Editorial Alaire

John Garlic escribió:nunca ha frotado una lámpara
no fuera a ser que un genio
le concediera tres deseos
ni se ha cruzado con un gato negro
ni ha pasado bajo una escalera
ni viajado en avión
tampoco en barco
no se ha bañado en el mar
ni en una maldita piscina
jamás ha pisado una línea
-aunque siempre se pasa de la raya-
ni un templo por culpa
de las terroríficas imágenes
y mucho menos su sombra
nunca se ha vacunado
ni piensa hacerlo ahora
¡si no sabe lo que es un hospital
ni un médico ni un medicamento!
tiene fobia a los museos
a cualquier museo y a la televisión
y a la radio y al cine y a los libros
le dan miedo la ciudad el campo
la gente el día y la noche
asco siente por su cuerpo y su sexo
y es que de follar ni sabe ni contesta
le molestan el ruido el silencio
la música el deporte y quienes lo practican
también la lluvia la tierra mojada
los niños chapoteando en los charcos
las horas los meses del año las fiestas
sobre todo la navidad
y la semana santa sangrienta
vomita todo lo que come y bebe
nunca se lava aunque le marea
su olor nauseabundo
le importan un bledo la palabra amor dios
el big-bang Darwin el origen de la puta vida
y el de su especie la relatividad general
y si el universo es un queso gruyere
inútiles le parecen la historia los niños
la escuela los filósofos la familia
la propiedad privada y el estado
y el martes el viernes
y el número trece como si no existieran
no sabe reír ni contar chistes ni hacer sombras
chinescas ni hablar ni callar cuando toca
ni ser feliz o desgraciado ni llorar
vive al margen de todo y de todos
y nunca se ha parado a pensar en nada
que no fuera su ombligo
pero no duerme por si no se despierta
¡porque el muy imbécil tiene miedo a la muerte!

Pilar Morte escribió: ↑Lun, 03 May 2021 8:48 Qué paradoja tan acertada con la que cierra el poema. Original forma de expresar la indiferencia y rechazo a la vida que a pesar de todo no desea abandonar. Me gustó leerte.
Abrazos

John Garlic escribió: ↑Dom, 02 May 2021 22:58 nunca ha frotado una lámpara
no fuera a ser que un genio
le concediera tres deseos
ni se ha cruzado con un gato negro
ni ha pasado bajo una escalera
ni viajado en avión
tampoco en barco
no se ha bañado en el mar
ni en una maldita piscina
jamás ha pisado una línea
-aunque siempre se pasa de la raya-
ni un templo por culpa
de las terroríficas imágenes
y mucho menos su sombra
nunca se ha vacunado
ni piensa hacerlo ahora
¡si no sabe lo que es un hospital
ni un médico ni un medicamento!
tiene fobia a los museos
a cualquier museo y a la televisión
y a la radio y al cine y a los libros
le dan miedo la ciudad el campo
la gente el día y la noche
asco siente por su cuerpo y su sexo
y es que de follar ni sabe ni contesta
-aunque según él no se acuesta con mujeres
para que no hablen mal de su madre
a la que odia-
le molestan el ruido el silencio
la música el deporte y quienes lo practican
también la lluvia la tierra mojada
los niños chapoteando en los charcos
las horas los meses del año las fiestas
sobre todo la navidad
y la semana santa sangrienta
vomita todo lo que come y bebe
nunca se lava aunque le marea
su olor nauseabundo
le importan un bledo la palabra amor dios
el big-bang Darwin el origen de la puta vida
y el de su especie la relatividad general
y si el universo es un queso gruyere
inútiles le parecen la historia los niños
la escuela los filósofos la familia
la propiedad privada y el estado
y el martes el viernes
y el número trece como si no existieran
no sabe reír ni contar chistes ni hacer sombras
chinescas ni hablar ni callar cuando toca
ni ser feliz o desgraciado ni llorar
vive al margen de todo y de todos
y nunca se ha parado a pensar en nada
que no fuera su ombligo
pero no duerme por si no se despierta
¡porque el muy imbécil tiene miedo a la muerte!