Alias el dramaturgo
Publicado: Sab, 01 May 2021 19:30
Hay quien dice que solo miro mi ombligo.
Yo les demostraría que así es como funciona,
funcionaría mejor su poesía.
No digo que la mía sea la mejor, que lo es.
Esto no se sabe leyendo un poema y quedándose sólo con un verso.
La introspección es mucho más amplia.
Un poeta, una persona, un ente,
no aprende cuestiones artísticas reales de los demás.
Y menos cuando los demás están aún más perdidos que ellos.
Entonces, ¿qué sucede?
Que la persona en concreto,
realmente forja un carácter con el que jamás se sentirá identificado.
Creo que la razón está bastante clara.
Todo estaría infinitamente mejor si cada uno siguiera sus propias directrices.
Pero así se arriesgan a quedarse solos en todos los sentidos.
Aunque seguramente yo les haría compañía.
Imaginen este golpe de efecto a la literatura.
Averiguar por fin que todos somos iguales.
No es tan complicado.
Basta con querer ser como yo.
A mí no me atrapan ni refranes ni proverbios, ni ninguna asquerosa filosofía de vida.
Eso es como si admitiera que alguien piensa mejor que yo.
¿Entienden a lo que me refiero?
¿Realmente se sienten inferiores a la capacidad intelectual de los pensadores y poetas de renombre?
Hoy en día hay casi más críticos que poetas.
Adelántense, pónganselo difícil.
Elaboren textos profundos que nadie entienda.
Cómo rayos iban a entenderlos.
Si están hechos a su medida y esto sucede, o se lo dicen, o se callan, o insinúan que su trabajo no tiene un hilo conductor, estarán incurriendo en la primera fase del "ombliguismo".
Si siguen adelante, y esperan ganarse la gloria terrenal con su arte,
les diré que tienen un concepto equivocado de la gloria terrenal.
Eso sí, podrán disfrutar de mi poesía en todo su esplendor.
Yo les demostraría que así es como funciona,
funcionaría mejor su poesía.
No digo que la mía sea la mejor, que lo es.
Esto no se sabe leyendo un poema y quedándose sólo con un verso.
La introspección es mucho más amplia.
Un poeta, una persona, un ente,
no aprende cuestiones artísticas reales de los demás.
Y menos cuando los demás están aún más perdidos que ellos.
Entonces, ¿qué sucede?
Que la persona en concreto,
realmente forja un carácter con el que jamás se sentirá identificado.
Creo que la razón está bastante clara.
Todo estaría infinitamente mejor si cada uno siguiera sus propias directrices.
Pero así se arriesgan a quedarse solos en todos los sentidos.
Aunque seguramente yo les haría compañía.
Imaginen este golpe de efecto a la literatura.
Averiguar por fin que todos somos iguales.
No es tan complicado.
Basta con querer ser como yo.
A mí no me atrapan ni refranes ni proverbios, ni ninguna asquerosa filosofía de vida.
Eso es como si admitiera que alguien piensa mejor que yo.
¿Entienden a lo que me refiero?
¿Realmente se sienten inferiores a la capacidad intelectual de los pensadores y poetas de renombre?
Hoy en día hay casi más críticos que poetas.
Adelántense, pónganselo difícil.
Elaboren textos profundos que nadie entienda.
Cómo rayos iban a entenderlos.
Si están hechos a su medida y esto sucede, o se lo dicen, o se callan, o insinúan que su trabajo no tiene un hilo conductor, estarán incurriendo en la primera fase del "ombliguismo".
Si siguen adelante, y esperan ganarse la gloria terrenal con su arte,
les diré que tienen un concepto equivocado de la gloria terrenal.
Eso sí, podrán disfrutar de mi poesía en todo su esplendor.