Editorial Alaire

El sonido de un tren perdiéndose en la noche.
Nosotros, en un andén mal iluminado,
inmóviles, junto a las vías.
Algo se ha ido, y ya sólo queda
un rumor lejano y una luz fugaz
tintineando, la dignidad absurda de un futuro
que sólo espera de nosotros
que gestionemos el dolor.
Todo parece ya estar listo.
¿Qué haces entonces todavía aquí?
El ventanal, mezclando imágenes de aquí y allá,
construye su ser de espejo imperfecto.
Nada sabrá sobrevivir
y todo se empecina en recordarlo.
El viento es una postal del crepúsculo,
el reflejo de un equipaje
del que no quedan más que cicatrices
y el eco sordo de un tren que se aleja.

.

Hermosa, pulcra, transformadora; así me llega esta impronta casi en sepia que mira hacia adentro con profunda humanidad.

Gracias por compartir, Enrique.

Un abrazo y mucha salud.

Tan bello como interesante trabajo, amigo Enrique.
Abrazos.

Enrique,

muy bello este poema, amigo. Sabes capturar con gran belleza un momento de despedida, con ese ambiente tan especial de las estaciones de tren, íntimo y descarnado a la vez. Me gusta mucho la delicadeza con la que tratas el asunto, la calidad de los detalles que presentas hacen el texto muy transmisivo.

A mí me gusta.
Abrazos.

Me ha encantado.
Me alegra mucho leer poesía de esta categoría.
Felicitaciones.
Abrazos y felicidad.

Tu poema hace sentir y eso se agradece. Me gustó leerte.
Abrazos

enrique sanmol escribió:

Niji (Satomimagae)

El sonido de un tren perdiéndose en la noche.
Nosotros, en un andén mal iluminado,
inmóviles, junto a las vías.
Algo se ha ido, y ya sólo queda
un rumor lejano y una luz fugaz
tintineando, la dignidad absurda de un futuro
que sólo espera de nosotros
que gestionemos el dolor.
Todo parece ya estar listo.
¿Qué haces entonces todavía aquí?
El ventanal, mezclando imágenes de aquí y allá,
construye su ser de espejo imperfecto.
Nada sabrá sobrevivir
y todo se empecina en recordarlo.
El viento es una postal del crepúsculo,
el reflejo de un equipaje
del que no quedan más que cicatrices
y el eco sordo de un tren que se aleja.

.

Esa es la vida y la muerte; un viaje. Maravilloso y sentido poema, Enrique Sanmol. Abrazos, ERA

Hallie Hernández Alfaro escribió:Hermosa, pulcra, transformadora; así me llega esta impronta casi en sepia que mira hacia adentro con profunda humanidad.

Gracias por compartir, Enrique.

Un abrazo y mucha salud.

Gracias a ti, Hallie, por estar aquí y dejar constancia de tu paso.

Un cordial saludo.

Rafel Calle escribió:Tan bello como interesante trabajo, amigo Enrique.
Abrazos.

Otro abrazo fuerte para ti, Rafel, con mis agradecimientos por subir este intento y permitir con ello la lectura de otros compañeros.

Un cordial saludo.

Pablo Ibáñez escribió:Enrique,

muy bello este poema, amigo. Sabes capturar con gran belleza un momento de despedida, con ese ambiente tan especial de las estaciones de tren, íntimo y descarnado a la vez. Me gusta mucho la delicadeza con la que tratas el asunto, la calidad de los detalles que presentas hacen el texto muy transmisivo.

A mí me gusta.
Abrazos.

Me alegra mucho, Pablo, que te llegara y disfrutaras con este intento. Al fin una despedida, sea en una estación o en cualquier otro lugar suele dejar esas sensaciones...

Otro abrazo fuerte para ti.

Ricardo López Castro escribió:Me ha encantado.
Me alegra mucho leer poesía de esta categoría.
Felicitaciones.
Abrazos y felicidad.

Valoro en mucho tus palabras Ricardo. Muchas gracias y un fuerte abrazo, compañero.

Pilar Morte escribió:Tu poema hace sentir y eso se agradece. Me gustó leerte.
Abrazos

Gracias por sentir con este intento, Pilar, y dejar constancia de ello.

Otro abrazo fuerte para ti.

E. R. Aristy escribió: Esa es la vida y la muerte; un viaje. Maravilloso y sentido poema, Enrique Sanmol. Abrazos, ERA

Muchas gracias, Roxane, por apreciar este intento de despedida.

Otro abrazo para ti.

Arriba con este hermoso e interesante trabajo, amigo Enrique.
Abrazos.

"El viento es una postal del crepúsculo,
el reflejo de un equipaje
del que no quedan más que cicatrices
y el eco sordo de un tren que se aleja"

Muy hermoso, Enrique. A destacar ese ambiente físico que desprende el poema, sobre todo esos versos de apertura que actúan como marco de un cuadro donde el olvido, el vacío de la ausencia y el recuerdo como tratamiento, solo paliativo, de la irremediable pérdida de todo lo concerniente a lo humano, se nos muestra poéticamente visible, incluso palpable.

Todo un placer de lectura, viejo amigo

Abrazos y salud.