Editorial Alaire

POCO A POCO.

Tanto cambiaron las cosas
y a tal velocidad...
que se nos negó el espacio
que permite asimilar.

Parece que con las prisas perdemos la energía.
Olvidamos que la vida tan solo dura dos días.
Con este trasiego absurdo ya ni nos comunicamos.
Oh tengo tanto que hacer ¡adiós y mañana hablamos!
A lo mejor nos creemos que no nos pasa factura.
Pues la ansiedad se acumula y no le damos salida.
O tomamos un respiro y vuelve la normalidad.
Cosa que por el contrario creo que no sucederá.
O los vértigos y arritmias vendrán a temprana edad.

Muy ciertos tus versos, Anita. La vida pasa más de prisa de lo que parece, y cuando nos queremos dar cuenta hemos dejado muchos "deberes" sin hacer. Un placer de lectura, compañera. como sugerencia pienso que quedaría mejor si rompieras alguna rima al final de los tres últimos versos. Un cordial saludo.

Tanto cambiaron las cosas
y a tal velocidad...
que se nos negó el espacio
que permite asimilar.

Un verdad tan palmaria que hay que decirla así para que nos demos cuenta.
Por muy grave o magnífica que sea una noticia de cualquier tipo, mañana llegan otras, a cientos y al momento, y desde cualquier parte del mundo con la misma transcendencia.
Muy malo todo esto, al final nos haremos insensibles a la desgracia y caeremos, y nadie nos ayudará, porque al día siguiente seremos olvidados.

Todo un placer de reflexión tus letras.

Abrazos y salud, amiga Ana.

Luis agradezco tu lectura y opinión, también tu consejo, aunque no lo cambie. Saludos cordiales.

Compañero ya ocurre lo que dices, pues caí y nadie me ayudó a levantarme. Entre los jóvenes hay fallos de memoria diarios, creo que todo lo excesivo es dañino y hace aflorar un ego que inmuniza y te hace indiferente ante la desgracia ajena, algo que nos perjudica a todos, pero hoy y sobretodo a los más vulnerables. Gracias por como lo has comprendido.

Anita Lis escribió: ↑Lun, 24 May 2021 12:15 POCO A POCO.

Tanto cambiaron las cosas
y a tal velocidad...
que se nos negó el espacio
que permite asimilar.

Parece que con las prisas perdemos la energía.
Olvidamos que la vida tan solo dura dos días.
Con este trasiego absurdo ya ni nos comunicamos.
Oh tengo tanto que hacer ¡adiós y mañana hablamos!
A lo mejor nos creemos que no nos pasa factura.
Pues la ansiedad se acumula y no le damos salida.
O tomamos un respiro y vuelve la normalidad.
Cosa que por el contrario creo que no sucederá.
O los vértigos y arritmias vendrán a temprana edad.

Este mal se ha hecho sentir por los cien años y no hay cuerpo que lo resista. Teniendo tanta ciencia y tanta "comunicación", la calidad de vida cotidiana y vida interna se ha reducido a lo que bien expresas;prisa. y enfermedades de todo tipo. Me alegra leerte, Anita, bienvenida a Alaire! Un abrazo, ERA

Era coincidimos en ello, el tiempo y su tecnología nos han llevado a querer ser los mejores en todo y acaparamos mucho más de lo que nos permite nuestra energía, recuerdo mi juventud cuando las personas se comunicaban tranquilamente se pagaba en efectivo y todo era más sencillo. Entonces la ciencia logró los mayores avances, la penicilina que salvó millones de vidas, entre otros logros.
La carrera esta fuera de control, fruto de ello es un cambio climático que amenaza nuestra salud y perjudica la tierra, llevándonos a un futuro incierto. Gracias por tu lectura y opinión, que valoro.

Muy acertado poema, ágil y de fluida lectura.
Decia mi madre, "las prisas no son buenas consejeras".
Un placer acercarme hasta tus letras.

Un afectuoso abrazo.

hermoso trabajo donde muestra la realidad.

Gracias Ramón por tu opinión, cierto es una realidad que ya casi avasalla, la gente no habla, grita y gesticula sin respetar a los demás, es la nueva realidad que afecta a los mayores con mayor intensidad. Un saludo afectuoso.

Así es, gracias por tu opinión, compañero.

Hermoso trabajo, amiga Anita, que además es muy musical.
Abrazos.

Rafel con sinceridad no me guié por la música, es una llamada a la calma ante un mundo acelerado y ya sin control. Otro Abrazo