aun soy,
desquiciado, la mascota torpe
de tus soberanos caprichos.
“Estoy bien”- diré, “he pasado la página
-de la vida-
y abrazo este tránsito hacia el final
-de la esperanza y su universo”.
Con una postiza mueca de éxito cosiendo el miedo
de aprender a vivir
sin quererte,
te dejo este legado, que repudiarás,
en el que te veo, aún inocente, como en los primeros días,
danzándome alrededor como una sonrisa eterna
que aplasta la realidad de tu diaria dureza
y hunde el cuchillo cruel de tus finos labios
en el espejismo, imposible, de tu vuelta.

Ventura, leer tu poema escuchando esta canción es brutal, doloroso. Se presta a tantas interpretaciones que es mejor no interpretar la dureza de este poema.

"Con una postiza mueca de éxito cosiendo el miedo
de aprender a vivir
sin quererte"

Magistral este poema, felicidades porque consigues transmitir y hasta herir.
Abrazo enorme.

No querría yo herirte querida Marisa. Dejemos atrás pues esta sensación para traerte un abrazo grande con todo mi cariño
Besos