"I can't do two things at once."
Paul Dirac
Te van a detener
y entre todos te echarán suertes.
Te van a ignorar aunque seas el marciano con la oveja en los hombros.
Lo van a hacer sin razón porque la razón es obvia, pero callada.
Te van a desfigurar y a ensuciar porque apenas miras por el camino, porque estás como en las nubes; zunzuncito, te tratarán peor que a las moscas porque ellas ya figuran plácidas en la sopa de la poesía.
Van a sudar tu encuentro como si pesaras 800 lbs. de sal. Y pidámosle a Dios que la verdad nunca te deje indiferente.
Entonces bébete, el agua sabe a Dios.
Te van a invitar en ocasiones con adulaciones moradas como los golpes de ayer y entonces será el plañir del agua y el crujir de dientes.
Te van a agarrar entrelazados por el himno cómplice del tamarindo, y te van a dar duro por el culo.
Mientras más duro, más profundo su desdeño, por ser así, un desgraciado que se la bandea solo.
Te van a volar los dientes con una sonrisa de salón, condescendiente, habitual, pertinente a una emoción inquietante aunque no abras el bico, ni muevas un pelo, te verán como al rostro inaudito de Paul Dirac, el místico del átomo. Eres un anaquel rodeado de ninfas masturbando la sobriedad y la abyección del mundo. ¿Te parece poco? Así que sigue tu camino, ya me despido. Anda, vete al monte y planta tu castigo.
E. R. Aristy
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