que de nuevo
mujer,
dices
y sé
que de mi nombre aspiras las vocales
y siento
que no fueron baldíos los posits en los puentes de Madison,
y digo
que con lo que me provocas yo me conformo.
Y eres
un tsunami en el silencio, barro, arcilla
un rayajo de horizonte y una coma,
un asombro, el son de los Tabajaras y tres tardes,
extraña conjunción copulativa,
si prefieres.
Así el cristal por medio, la sonrisa y el sombrero
siempre
si dices
mujer.

( Este poema, está creado en su mayoría, por títulos o frases de muchos otros poemas míos. Mar no está. se enfadó porque no lo nombré y se fue con Neptuno. Volverá seguro)
Reed.